JUEVES 14 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Condecorado con la orden del Aguila Azteca 


Burnand, promotor en Suiza del arte precolombino de México

Ť Conocer Palenque, en 1973, le produjo ''amor a primera vista''

Kyra Núñez, corresponsal, Ginebra Ť Fue en Palenque, en 1973, entre los vestigios de la sabiduría maya, que a Gaston Burnand se le ''revela la magnificencia de las civilizaciones del México anterior a la llegada de los españoles" y, a partir de ese "amor a primera vista" del sitio arqueológico, se entrega de lleno a promover, infatigable, el arte precolombino, carrera que alcanzó entre 1997 y 1999 dos pináculos con las exposiciones Ulama-Juego de la pelota en el arte precolombino de los olmecas a los aztecas, que organizó en el Museo Olímpico en Lausana, el verano del 1997, y México, tierra de dioses-Tesoros del arte precolombino en el Museo Rath de Ginebra, entre 1998 y 1999.

Por esos resultados como comisario independiente, coleccionista, conocedor del arte y la cultura precolombinos, el suizo Gaston Burnand recibió del embajador de México, Enrique Loaeza, el pasado septiembre, la Orden Mexicana del Aguila Azteca en Grado de Insignia.

Más de 30 mil visitantes, en mes y medio de duración de la muestra, visitaron el Museo Olímpico; y se logró un récord histórico de asistencia en la de Ginebra, con 75 mil asistentes a la exhibición de 410 piezas mostradas del 7 de octubre de 1998 al 24 de enero de 1999.

El proyecto de la exposición fetiche, señala el especialista, ''tenía todos los ingredientes para el éxito: el tema, las piezas, el momento. Pero la realidad rebasó todos las previsiones imaginables". La razón verdadera es que ''México es un sujeto de prestigio, misterioso, exótico, estético e histórico; todos los calificativos para seducir al público".

Burnand no tenía ni idea tampoco de que existía la distinción del Aguila Azteca, pero alguien le dijo: ''Por este trabajo usted merecería ese galardón".

El resultado que personalmente más impactó a Gaston fue el interés que la exposición tuvo entre la juventud. Y, con orgullo, declara: ''Era un ir y venir de jovencitos; muchos en el suelo, haciendo bocetos, otros tomando los cursos alternos como la lectura de los glifos mayas".

''México es mi segunda patria''

En su residencia, Burnand recibió a La Jornada para mostrarse, sin modestia, tal cual es: coleccionista empedernido, caluroso, platicador, risueño. Pero lo es por su nacimiento, en Lausana, hace 73 años, no obstante reside en Ginebra desde hace mucho. Sin reparos y de manera espontánea declara que desde 1973, cuando tocó por vez primera tierra azteca, ''México es mi segunda patria".

A la promoción del arte precolombino y de esas culturas de México se ha dedicado Burnand, ''casi desde siempre". Joven, siendo tipógrafo, solía caer entusiasmado en el canto de la sirena de un mercante de arte maya a la salida de su trabajo; rendido un día, a los 25 años, compra su primer guerrero maya, de origen costarricense, atraído más por su valor estético que etnográfico. Hoy la pieza es clave en la impresionante colección que abriga y protege. Sin embargo, el lugar privilegiado lo ocupa un perro en barro cocido originario de Colima, que el editor y coleccionista Samuel Josefowitz le regaló para celebrar el decenio de trabajo con Edito-Service.

SOLZHENITSYNConvertido en editor de bellos libros, Burnand no olvida su primer viaje a México y sus museos: ''El de Antropología e Historia es el más bello del mundo", el de Palenque ''el más modesto de todos".

El Aguila Azteca 2000 recuerda que inició su cole  cción con pequeñas piezas en cerámica de Guerrero, Jalisco, Nayarit y metido ya en el circuito de los coleccionistas y científicos, de la cerámica ''pasé a conocer la piedra, del arte maya al de mezcala. La búsqueda me ha llevado al mundo entero. En esas épocas el arte precolombino no era reconocido ni tenía valor de piezas de colección. Hoy día las cosas han cambiado. El acuerdo de UNESCO de prohibir la salida de piezas precolombinas por ser patrimonio de una nación dio un alza exorbitante de los precios.

''Los coleccionistas, la verdad, están siempre listos para prestar sus piezas. Es un honor verlas expuestas y un orgullo verlas ilustradas en catálogos. Entre los coleccionistas europeos defendemos la postura de las naciones en proteger su patrimonio nacional", asegura Burnand. Para la exposición del Rath, agrega, ''recibimos propuestas de más de 800 piezas para seleccionar. Cuatrocientas diez fueron elegidas porque eran precisas para la temática; una por una cotejamos su pedigree para ver su autenticidad y legalidad; provenientes de 44 coleccionistas privados y de 10 museos, encontraron su lugar en la exposición que duró del 7 de octubre de 1998 al 24 de enero de 1999".

México tierra de dioses-Tesoros del arte precolombino rompió récord tras récord, pues ''desde el comienzo quisimos hacer algo excepcional, que los suizos conocieran el arte precolombino, pero vimos tours de japoneses, ingleses, estadunidenses y ni hablar de los europeos; jefes de Estado, actrices y actores hicieron escala en Ginebra, por horas, tan sólo para visitar la exposición".

Entre sus planes, Burnand editará un libro acerca de la cultura chontal.