LUNES 4 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Es una visión global de todos nuestros ritmos
Presentan diccionario de música española e hispanoamericana
Ť Es un acto de justicia: Emilio Casares, coordinador de la obra
Ť Consta de diez volúmenes, 11 mil páginas y 30 mil referencias
Angel Vargas Ť El Diccionario de la música española e hispanoamericana es, ante todo, "un acto de justicia".
Su director y coordinador general, Emilio Casares, explica por qué: "Se trata de la mayor aventura musicológica de la hispanidad", ya que "viene a llenar el vacío existente en el conocimiento de la historia y la cultura musical de España e Hispanoamérica". Es, de hecho, el primero de su tipo.
Presentada a principio de año en España y ahora en México, la obra consta de diez volúmenes, 11 mil páginas y casi 30 mil referencias, con lo cual se proporciona "una visión global y única acerca de todas nuestras músicas de todos los tiempos".
Agrega el musicólogo y catedrático español: "El diccionario aporta la información más actualizada y completa sobre cuánto han contribuido a la cultura musical universal los países hispanos".
En él, prosigue, se recogen lo mismo voces sobre música clásica que de tradición oral y popular urbana; historia, orquestas, festivales, concursos, instrumentos, teorías y términos musicales.
También, biografías de compositores, intérpretes, musicólogos, pedagogos, constructores de instrumentos, críticos especializados, promotores y empresarios, entre otros personajes vinculados a este arte:
"Lo que pretendemos es que aparezca cualquier referencia musical desde épocas remotas hasta la actualidad. Aparecen, por ejemplo, Ricky Martin, todas las canciones revolucionarias, instrumentos, catálogos, discografías."
Emilio Casares cuenta que el diccionario tuvo su origen en un congreso celebrado en su país hace 15 años, durante el cual los musicólogos y demás participantes se percataron de "la pobre e injusta presencia" de las músicas hispanoamericanas en las obras de referencia internacional.
Así nació el proyecto, cuyo costo superó los dos y medio millones de dólares y fue auspiciado por dos entidades españolas: la Sociedad General de Autores y Editores y el Ministerio de Cultura. Su elaboración requirió seis años de investigación (entre 1989 y 1996) y el trabajo de 723 especialistas, más de la mitad de ellos de origen hispanoamericano.
La envergadura de la obra demandó la labor de 23 coordinadores, uno por cada país. Para México, tal función recayó en el músico e investigador Jorge Velasco, quien, a su vez, encabezó un equipo de casi 70 especialistas.
Resalta Velasco que requirió diez años de investigación ardua y puntual: "El problema de este tipo de obras es que una vez que se hace el corpus principal de las mismas no funcionan como otro tipo de publicaciones, que se terminan y ya.
"Los diccionarios y las enciclopedias, por definción, son obras que empiezan a quedar ligeramente obsoletas desde el momento en que se imprimen, porque la vida es dinámica. Este es un trabajo de desarrollo constante."
El musicólogo y director orquestal mexicano detalla que durante el proceso de investigación su equipo se encontró con un aspecto alarmante: "Una considerable cantidad de obra de compositores que han tenido importancia cultural en México está desaparecida", como es el caso de Atzimba, ópera de extrema importancia de Ricardo Castro que hasta hace 35 años todavía se representaba y que en la actualidad se desconoce su paradero.
Ese es uno de los valores del diccionario, "pues permite conocer nuestros faltantes, que es el primer paso para intentar resolver el problema", enfatiza.
Emilio Casares retoma un aspecto mencionado por su colega mexicano y explica que el proyecto está concebido como algo vivo, no efímero. "El diccionario está condenado, en el mejor de los sentidos, a salir cada quinquenio".
Agrega que se trabaja ya en la segunda edición, la cual se hará en papel y en DVD; de la tercera en adelante sólo aparecerá en esta última forma. "El diccionario marca un antes y un después en nuestra musicología. Su esencia trata de contestar al mundo qué hemos sido y qué somos, qué hemos aportado y qué aportamos en la historia de la música. Es, por lo tanto, un acto de justicia con nuestra historia musical", reflexiona.