DOMINGO 10 DE DICIEMBRE DE 2000

 


Ť Antonio Gershenson Ť

Pemex y sus "rendimientos"

uienes hayan elaborado el paquete económico del nuevo gobierno no tuvieron cuidado. Por lo menos en lo que se refiere al precio previsto del petróleo mexicano que se exportará en 2001 hay varias incongruencias.

Se anuncia, como ya se sabía, que el precio promedio del crudo mexicano de exportación será de 18 dólares por barril. Pero, al mismo tiempo, al pronosticar los ingresos fiscales en la Ley de Ingresos, artículo primero, fracción séptima, inciso 21, se incluyen ingresos por 5 mil 309.3 millones de pesos por concepto del "aprovechamiento sobre rendimientos excedentes" de Pemex, uno de los múltiples cargos fiscales con que se despoja de sus ingresos a esta empresa pública. Pero resulta que este cargo resulta de aplicar el 39.2 por ciento sobre el ingreso derivado de precios superiores al previsto. Si hay congruencia, los ingresos no deben ser superiores sino iguales al previsto.

Es más, podemos cuantificar, a partir del ingreso esperado, el monto de "excedente" sobre el que se calculó el supuesto ingreso de más de 5 mil millones de pesos. Aplicando los supuestos de volumen de exportación de crudo y de tipo de cambio, nos resulta que el precio excedente del que se deriva ese ingreso es de dos dólares por barril. Es decir, que el supuesto del artículo primero de la Ley de Ingresos es, en realidad, de 20 dólares por barril; pero para despojar a Pemex de todavía más dinero, en el artículo cuarto de la misma ley, en el que se incluyen los principales cargos fiscales aplicados a Pemex, se dice que los excedentes se cuentan a partir de los 18 dólares por barril.

Una segunda incongruencia: si en realidad se va a producir un desplome, como sería el caso si se cumple alguno de los dos supuestos mencionados, eso tiene implicaciones. Decimos que sería un desplome, porque el precio promedio de estas exportaciones mexicanas ha estado alrededor de 27 o 28 dólares por barril, y nadie prevé un desplome durante el invierno.

Si el precio promedio en enero fuera, digamos, de 27 dólares por barril, para que el promedio anual sea de 18 dólares, una baja uniforme tendría que llegar hasta los 9 dólares por barril; o una baja brusca a partir de febrero tendrá que llegar por lo menos hasta los 15 dólares por barril.

Pues bien, es público que México tiene un trato con los principales exportadores de crudo para defender el precio del mismo. Si el crudo de referencia baja de 22 dólares, que para el crudo mexicano serían unos 20 dólares, se deberá reducir la producción. Sin embargo, la previsión de los Criterios Generales de Política Económica, parte del paquete económico oficial, es de aumentar las exportaciones de un millón 678 mil barriles diarios en 2000 a un millón 825 mil en 2001. Esto representa un aumento de 9 por ciento.

ƑSignifica esto que, en caso de desplome de precios, México va a contribuir a hacerlo más drástico elevando sus exportaciones? ƑQue va a desplomar el precio de su principal producto de exportación? ƑQue va, además, a esquirolear a los demás países exportadores y a incumplir los acuerdos, y de paso las promesas a los mexicanos de mantener ese frente con los otros países vendedores de petróleo? Si el gobierno mexicano lanza una guerra de precios contra la OPEP, la perderá, porque el crudo del Golfo Pérsico es más barato y abundante que el nuestro. Ya en 1986 México perdió 10 por ciento de su mercado por una cosa similar.

El nuevo director general de Pemex anuncia un retraso de por lo menos un año en la entrada de un nuevo régimen fiscal para Pemex. Por lo pronto, lo que se debe hacer, en vez de ahogar más a esta entidad, es suprimir ese aprovechamiento, o por lo menos reducirlo en sus alcances. Porque la realidad es que el precio del petróleo no se va a desplomar. Incluso, la Agencia Internacional de Energía prevé que la demanda mundial de crudo aumente en 2001 más rápido, pasando de un aumento, frente al año inmediato anterior, de 1.3 por ciento en el año que termina, a un incremento de 2.8 por ciento en el que está por empezar. Con una demanda tan sólida, los principales exportadores, actuando en consenso y las existencias de crudo en niveles muy bajos, no hay terreno para un desplome de los precios en 2001.

Y si es así, se puede cobrar a Pemex hasta el límite de la cantidad esperada oficialmente, y que se destine el resto a inversión.