LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Recepción a mexicanos que emigraron a EU


James Olmos compara a Fox con Washington y Bolívar

Ť El actor expresó su apoyo al Presidente porque "no creía que podías hacer lo que has hecho en los últimos tres días de tu vida"

Roberto Garduño Ť Complacido, Vicente Fox Quesada sonrió al actor Edward James Olmos cuando éste lo ubicó en el plano de dos próceres, uno sudamericano y otro estadunidense:

"Para mí hay tres personas que entendieron el avance político de este hemisferio: George Washington, Simón Bolívar y mi presidente Vicente Fox. Y sé muy bien lo que estoy diciendo, porque esta es una cosa que nunca ha pasado".

Esa intervención constituyó el momento cumbre de la reunión entre el mandatario y representantes de la comunidad de origen mexicano en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Convivieron Fox, algunos de sus funcionarios y los conacionales que difícilmente retornarán para residir en este país, pero dijeron estar dispuestos a invertir en proyectos productivos en la frontera norte.

Fue un acto sui generis en Los Pinos: por vez primera el Presidente encabezó una reunión oficial en el Salón Adolfo López Mateos; llegó tarde y, al contrario de sus convidados, asistió en mangas de camisa y sin corbata. De nueva cuenta, como ha sucedido en los últimos tres días el guanajuatense alborotó a sus oyentes porque anunció que su señal característica: la V, de la victoria, quedó atrás, y ahora su divisa será la T, de trabajo, que formará con los dedos índices de sus manos, para impedir la emigración de mexicanos.

"Ya sé que si trabajamos cambiamos la V, de la victoria, por la T, de trabajo, en México, y si trabajamos juntos y en equipo, vamos a lograr ese sueño".

La primera actividad oficial de Fox en Los Pinos rompió con la tradición porque invitó a un sector social que físicamente se encuentra fuera de México. Ingresaron al López Mateos el ganador del premio Nobel de Química, Mario Molina; el presidente de la asociación La Raza, Raúl Izaguirre; la vicepresidenta de la cadena Univisión, Myrna Moreno; la directora del periódico La Opinión, Mónica Lozano; el integrante de la organización New American, José Villarreal, y decenas de académicos, investigadores y becarios asentados en Estados Unidos.

Pasó la hora programada para la reunión, y en punto de las 11:55 el mandatario ingresó al salón por la puerta norte, la que suelen ocupar los invitados, al López Mateos. En tres días -del viernes al domingo- las formas cambiaron: todos los presidentes ingresaban por la entrada sur. No hubo sillas para ubicar a los asistentes. Incluso, de manera inusual, se instalaron abundantes viandas con frutas y canapés.

Fox llegó en mangas de camisa; fue recibido con una ovación y mientras saludaba también recibía cartas, sobres, fotografías para el autógrafo. Detrás de él se hallaban Santiago Creel, Francisco Barrio, y Javier Usabiaga, mientras que en una tarima esperaban Ernesto Ruffo, Juan MEXICO_FOX_2 Carlos Romero y la gobernadora de Arizona, Jane D. Hall.

"Usted es mi Presidente": el actor

Tereso Ortiz, líder de las comunidades guanajuatenses en el extranjero, pidió al Ejecutivo federal trabajar conjuntamente con sus planes y proyectos: "Los resultados se alcanzarán con constante y arduo trabajo, sin dejar de soñar, pero con los pies en la tierra... Señor Presidente, un día soñé que los mexicanos comprendíamos lo que significa la palabra unidad, estoy convencido de que ha llegado ese día".

Pero, Edward James Olmos, el actor de, entre otras cintas, Blade Runner y Zoot Suit, y activista por la paz en Chiapas llamó la atención sobremanera.

"Te quiero decir una cosa, mi Presidente: la última vez que hablamos, yo hablé con lágrimas de esperanza... porque te escuché cuando nos hiciste llorar. Y yo te dije en ese tiempo: 'Te doy todo mi apoyo, te doy toda mi alma, te doy todo mi amor', y te digo enfrente de todo el mundo que te doy todo el respeto y la dignidad.

"Ahorita te lo doy porque yo no creía que podías hacer lo que has hecho en los últimos tres días de tu vida. Lo que ha pasado últimamente ha sido una esperanza para no nada más los mexicanos, sino para todo el hemisferio.

"Para mí hay tres personas que ya están hechos en tratar de entender el avasallamiento políticamente de este hemisferio: George Washington, Simón Bolívar y mi presidente Vicente Fox. Y sé muy bien lo que estoy diciendo, porque esta es una cosa que nunca ha pasado".

Agregó: "Cuando el presidente Salinas me preguntó si yo quería venir a estar con él en su toma de posesión, yo le dije que en ese momento: 'No puedo ir, porque no creo lo que va salir de tu boca... No creo, no tienes mi respeto'".

Después, Fox alabó el esfuerzo de los mexicanos que se han establecido con éxito en el extranjero. El mensaje del Presidente se interrumpió en distintas ocasiones; sus invitados le aplaudieron cuando habló de T de trabajo, o del cambio de naturaleza de Los Pinos que ahora será La Casa del Pueblo.

Después los convidados a la reunión fueron invitados a formar una gran alianza para generar oportunidades en las comunidades indígenas y campesinas. El tema de las remesas de dinero a México ha provocado un interés sustancial entre los funcionarios del nuevo gobierno porque el monto anual suma los 6 mil millones de dólares, y las empresas que se encargan de enviarlo, por sólo transferirlo ganan alrededor de mil 500 millones en un año: la cuarta parte.

Fox expuso que se garantizará el destino de las inversiones de los mexicanos en el extranjero: "Y vamos a llevar en el ámbito nacional el programa que algunos estados ya practican, donde estamos listos para poner dólar por dólar; por cada dólar que ustedes quieran invertir en sus comunidades, creando maquiladoras, creando fuentes de empleo, generando esas oportunidades para sus hijos, para sus familiares en cada una de estas comunidades".

Antes de retirarse, el Presidente abrazó a Edward James Olmos y se retiró muy contento por aquella comparación con Bolívar y Washington...