LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť A mediano plazo se presionaría a las tasas de interés, advierte Di Costanzo


Error, convertir en deuda pasivos del IPAB: PRD

Ť No se garantiza ahorro en el servicio Ť El gobierno deberá emitir Cetes según capacidad del mercado

Ciro Pérez Silva Ť La pretensión del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, de convertir en deuda pública los pasivos del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) traerá en lo inmediato un ahorro en los recursos destinados a cubrir su financiamiento, pero la presión que este paso ejercerá en las tasas de interés será contraproducente a mediano plazo, advierte un estudio elaborado por el equipo de asesores de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, a cargo de Mario di Costanzo.

Asegura que el convertir en deuda pública los pasivos del IPAB no garantiza que existan ahorros en cuanto al costo financiero (servicio de la deuda), aun cuando se elimine la sobretasa que actualmente se paga.

"Lo anterior en virtud de que su costo de financiamiento dependerá finalmente del rendimiento de los Cetes, el cual necesariamente se incrementará cuando el mercado perciba que la deuda a financiar por parte del gobierno federal va a ser mayor", sostiene el analista.

El estudio menciona que uno de los principales argumentos que utilizaron PAN y PRI para que se diera prácticamente un trato de deuda pública a los pasivos del IPAB, y que le permiten endeudarse para refinanciar pasivos, fue que se traducía en un ahorro de recursos fiscales, en virtud de que la sobretasa que se paga por refinanciar la deuda se reduciría.

"Al cabo de un año podemos afirmar que esto no se ha observado con claridad, es más, podemos concluir que el IPAB ha encontrado mecanismos más convenientes que los Bonos de Protección al Ahorro (BPAS) para refinanciarse, la misma estructura de sus operaciones lo comprueban", sostiene el texto.

Esto cobra relevancia en virtud de que uno de los argumentos más fuertes que utilizará el Ejecutivo federal para proponer en el Presupuesto de Egresos de 2001 la conversión en deuda pública de los pasivos del IPAB es que ya no necesitará llevar a cabo emisiones de BPAS, y toda su deuda se refinanciará vía Cetes, a un costo menor -sin sobretasa.

"Sin embargo, lo que no se ha considerado es que el gobierno federal tendrá que cuidar que sus emisiones de Cetes sean acordes con la capacidad de absorción del mercado, ya que de no ser así se elevará el nivel de tasas de interés, por lo que el gobierno podrá emitir Cetes hasta por un monto tal que sea equivalente a la suma de lo que actualmente coloca para sí mismo, más lo que el IPAB emite a través de BPAS, por que de no ser así sobresaturaría el mercado elevando con ello la tasa de interés", afirma el texto de Di Costanzo.

De esta manera, el monto que semanalmente el gobierno destinará para refinanciar los pasivos asumidos provenientes del IPAB, a través de la colocación de Cetes, no podrá ser sustancialmente distinta a lo que hoy recibe el IPAB por medio de sus colocaciones de BPAS, y que se ubica entre mil 500 y 2 mil millones de pesos semanales.

Así, el mecanismo de refinanciamiento continuará presentando el mismo problema que hoy se tiene, y que radica en que los montos de recursos a los que se pueden acceder semanalmente no son suficientemente elevados, por lo que la estrategia de refinanciamiento, a través de la colocación de deuda, no ha resultado ser, al menos en este año, la más conveniente, hecho que se comprueba con los financiamientos obtenidos por el IPAB de parte de Banamex, Inverlat y Citibank.

El estudio perredista insiste en que un mayor saldo de la deuda interna, necesariamente incrementaría el nivel de la tasa de Cetes, lo que tenderá a eliminar el efecto positivo de la reducción de la sobretasa.

"Si consideramos que buena parte de la estrategia de amortización de los pasivos originados por el rescate bancario es la de reducir el componente real de la deuda, el convertirla en deuda pública impediría llevar a cabo este objetivo, debido a que el costo financiero se elevaría.

"Supongamos que el gobierno convierte los pasivos del IPAB en deuda pública, de tal manera que la deuda interna se ubicaría en alrededor de 1 billón 225 mil millones de pesos, bajo la premisa de hacer frente al menos al componente real de la misma, los requerimientos financieros para cubrir su servicio (costo de la deuda), a una tasa real de 7 por ciento (estimada para el año 2000) sería aproximadamente de 85 mil 750 millones de pesos, es decir, 7 mil 500 millones de pesos más que lo previsto en el Presupuesto de 2000, que fue de 78 mil 213.8 millones" advierte el estudio.