MIERCOLES 13 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť El titular de SHCP se opondría a que Economía controle la banca de desarrollo
Inconsistencia en metas económicas para 2001: IP
Ť En materia fiscal, sólo cambios técnicos: IMEF Ť Incongruentes los planes de recaudación, dice el CEESP
David Zúñiga Ť A casi dos semanas de la toma de posesión del nuevo gobierno, el sector privado ha pasado del festejo a la preocupación, debido a inconsistencias en el programa económico para el próximo año -especialmente en lo relativo a política fiscal- y a la ausencia de señales claras sobre el prometido fomento a las empresas.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que las metas de recaudación planteadas por la Secretaría Hacienda no son congruentes con un entorno de menor crecimiento económico y menor consumo interno, que crecerá apenas 2.7 por ciento el próximo año, contra 6.7 en el actual.
La dependencia a cargo de Francisco Gil Díaz se ha propuesto incrementar los ingresos públicos 1.7 por ciento en términos reales, a pesar de que la captación no tributaria caerá 9 por ciento por la baja del petróleo. Asimismo, buscará que la recaudación de los impuestos sobre la renta (ISR) y al valor agregado (IVA) crezca 6.6 por ciento.
En cuanto al gasto público, el CEESP señala que se mantendrá estancado en términos reales, pues mientras el social aumentará 4.7 por ciento y el de gestión gubernamental 4.3, las erogaciones para actividades productivas disminuirán 4.6 por ciento. Contra las demandas de legisladores y gobernadores, el organismo privado sostiene que gastar más no es una alternativa, porque desequilibra las cuentas públicas y no sirve para reducir la pobreza. Además, se congratula de que el gobierno mantenga la línea de gastar cada vez menos en creación de infraestructura y que busque abrir este sector a la inversión privada.
Seguirá creciendo el déficit de empleos
A los industriales de la transformación les preocupa que la Secretaría de Hacienda siga siendo un obstáculo para la recuperación del sector, y exigen que se defina el futuro de la banca de desarrollo.
Según trascendió ayer en círculos empresariales, el titular de Hacienda se opone a que la banca de desarrollo pase al control de la Secretaría de Economía, e incluso habría amenazado con renunciar si se insiste en esta idea.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Raúl Picard del Prado, señaló que ha llegado el momento de cambiar de una política basada en la recaudación y la fiscalización a una de fomento empresarial; de otra forma, advirtió, las promesas de desarrollo de Vicente Fox serán sólo eso.
Picard del Prado criticó algunas de las medidas propuestas por el secretario de Hacienda, como la reducción del límite para que a una empresa se le aplique el régimen de pequeños contribuyentes. Reconoció que se han cometido abusos, pero en lugar de castigarlos o de aplicar candados se pretende establecer medidas recaudatorias que van en contra de las pequeñas y medianas empresas y que sólo alientan el comercio informal.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) señaló que la propuesta de reforma fiscal enviada a la Cámara de Diputados incluye sólo adecuaciones "técnicas" y no los cambios sustantivos de los que tanto habló el equipo de transición.
Fox ganó, pero no tiene el poder
Los primeros seis meses de gobierno serán decisivos para que Vicente Fox consolide el poder, pero estará expuesto a diversos riesgos, advierte Alberto Calva Mercado, consultor y analista de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Calva esboza dos escenarios para el primer semestre del próximo año. En el primero, el optimista, el equipo de Fox toma control de sus respectivas áreas y los trabajadores de las dependencias colaboran, el Presidente da un par de "golpes espectaculares" contra la corrupción, lo cual genera confianza en el exterior; el gobierno del Distrito Federal no obstaculiza a Los Pinos y el PRI renueva su dirigencia sin mayor problema.
En estas condiciones ideales, según Calva, la inversión extranjera directa (IED) aumentaría de 13 mil a 25 mil millones de dólares, el dólar se mantendría en su precio actual, e incluso bajaría, al igual que la inflación; el PIB crecería más de 5 por ciento y las tasas de interés bajarían a 14 o 15 por ciento. En el extremo opuesto, los burócratas y mandos medios bloquearían toda acción del nuevo gabinete en las distintas secretarías, los "golpes espectaculares" terminarían en sendas pifias, Fox se vería obligado a hacer cambios en su gabinete, los mercados dudarían de la capacidad del nuevo gobierno, y el gobierno capitalino y el PRD "atacarían" toda iniciativa presidencial.