DOMINGO 17 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Habría una lista negra paramilitar para asesinar a sindicalistas colombianos


Líder burócrata acusa a Carlos Castaño de atentado fallido

Ap, Dpa, Afp y Reuters, Santafé de Bogotá, 16 de diciembre Ť El máximo líder de los trabajadores estatales, Wilson Borja, quien la víspera logró escapar a un atentado, acusó hoy al jefe paramilitar de extrema derecha Carlos Castaño de haber ordenado su muerte, la de cinco profesores universitarios y otros dirigentes gremiales.

Desde el hospital donde convalece de tres impactos de bala, indicó que desde hace un mes tuvieron informes de la existencia de un plan de los ultraderechistas para asesinar a dirigentes sindicales de diversos sectores del país, que lo incluía a él, a un compañero del sindicato petrolero y a cinco profesores de la Universidad Nacional.

Dijo no tener dudas de que Castaño está detrás del atentado, luego que ayer un puñado de pistoleros lo atacó a balazos cuando salía de su domicilio, y explicó que obedecía a su rechazo a los avances que se vienen dando en el proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país.

Borja, quien forma parte de un comisión civil de paz que impulsa el proceso con el ELN, dijo no creer que un "asesino" como Castaño se merezca el favor de que se comuniquen con él, y explicó que en lo personal no esta dispuesto a reunirse con Castaño, aunque no se opone si otros miembros de su comisión quieren hacerlo.

Medios de prensa locales refirieron la existencia de una presunta "lista negra" de los paramilitares de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia para asesinar a varios líderes sindicales, entre los que además de Borja figuraría el líder de la Central Unitaria de Trabajadores, Luis Eduardo Garzón, quien también forma parte de la comisión de paz ante el ELN.

Otros dirigentes en la lista serían el presidente del sindicato de la Empresa Colombiana de Petróleos, Hernando Hernández, y la lideresa de la estatal Federación Colombiana de Educadores, Gloria Ramírez.

El Espectador apunta que en la lista hay políticos, periodistas, parlamentarios y hasta sacerdotes, todos ellos partícipes en los procesos de paz.

El líder de la oposición liberal, Horacio Serpa, estimó que el fallido atentado contra Borja podría ser el comienzo de una serie de crímenes selectivos.

Recordó la llamada "mano negra" de los años 80, cuando fueron asesinados decenas de activistas laborales, políticos y simpatizantes de la Unión Patriótica.

Sólo el comandante de la policía colombiana, general Luis Ernesto Gilibert, quiso mostrarse cauteloso al pedir que no se hagan acusaciones a priori.

"Es necesario no presionar el proceso de la investigación culpabilizando a determinadas personas o grupos", comentó.

En tanto se acusaba al ELN de haber secuestrado al periodista Wiston Viracacha Pava, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se le atribuyó un ataque contra una guarnición militar que dejó cinco uniformados heridos en Arauca.

El canciller colombiano, Guillermo Fernández, avaló por su parte una declaración del subsecretario estadunidense del Departamento de Estado para el control internacional de narcóticos, Randy Beers, de que la guerrilla de las FARC tiene vínculos con el tráfico de drogas.