JUEVES 21 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť El cambio de dieta alimenticia provoca malestar entre los damnificados
Difícil convivencia en los albergues poblanos
Ť Cada día aumenta el número de personas que buscan refugio Ť Coordina acciones el Ejército
La Jornada de Oriente, Puebla, Pue., 20 de diciembre Ť Alojados en los albergues ubicados en diferentes municipios de Puebla, campesinos, carboneros, comuneros, pequeños ganaderos, albañiles, amas de casa y niños se abren espacio para convivir y hacer frente a las desavenencias. Su estancia, reconocen, no es agradable y la atención que reciben la califican como "mala" y "más o menos buena".
Y es que en la mayoría de los albergues de Izúcar de Matamoros, Tilapa y San Pedro Cholula no faltan las quejas porque la comida que reciben "está fría y no tiene sazón", además de que ha provocado en los niños vómito y diarrea; no hay tortillas; a las mujeres les impiden participar en las labores de la cocina; hay escasez de agua, no se puede lavar la ropa y se deben hacer largas filas para usar el baño.
La Secretaría de Salud estatal informó que hasta el momento no se ha presentado ningún brote epidemiológico en ninguno de los 14 albergues instalados en cinco municipios, además de que se han dado 726 consultas gratuitas para atender infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, conjuntivitis, parasitosis y dermatosis.
En un principio tímidos y evasivos, Maximino Torres, Roberto y Gregorio Aguilar, Angel Flores y Herminio Zamorano, pobladores de San Juan Ocotepec, relatan que su vida en el albergue instalado en la escuela Sánchez Taboada, en Izúcar de Matamoros -municipio que alberga a gente de San Pedro Benito Juárez, Ocotepec, colonia Agrícola Ocotepec- "šva más o menos!".
Ya entrados en confianza, exponen sus quejas porque la comida que reciben "no es buena", es muy poca -"no nos llenamos"- y rompe con la dieta alimenticia que llevaban en sus comunidades. "Por los frijoles no nos preocupamos, ahí estamos bien; el problema son las tortillas, dan muy pocas, dos o tres. Si se acaban, pos tienes que comer pan. Otras veces nos dieron atún, no es que seamos malagradecidos, pero nosotros no comemos eso, no nos gusta", dice Herminio Zamorano.
Pero eso no es lo único. A decir de Angel Flores, las pacas de alimento para ganado que la Secretaría de Desarrollo Rural ha ofrecido son muy pocas y sólo sirven para alimentar a una bestia un solo día. Por lo menos en San Juan Ocotepec, comenta, el zacate y la alfalfa sólo sirvieron para dar de comer a 50 por ciento de los "animalitos" que existen en la población.
A los reclamos de los pobladores se unen los de Margarita Arellano, madre de siete hijos y originaria también de San Juan Ocotepec. Desde el sábado pasado se encuentra alojada en el Centro Escolar Lázaro Cárdenas y advierte que la comida que los soldados preparan "esta fría y no tiene sazón". Argumenta que posiblemente por los alimentos que les han dado los niños han comenzado con los vómitos y la diarrea.
"A los del Ejército les dijimos que nos hicieran un lugar para que les ayudáramos en la cocina, pero no quisieron. Todas las mujeres sabemos cocinar, echar tortillas. Si quisieran, nosotras echamos las tortillas, sólo nos haría falta el maíz, pero en el pueblo tenemos mucho; nos comprometemos a que si nos dan permiso, nosotros ponemos el maíz".
Un grupo de señoras se acercan a Margarita Arellano para señalar que tampoco tienen agua y desde la mañana los militares les habían prohibido que utilizaran la parte trasera de la institución para lavar ropa y asearse un poco.
"La comida que damos a lo mejor a la gente no le gusta, pero deben entender que se trata de una emergencia. La hacemos con mucha limpieza y comen tres veces al día. Lo que más gusto nos da es ayudar a la gente", dice un militar encargado de la cocina en el albergue instalado en Agua Dulce, Tilapa, que recibe a la gente de Santa Catarina de Cuilotepec. "Tenemos comida enlatada, pero también fruta y verduras, toda se la damos, ojalá comprendan que queremos ayudarlos", agrega.
En San Andrés Cholula, desde hace dos días alrededor de 250 personas de San Nicolás de Los Ranchos y Nealtican permanecen refugiados en el auditorio municipal. Su futuro es incierto y se muestran desorientados porque las autoridades estatales se han negado a proporcionar ayuda al ayuntamiento bajo el argumento de que no había permiso para instalar allí un albergue.
"Nosotros no los trajimos, los mandaron de San Pedro Cholula porque ya no hay espacio allá -dice Roberto Rojas Formacio, síndico municipal-. Algunos estaban abandonados a la orilla de la carretera y no sabían a dónde ir". El funcionario advierte que cada día se incrementa el número de personas que buscan asilo en ese lugar y carecen de recursos económicos para darles atención.