JUEVES 14 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Astillero Ť
Ť Julio Hernández López Ť
Ha terminado en Estados Unidos la prolongada disputa por el poder presidencial. Anoche, Al Gore reconoció que George W. Bush debe ser el ocupante de la Casa Blanca, luego de intentar por diversos caminos políticos y judiciales que se limpiara un tramo del proceso electoral del pasado martes 7 de noviembre.
La demócrata vengadora
Parecía imposible que en la nación que se afana en ser exportadora de vestimentas democráticas se padeciera tal desnudez propia. Como en los peores momentos que han vivido algunos países subdesarrollados, se llegaron a escuchar, en calles y jardines de la máxima potencia mundial, estribillos condenatorios de fraudes electorales y de falta de respeto a la voluntad popular. Finalmente, anoche, Gore abrió el camino a un Bush que llegará al poder con magulladuras importantes y que, en el curso de su mandato tendrá siempre el estigma de no haber tenido el voto popular mayoritario a su favor y de haber ganado en las cortes y gracias a un sistema electoral obsoleto y a presuntas manipulaciones o errores que nunca fueron aclarados. La beneficiaria de todos estos enredos es Hillary Clinton, la activísima senadora electa por Nueva York que, desde ahora, puede ir siendo apuntada en la nueva cinta de acción que se estrenará dentro de cuatro años: La demócrata vengadora.
En Tabasco no hablan inglés
No hay tales ánimos de reconciliación en otro escenario electoral complicado: Tabasco. Pese a que los comicios fueron allí antes que en Estados Unidos --el 15 de octubre--y de que la diferencia de votos entre los principales candidatos es mayor--más de 7 mil entre Manuel Andrade y César Raúl Ojeda, contra unos 537 entre Bush y Gore--, los riesgos de confrontación en aquellas tierras tropicales son ciertos y crecientes.
Ayuda a configurar un escenario de crisis el que la victoria oficial del priísta Andrade --oficial sólo en el terreno estatal, pues el diferendo fue trasladado al ámbito judicial federal, que está por dar a conocer su dictamen-- haya sido construida en el tinglado perteneciente al sistema que se supone está en aceleradas vías de desaparición. Roberto Madrazo, el verdadero jefe de la campaña priísta, y de la maquinaria electoral que validó en su jurisdicción estatal el presunto triunfo de Andrade, supo moverse con especial maestría en el entorno de los temores y las indecisiones del zedillismo, que prefirió sacrificar Tabasco con tal de conducir sin grandes sobresaltos el proceso de demolición de Labastida, en aras de instalar al entonces presidente como el gran demócrata promotor de la alternancia del poder.
Otra historia de votos útiles
Ese marco propicio ha desaparecido ahora o, cuando menos, ha cambiado de sentido. Madrazo ya no le es útil al presidente para validar el proceso de instalación de un candidato débil y encaminado a la derrota. Madrazo ya no le es útil al presidente para desgastar en el forcejeo cotidiano a un candi- dato nacido para perder. Pero, en cambio, Madrazo le es ahora útil al nuevo presidente para tratar de conducir el proceso priísta de resurrección o muerte. Madrazo, en alianza con el presidente Fox, buscaría hacerse del control de los restos del partido tricolor para constituirse en la nueva "oposición leal".
ƑReflectores compartidos?
Sin embargo, es posible que al mismo Fox no le convenga una figura demasiado relevante en otra pista de la misma carpa. No es demasiado aceptable fortalecer y elevar a un Roberto Madrazo que haya salido indemne del muy sucio proceso electoral tabasqueño reciente, que mantenga a un propio como encargado de la gubernatura, y que conserve las estructuras de movilización en aquella entidad que le permitieron levantarse contra las intenciones del anterior presidente de la República.
Tal contexto político podría ayudar a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a tomar decisiones respecto a Tabasco con una absoluta libertad de conciencia y de criterio. La mayoría de esos jurisperitos goza de respeto personal y profesional aunque, para su desgracia, el principal de ellos en materia administrativa, el presidente de ese órgano colegiado, Fernando Ojesto Martínez Porca- yo, ha declinado al ejercicio natural de una obligación ética.
Ojesto y Porcayo
Dado que el citado magistrado presidente había cometido la pifia de emitir a la prensa una opinión personal sobre un asunto delicado que habría de abordar más tarde profesionalmente --el de Tabasco--, hubiera resultado sensato abstenerse de participar en el enjuiciamiento de lo que ya había adelantado en lo particular. No sólo no se hizo a un lado del asunto, sino que, tratando de negar la veracidad de declaraciones grabadas que nunca han sido desmentidas como tales, y enredándose cada vez más en el zarzal de lo que es personal y lo que es profesional, acabó colocando a ese tribunal electoral en una situación desastrosa: si acaso llegaran los magistrados a estimar que los comicios tabasqueños fueron ganados correctamente por el priísta Andrade, estarían generando de inmediato una reacción adversa en la opinión pública nacional y creando condiciones para movilizaciones sociales enérgicas en Tabasco. Es decir, el magistrado presidente, Ojesto Porcayo, ha contaminado el proceso de valoración de las elecciones en litigio. Si el resultado final de las deliberaciones de los togados coincide con las opiniones personales que prematuramente emitió su presidente, nadie podrá creer que no hubo inducción o acaso premeditación del citado Ojesto Porcayo. Injusto es, desde luego, que un tribunal parezca obligado a juzgar en determinado sentido. Injusto a todas luces fue, sin embargo, el proceso tabasqueño en sí, e injusto sin atenuantes es el comportamiento del presidente de ese tribunal.
Pleitos que debilitan
Para fortuna del madracismo y del magistrado Ojesto Porcayo, el PRD no está en las mejores condiciones para defender el triunfo de su candidato Ojeda. En octubre, cuando fueron los comicios, no era tan profunda y ancha la grieta que hoy separa a los cardenistas de los lopezobradoristas. Por ello, en aquellos momentos fue posible aparentar que el sol azteca estaba volcado en la promoción del empresario hotelero que renunció al PRI para ser postulado como candidato externo por el partido presidido por Amalia García. Pero, hoy, para nadie es un secreto que una parte del PRD no desea que crezca el capital político del jefe del Gobierno capitalino y que, en ese cálculo elemental, no le parece sensato a esa fracción que Tabasco se sume a la bolsa del único que en los próximos años tendrá espacios reales de poder. Por ello, los apoyos a Zubieta son emocionados en las declaraciones pero, en el fondo, refrenados por las divisiones internas de lo que fue el PRD. Esa falta de ánimo unitario combativo puede ser utilizada también por los estrategas del foxismo para dar un golpe más al partido del sol azteca: si el triunfo judicial es otorgado al priísmo madracista de Tabasco, el pejelagartismo hotelero deberá jugar sus últimas cartas en movilizaciones y conflictos postelectorales que, a como andan las cosas, podrían ser muy mal vistas por la clase media dominante de la opinión pública que está firmememente convencida de que, con el triunfo de Fox, México entero vive en plena democracia.
Astillas: La profesora juega sus fichas. No quiere ser ella quien esté a la cabeza del gremio, para eso puede contratar veladores como los que Gonzalo N. Santos ponía en el palacio potosino a título de gobernadores. Tiene, por lo demás, varias piezas importantes: el apoyo del preciso, que desea que le mantenga las aguas lo más quietas posibles, y el ISSSTE otorgador de ayudas o estorbos, según convenga... El peso de las figuras públicas sigue rigiendo la reacción sentimental de mucha gente en controversias jurídicas. Hay quienes apostarían la vida por la inocencia de Mayito Bezares sin saber una jota de su proceso judicial, simplemente agradecidos por los ratos de banal diversión que por vía electrónica les proporcionó. En el caso de Silvia Pinal sucede lo mismo: la admiración por la artista nubla la valoración de su conducta personal...
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