LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Saúl Escobar
En ascenso, la cifra de niños que ayudan al gasto familiar
Bertha Teresa Ramírez Ť El subsecretario del Trabajo del Gobierno del Distrito Federal, Saúl Escobar Toledo, señaló que los bajos ingresos familiares de entre uno y tres salarios mínimos en la ciudad ha conducido a que una jefa o un jefe de familia se vean en la imposibilidad de cubrir siquiera la mitad de la canasta básica, lo que ha obligado a requerir que los menores de edad procuren también el sustento.
"De esa manera, el trabajo infantil se ha convertido, no sólo en la ciudad de México sino en todo el país, en un fenómeno muy extendido y es previsible que pronto sea uno de los temas centrales de la agenda social a nivel local y nacional", asentó el funcionario.
Tras hacer un balance de su gestión, sobre el tema infantil dijo que aunque en 1997 la administración del Distrito Federal no contaba con cifra alguna de las dimensiones del trabajo infantil y adolescente, mediante diversos instrumentos censales, que se circunscriben a establecimientos inscritos en el padrón de empleadores, pudo conocerse que el universo de trabajadores infantiles en la ciudad de México es de unas 75 mil niñas, niños y adolescentes, número que podría crecer si pudiera determinarse el monto de microempresas no registradas, particularmente las familiares, y si se hiciera evidente la magnitud del trabajo doméstico, radicado en su mayor parte en las niñas, ocultas como sirvientas.
El funcionario agregó que a pesar de que las antiguas autoridades laborales del Distrito Federal habían reducido su intervención en el trabajo de adolescentes a la expedición de licencias a personas entre los 14 y los 15 años de edad, la ley requiere el permiso de padres o tutores. O más bien a aquellos que trabajan para contadas empresas que se preocupaban por cumplir el requisito. Particularmente a los empacadores de las tiendas de autoservicio y departamentales, cuyo número es significativo pero que forman sólo una parte de este universo de niñas, niños y adolescentes que se ocupan en actividades económicas en la ciudad.
El objetivo central de la actual administración fue establecer una política clara con "respecto al trabajo de las y los adolescentes que las leyes permiten, sentando precedentes. El tema clave en este objetivo era revertir la inercia de desregulación de este trabajo para devolverlo al ámbito de derecho", agregó Escobar Toledo.
Dijo que esto suponía encontrar formas que "regularan las ocupaciones no formalizadas, en las que están inmersas la mayoría de los adolescentes trabajadores y que derivan en ingresos aleatorios, como las propinas".
Explicó que paralelamente había que devolver al Estado y a la sociedad en su conjunto la responsabilidad de garantizar los derechos humanos generales de las y los adolescentes a la educación, la salud, la cultura, el recreo. Por último, era necesario conocer el fenómeno en toda su extensión y profundidad.