LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Esencial, para la aprobación de reformas fiscales


Esperan en Wall Sreet que Fox sepa trabajar con el Congreso

Ť Confían inversionistas que con las modificaciones en la materia se fortalezca en el país la recaudación no petrolera

Reuters, Nueva York, 3 de diciembre Ť Mientras México celebra la investidura de su nuevo presidente, Wall Street espera que Vicente Fox tenga la agudeza para trabajar con un Congreso dominado por el partido que gobernó el país durante 71 años y que ahora se siente humillado por la derrota.

Lograr trabajar de manera fluida con el PRI, que perdió la Presidencia del país en la elección del 2 de julio, es esencial para la aprobación de las cruciales reformas fiscal y tributaria que los mercados están demandando, consideraron economistas.

Estas reformas podrían detonar un aumento en la calificación crediticia de México, lo que abriría las puertas a los fondos de una base más amplia de inversionistas internacionales.

"México podría consolidar su camino hacia una historia muy optimista", dijo Paolo Leme, director de análisis de mercados emergentes de Goldman Sachs. "Pero los riesgos son que Fox no tenga suficiente apoyo del Congreso o que el PRI ponga objeción a la audacia de sus reformas fiscales", agregó.

Tras asumir sus funciones, Fox y su equipo económico deberán presentar al Congreso su propuesta de presupuesto para el 2001. Wall Street espera un presupuesto ambicioso que pueda ser balanceado, dado el alto precio del petróleo, principal exportación de México.

"El reto es tratar de modelar un diálogo político con el partido de oposición que sea constructivo para el tema del presupuesto'', dijo Leonora Suki, estratega de deuda soberana en Santander Investment.

Leme agregó que para principios de abril, cuando inicie el segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso, los inversionistas esperan una amplia reforma fiscal que fortalezca la recaudación no petrolera.

Si todas estas condiciones se conjugan, los analistas no dudan que Standard & Poor's le otorgue a México el grado de inversión a principios del 2001, lo que pondría fin a la diferencia de calificaciones que tiene el país de las dos principales agencias en el mundo. Las corredurías de Wall Street aplaudirían un aumento en la calificación de S&P, ya que ello se traduciría en millones de dólares en cuotas a medida que crece la base de inversionistas.

Pero algunos analistas advierten sobre las elevadas expectativas dados los actuales factores negativos externos como la desaceleración de la economía de Estados Unidos, donde se destina 80 por ciento de las exportaciones mexicanas. Los mercados accionarios están en desorden por la salida de los inversionistas de activos riesgosos, como títulos de empresas de tecnología, y de aquellas con menores ventas. Y los mercados de alto rendimiento han tenido un desempeño muy débil debido a preocupaciones sobre la calidad de los créditos.