VIERNES 8 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Cincuenta mil títulos de 70 editoriales, oferta de ese encuentro popular


Empezó el Festival de Lectura Paseo de la Reforma

Angel Vargas Ť Visto a distancia, un tramo de Paseo de la Reforma semeja desde ayer un tianguis ambulante. Pero conforme se acerca uno a ese medio millar de metros lineales localizados entre Niza y avenida de los Insurgentes, puede distinguirse que en los 200 módulos de plástico blanco apostados sobre las aceras no se expenden ni alimentos ni vestimentas ni enseres domésticos, sino libros, libros de todos colores y sabores.

Es el Festival de la Lectura Paseo de la Reforma, que fue inaugurado la mañana de este miércoles como resultado de un esfuerzo conjunto del Gobierno de la Ciudad de México -a través del Instituto de Cultura capitalino y la delegación Cuauhtémoc-, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y el Fideicomiso Paseo de la Reforma, para acercar la literatura a la población.

Tal preocupación fue uno de los ejes de la política cultural emprendida por la administración de Rosario Robles y que ahora retoma Andrés Manuel López Obrador, nuevo jefe del gobierno capitalino.

Al respecto y durante la ceremonia inaugural del festival, Alejandro Aura, titular del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM), señaló:

''A favor de una auténtica transformación cultural diversos sectores, entre ellos el gobierno de la ciudad, trabajamos juntos para crear lectores, y trabajamos en ello para que no sólo se acerquen a los libros a buscar datos, sino también alegría y felicidad y, en última instancia, la esperanza que necesitamos para reconstruir nuestra sociedad."

Como ejemplo de ese empeño, indicó Aura que en la actualidad se cuenta con más de un millar de Libro-clubes distribuidos por las 16 delegaciones políticas, los cuales registran 110 mil afiliados y 500 mil volúmenes de literatura universal.

Acercamiento al lector

El presidente de la Caniem, Antonio Ruano, suscribió las palabras del funcionario y subrayó que ''el espíritu popular de acercamiento al lector" ha sido también uno de los principales compromisos de los editores mexicanos.

En su discurso, recordó que el festival libresco en Paseo de la Reforma tiene su antecedente en 1968, cuando los editores asociados en la Caniem organizaron una feria del libro sobre esa misma arteria con el apoyo de Martín Luis Guzmán.

''Fue uno de los primeros intentos de ofrecer nuestra producción editorial con un carácter festivo y popular. La idea era y es acercar los libros al público, sin barreras, sin establecimientos con alfombras, que los vean, los hojeen y se compenetren con ellos, que los adquieran y, finalmente, que los lean, para que los aliente en el espíritu y los incite a elevados propósitos."

La aglomeración humana que provocó ayer el acto, así como la distribución misma de ese singular tianguis sobre la importante avenida, atrajo la mirada curiosa de automovilistas y de peatones.

Algunos de estos últimos, incluso, decidieron emprender un recorrido por los 450 metros líneales en que se distribuyen los módulos, en los cuales se ofrecen más de 50 mil títulos de 70 sellos editoriales.

El festival va más allá de la adquisición de libros y a diario ofrecerá, hasta su clausura el próximo día 17, una serie de actividades artísticas y culturales en torno de la literatura, entre ellas talleres de lectura infantil, música, danza, ajedrez, cuentacuentos y el Café de lectura a la carta, donde el público podrá elegir la lectura de poesía, el fragmento de novela o el cuento que desee.