Lunes en la Ciencia, 4 de diciembre del 2000



El sobrepeso como factor de riesgo en la vida de los menores


Televisión y obesidad en la niñez

Rafael Pérez Escamilla Costas

La obesidad o exceso de grasa en el cuerpo de los niños es causa de preocupación, ya que aumenta el riesgo de enfermedades durante la infancia y la edad adulta. Los niños que son obesos tienen la presión más alta, problemas ortopédicos de rodillas, propensión alta a desarrollar diabetes tipo 2 y problemas psico-sociales, debido al rechazo de la sociedad a individuos obesos.

obesidad y tv-2 Los niños con sobrepeso también tienen una probabilidad alta de continuar siendo obesos cuando son adultos y de desarrollar enfermedades crónico degenerativas, tales como hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, y ciertos tipos de cáncer. Es por esto que es importante comprender las causas de las tendencias recientes en América Latina, Estados Unidos y otros países hacia un aumento en la obesidad en niños.

Mi grupo de investigación publicó recientemente un artículo en el Journal of Nutrition, en el que se reportan factores de riesgo asociados con la obesidad en niños escolares. El estudio se llevó a cabo con menores puertorriqueños viviendo en la ciudad de Hatford, Connecticut, donde 62 por ciento de los infantes hispanos viven bajo condiciones de pobreza. El estudio de casos y controles se basó en comparar factores de riesgo, tales como ingesta de calorías y actividad física entre 29 escolares obesos y 24 sin obesidad. El estudio incluyó tanto niños como niñas preadolescentes con un promedio de edad de 9 años. Los niños obesos tuvieron una presión sanguínea significativamente más alta al momento del estudio que los niños sin obesidad y una probabilidad más alta de haber padecido diarreas e infecciones del oído durante el año anterior. Los hallazgos también indicaron que los niños obesos tenían una alimentación menos saludable, eran más sedentarios y veían televisión por más horas. En general, los niños veían 24 horas de televisión por semana en promedio y una hora extra de televisión aumentó el riesgo de obesidad en 86 por ciento, lo cual pudo haber sucedido a través de tres mecanismos. Primero, los niños suelen estar inactivos mientras ven la televisión. Segundo, los niños suelen consumir alimentos altos en calorías y muy bajos en calidad nutricional mientras ven televisión. Tercero, la gran cantidad de promoción de alimentos chatarra en la televisión desarrolla en los niños hábitos alimenticios que no son deseables. En pocas palabras, la televisión promueve un alto consumo de calorías e inactividad física, lo que conlleva a la obesidad. Hallazgos similares se han reportado en otros estudios llevados a cabo en México, Estados Unidos y otros países, indicando que la asociación entre la televisión y la obesidad en la niñez se detecta en distintas culturas.

Para prevenir el desarrollo de la obesidad es importante que los niños sigan un patrón de alimentación saludable y que se promueva un incremento en sus niveles de actividad física. Debido a que la televisión representa un obstáculo para ambos enfoques es importante que los padres regulen la cantidad y la calidad de programas que ven sus hijos. Medidas tan simples como el no permitir televisores en los cuartos de los niños pueden disminuir el riesgo del desarrollo de obesidad. También es importante que se vigile y quizás regule a la industria de alimentos chatarra como frituras, refrescos, y de cereales para desayuno con alta cantidad de azúcar en cuanto a la frecuencia y el tipo de propaganda que se les permita dirigir a los niños a través de la televisión.

Este enfoque de proteger a los niños del mercadeo de productos y hábitos nocivos para la salud a través de medios de comunicación masiva es similar al que actualmente se sigue con la industria del tabaco. Esto sería justificado ya que prevenir en lugar de curar enfermedades, causadas en parte por la influencia de la televisión sobre la obesidad, ahorraría a los países cantidades fuertes de dinero que podrían usarse para invertir en mejorar la educación y prevenir enfermedades en la población antes de que éstas se comiencen a desarrollar.

El autor es profesor de ciencias nutricionales de la Universidad de Connecticut, EU

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