Ť Esta noche dirige en Nueva York la Novena Sinfonía
Celebra Barenboim su jubileo con ciclo completo de Beethoven
Ť El sello Teldec lanza una serie discográfica con esos materiales
Pablo Espinosa Ť Con la interpretación de la Novena Sinfonía, de Beethoven, la noche de hoy concluye en el Carnegie Hall de Nueva York el ciclo completo de las sinfonías y los conciertos para piano del genio sordo, con la batuta del argentino Daniel Barenboim, quien también fue solista y director cuando él y la legendaria orquesta Staaskapelle de Berlín interpretaron, esta semana, las partituras concertantes para teclado. Los boletos para toda la serie de seis conciertos se agotaron desde hace semanas.
La magia de la tecnología nos provee, en compensación, de un material apreciadísimo: el sello discográfico Teldec acaba de lanzar en México, de manera coincidente, dos álbumes con los materiales cuyas ejecuciones en vivo concluye Daniel Barenboim hoy en Manha ttan. No se trata, por supuesto, de grabaciones en vivo. Es, por el contrario, una estudiadísima y extremadamente bien preparada edición de la summa sinfónica y pianística beethoveniana, es decir, uno de esos proyectos monumentales que se cuentan con los dedos.
Es conseguible en nuestro país, por lo pronto, la caja de seis discos compactos que reúne las nueve sinfonías de Beethoven, en la versión de Barenboim, cuya celebridad obedece a sus prodigios pianísticos pero que ha ganado fama ascendente como director de orquesta; esta edición discográfica lo consagra.
Daniel Barenboim estuvo en México hace unos meses; protagonizó en el Palacio de Bellas Artes uno de los recitales pianísticos más importantes del año que está por concluir y de muchos anteriores. Su fama también ha crecido en fechas recientes debido al estreno del filme Hillary & Jackie, que narra episodios biográficos desgarradores de él y de quien fue su esposa, la extraordinaria violonchelista inglesa Jacqueline Du Pre.
La carrera musical de Barenboim acaba de llegar al jubileo. Precisamente para celebrar sus 50 años como músico es que Teldec preparó esta grabación --seis discos en una caja con nueve sinfonías? beethoveniana, empresa harto riesgosa si tomamos en cuenta que se trata de las obras más grabadas y que las versiones integrales de Leonard Bernstein, Herbert von Karajan, Georg Solti, Carlo Maria Giulini, Zeiji Ozawa y Bernard Haitink, por sólo mencionar algunos de entre una lista interminable e imponente, son un handicap descomunal.
Desde luego que las versiones de Wilhelm Furtwaengler siguen siendo insuperables, seguidas de cerca por las de Arturo Toscanini, Bruno Walter y Sergiu Celibidache.
En su aventura beethovenística, Barenboim toma en cuenta todo lo conocido acerca del corpus sinfonístico de don Ludwig. Reconoce, de entrada, la supremacía de Furtwaengler pero no tiene empacho en contradecir las tesis del mismísimo Erich Kleiber, al punto que en su grabación Barenboim elimina de plano el pizzicato en el final del allegretto de la Séptima, propuesta kleiberiana que se tenía hasta ahora casi por dogma.
El Beethoven de Barenboim es una exquisitez. Saca el máximo provecho de la orquesta Staatskapelle, que fue fundada en 1570 y estrenó, en vida del autor, las sinfonías que ahora recrea el director argentino.
Fraseo, respiración y transiciones son algunos de los vectores importantes que traza Barenboim para estas grabaciones estupendas que compiten, además, con una nueva edición de las sinfonías completas de Beethoven que acaba de grabar la Filarmónica de Berlín, en la despedida con broche de oro de Claudio Abbado. Pero esa es otra historia. Por lo pronto, las nueve sinfonías de Beethoven, con Daniel Barenboim, en un solo álbum de seis volúmenes, es un bocado de cardenales para las Trompas de Eustaquio y las entendederas de todos.