MIERCOLES 13 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť El caso vuelve al máximo tribunal de Florida
Decisión de la Suprema abre el camino a Bush a la presidencia
Ť Amplia confusión en Estados Unidos sobre si la decisión es el fin
Ť Los jueces, profundamente divididos y con simpatías partidarias
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 12 de diciembre Ť Por primera vez en la historia de Estados Unidos la Suprema Corte federal ha intervenido en una elección nacional. y con su decisión casi seguramente ha determinado que el republicano George W. Bush será el próximo presidente de Estados Unidos.
Pero en lo que sólo podría ser caracterizado como una decisión encontrada y profundamente dividida (el fallo fue de cinco contra cuatro), la Suprema Corte de Estados Unidos intentó evitar asumir la responsabilidad de coronar al próximo presidente al regresar el caso a manos de la Suprema Corte de Florida, para provocar así una amplia confusión sobre si es o no el final.
Los aspectos claves de la decisión --presentada a las 22 horas, después de un largo día de espera-- fueron que el proceso de recuento de boletas en Florida era arbitrario y no garantizaba un trato igual para registrar el voto de los ciudadanos, por lo que tiene que ser detenido.
La corte agregó que el tribunal supremo de Florida tenía que trabajar para diseñar un sistema "no arbitrario" para el recuento de votos, pero que este remedio era imposible implementar para esta elección por la falta de tiempo para cumplir con las fechas límites establecidas para registrar el resultado de los comicios presidenciales en ese estado del sureste.
De hecho, esa fecha límite era este martes antes de la medianoche, pero la telenovela interminable del sistema "democrático modelo" parece no terminar nunca.
El fallo revierte la decisión de la Suprema Corte de Florida, que ordenó un recuento de boletas disputadas tras aceptar la impugnación del demócrata Al Gore del resultado en ese estado, lo que representa un golpe posiblemente mortal a las aspiraciones del vicepresidente de llegar a la Casa Blanca en remplazo de Bill Clinton.
Tarde esta noche, el presidente del Comité Nacional del Partido Demócrata, Ed Rendell, y el principal abogado constitucional de Gore, Laurence Tribe, pidieron al vicepresidente ceder la elección a Bush.
Mientras tanto, el presidente de la campaña de Gore declaró que se estaba estudiando cuidadosamente el documento emitido por la Suprema Corte y que no habrá una declaración oficial hasta este miércoles.
Consciente de que el Poder Judicial jamás había determinado el resultado de una elección presidencial, la Suprema Corte buscó evadir ser responsabilizada de imponer al próximo presidente con su decisión.
Por lo tanto, formuló un fallo que busca justificar que por la falta de la existencia de un mecanismo para realizar un recuento imparcial, la ventaja de Bush ya certificada en Florida será la que cuenta.
Pero los cuatro jueces que registraron su disidencia con el fallo responsabilizaron a los otros cinco jueces supremos de acabar prematuramente con la posibilidad de realizar un recuento.
El juez David Souter declaró: "No hay ninguna justificación para negarle al estado la oportunidad de intentar contar todas las boletas disputadas".
Pero muchos esperan que en algún momento --durante el próximo año-- alguien realizará un recuento de las boletas disputadas y, aunque será demasiado tarde, el resultado de ese ejercicio podría acabar revelando que en realidad Gore ganó esta elección.
Pero este cuento no se acabará hasta que el demócrata anuncie su derrota y ceda la elección y, al parecer, eso no sucederá esta noche. Sin embargo, todo indica que el veredicto de la Suprema Corte de Estados Unidos marca el fin.
Una elección donde Al Gore gozó de una pequeña ventaja de 300 mil sufragios en el voto popular nacional, donde George Bush gana con una ventaja de poco más de 500 votos en Florida, podría ser determinada ahora por un margen de un solo sufragio en la Suprema Corte de Estados Unidos.