MIERCOLES 20 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Riesgosa, la inhalación de ceniza: Horacio Riojas


Ante la contingencia, crean el Comité Unico de Salud

Ť Irritación en vías respiratorias y lesiones en la piel, males

Angeles Cruz y Karina Avilés Ť Para atender la contingencia sanitaria que pudiera suscitarse por la erupción del Popocatépetl, las instituciones del sector crearon el Comité Unico de Salud. Hasta el momento no se ha reportado ningún brote epidemiológico ni personas heridas o lesionadas.

Por otra parte, el coordinador del área de Salud Ambiental del Instituto de Salud, Ambiente y Trabajo, Horacio Riojas, explicó que la inhalación de ceniza volcánica puede ser "riesgosa", dependiendo de su concentración y tamaño.

Mientras más pequeñas sean sus partículas, más fácil "pueden penetrar a los bronquios y a los pulmones", sobre todo de la población más vulnerable, integrada por los ancianos, los niños y aquellos que padecen de alguna enfermedad respiratoria. Indicó que los pobladores de las zonas aledañas al volcán deberían de estar protegidos ya con cubre-bocas dada la exposición que padecen.

En los estados de México, Puebla y Morelos funcionan comités de vigilancia presididos por los gobernadores, los cuales cuentan con alrededor de 30 hospitales. Los servicios de salud ubicados en los albergues habían brindado hasta ayer casi 700 consultas. De acuerdo con el doctor José Pérez Neria, jefe del Departamento de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la ceniza emitida por el volcán no es tóxica, aunque sí provoca irritación, principalmente en ojos y vías respiratorias y, en menor medida, afectaciones en la piel.

En entrevista, el especialista explicó que investigaciones realizadas en los últimos seis años -desde que se intensificó la actividad del coloso- han demostrado que las afectaciones a la salud son transitorias, mientras exista la emisión de ceniza. El estudio se ha realizado en las comunidades cercanas al volcán, como lo es San Nicolás de los Ranchos, donde a consecuencia de la ceniza suspendida en el aire, 80 por ciento de las personas ha sufrido irritación en los ojos; 28, resultó afectada por molestias en nariz y faringe, mientras que una proporción mayor de individuos reportó afecciones en la piel. Además de que todas las molestias han desaparecido cuando la ceniza es eliminada del ambiente, en los seis años que ha durado la investigación no se ha detectado ningún efecto colateral en la salud de las personas, afirmó el galeno.

Pérez Neria se refirió a la composición de la ceniza volcánica. Dijo que entre otros gases contiene bióxido de azufre que, al hacer contacto con la humedad y otras partículas, genera acidez. Esta es la que provoca irritación en las zonas corporales mencionadas.

Detalló que investigaciones del Instituto de Geología de la UNAM han determinado que el nivel de acidez de la ceniza del Popocatépetl es siempre el mismo. Esto significa que, aunque ocurriera una erupción mayor, no variaría la afectación a la salud de las personas. En una explicación más técnica para enfatizar que no es posible esperar mayores perjuicios, Pérez Neria comentó que un punto neutro de acidez (pH) se ubica en el número siete. Cuando este número disminuye, aumenta la acidez, y en este caso la ceniza estudiada ha registrado un nivel máximo de 3.99 de pH. Si la acidez fuera mayor, los afectados sufrirían enfermedades graves como bronquitis, precisó.

Por otra parte, el médico mencionó que el bióxido de azufre es como "cristal con filo; a través del microscopio se ve como pedazos de vidrio". Por eso es que si se frotan, rayan la superficie en la que se encuentran. Reiteró las recomendaciones a la población para que no se exponga a la ceniza y no salga a la calle. En caso de una caída masiva habrá que proteger ojos, nariz y boca, principalmente en los niños menores de cinco años y las personas mayores de 60, que son las más sensibles, además de quienes padecen alguna enfermedad respiratoria, como el asma.

Por su parte, Horacio Riojas explicó que las cenizas "son partículas suspendidas totales, y las más pequeñas son las que pueden ser más riesgosas, pues son una especie de irritante de la mucosa respiratoria", y pueden introducirse "a los bronquios y a los pulmones".

La exposición aguda a estas cenizas podría reforzar los padecimientos de aquellas personas con alguna enfermedad respiratoria. "Por ejemplo, podría provocar ataques de asma, o una bronquitis se podría agravar".

Enfatizó que los pobladores del volcán tendrían que ser dotados con cubre-bocas. Y recomendó que los albergues en los que han sido alojados, deben estar con las ventanas cerradas, para evitar la exposición.