Espejo en Estados Unidos
México, D.F. domingo 17 de diciembre de 2000
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Editorial

LA ECONOMIA MUNDIAL, ENTRE BUSH Y KONDRATIEV

SOLEl economista ruso V. Kondratiev, primer dirigente de la Comisión para el Plan de la entonces recién nacida Unión Soviética de los años 1920, fue el padre de la teoría de los ciclos económicos largos, con un ascenso, un sucesivo estancamiento y una declinación, que se superponían, según él, y constituían el marco, más o menos veintenal, de los ciclos coyunturales mucho más cortos. El Banco Mundial parece ahora basarse en Kondratiev, al prever que la economía mundial estaría por entrar en un ciclo de auge económico, después de más de 20 años de vacas flacas y de sucesivas crisis coyunturales, imprevistas e incontroladas, que fueron seguidas por brevísimos periodos de recuperación. 

Sin embargo, esa perspectiva parece aún lejana, a juzgar por el comportamiento de la economía estadunidense, que ha tenido en el último trimestre un crecimiento inferior al demográfico junto con un aumento, aunque leve, de la inflación y de la desocupación, y a juzgar también por la reducción de las ganancias de las grandes empresas (lo cual provoca cierres y despidos en el caso de las automotrices y la caída de las cotizaciones bursátiles en el de los gigantes de la cibernética). Los analistas de la empresa Salomon, Smith y Barney sostienen empero, a este respecto, que no hay motivo de preocupación porque la economía de Estados Unidos entrará en una "pausa" y no en un enfriamiento, ni mucho menos en una recesión. Pero su definición tampoco es muy alentadora para países como el nuestro, altamente dependientes del avance constante y de la buena salud de la economía estadunidense. 

En efecto, en nuestra economía podría repercutir fuertemente la desaceleración o el estancamiento económico del país que compra el 87 por ciento de nuestras exportaciones, a pesar mismo de la actual disminución del precio del petróleo (que, dicho sea de paso, no alcanza a estimular el consumo en Estados Unidos pero en cambio daña a México). Además, contrariamente a las róseas perspectivas que nos brinda el Banco Mundial, importantes analistas internacionales de los países industrializados prevén el peligro de una nueva crisis de los países llamados "emergentes", entre los cuales nos contamos. Sobre todo, porque las grandes empresas transnacionales, para mantener en el actual y altísimo nivel su tasa de ganancia, están cerrando sucursales en esos países en los que la mano de obra, efectivamente, tiene muy bajos salarios, pero precisamente por eso no existe un gran mercado interno consumidor. 

Sería, por consiguiente, oportuno no apostar todo a las exportaciones a un solo mercado. Sobre todo porque éste se caracteriza por el gran endeudamiento de los hogares y de las empresas y por la fiebre bursátil especulativa, todo lo cual podría chocar con la pérdida de seguridad y la inquietud resultantes de la victoria pírrica obtenida por George Bush hijo, con sólo un voto de diferencia en la Suprema Corte y menos de 600 en Florida, y con la mitad del electorado que se abstuvo y la otra mitad dividida en partes iguales y sin posibilidad de mediación, a pesar de la coincidencia programática entre los candidatos.

Si ante la crisis política y los despidos en la gran industria, los estadunidenses dejasen de gastar y de especular como antes y pensasen en pagar sus deudas con sus propios ingresos, las expectativas del Banco Mundial podrían, por lo menos, postergarse. Es obvio que el reforzamiento del mercado interno y de la producción rural y la búsqueda de nuevos mercados podría "blindar" mucho más nuestra economía que las mal llamadas ayudas bajo la forma de deudas que algún día habrá que pagar con creces.
 

 

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