LUNES 11 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Publicó el libro XEW: setenta años en el aire

Lejos de morir, la radio se ha fortalecido: Pável Granados

Ť La estación nos hizo querer lo evanescente, el instante que no regresa, dice; el texto semeja un libre divagar por el cuadrante

04af1.jpgMónica Mateos Ť La XEW "nos hizo querer lo evanescente, lo que pasa, el instante que no regresa", afirma Pável Granados (DF, 1975) en el libro que, con motivo del setenta aniversario de esa estación de radio, escribió para ilustrar el nacimiento, la vida y el desarrollo de la emisora que logró arrancar suspiros entre sus radioescuchas a la hora de La doctora Corazón o un estremecimiento con El monje loco.

Los rostros de las voces más populares de México cuando la radio era la reina en los hogares aparecen en las páginas del lujoso volumen: el tanguero Hugo del Carril; Emilio Tuero, El Barítono de Argel; la intérprete de Vereda tropical, Lupita Palomera; El Tío Polito; Guty Cárdenas, y el locutor Pedro de Lille, entre muchos.

"Desde su fundación, la W cambió la forma de hacer y oír música en nuestro país. La colaboración directa de los compositores con la estación (y la presencia del público durante las transmisiones) estableció un vínculo de una fuerza hasta entonces inusitada entre los autores, los íntérpretes y los escuchas", escribe Granados.

Los reconocidos Agustín Lara, Tata Nacho, Jorge Negrete, Pedro Vargas o Paco Malgesto "formaron la institución tanto como ella los formó; hablar de la W en su 'época de oro' es hablar de voces y melodías que todavía prueban ser imborrables en el panorama de nuestra sensibilidad", añade.

El libro XEW: setenta años en el aire no es en rigor una historia, sino que, puntualiza el autor, "se asemeja más a un libre divagar por el cuadrante: un recorrido por el dial en donde uno se queda más tiempo escuchando una voz y luego recorre varias estaciones de un tirón".

Desde sus inicios, cuando estaba instalada en el cine Olimpia, hasta testimonios de los locutores y la llegada de la W a la calle de Ayuntamiento, en el Centro, las funciones de zarzuela, la publicidad radiofónica, las radionovelas o el éxito de El Doctor

IQ están plasmados en el texto y las imágenes en cuya selección participó Mónica Barrón Echauri.

En opinión de Pável Granados, "tras la explosión televisiva (y a pesar de ella), la radiodifusión ha encontrado nuevos mercados y formas de seguir penetrando en la conciencia de los mexicanos: lejos de morir, como se auguraba, en manos de su hermana mayor (como también se dijo alguna vez que el cine iba a acarrear la muerte del libro), se ha fortalecido y sigue nutriéndose de la participación de su auditorio y jugando un papel decisivo en la vida cotidiana."

El último apartado del libro está dedicado a la época reciente de la emisora, en el cual se incluyen los comentarios de Cristina Pacheco y Carlos Monsiváis en relación con el papel que la radio jugó los días siguientes al temblor del 19 de septiembre de 1985.