JUEVES 21 DE DICIEMBRE DE 2000

Gustavo Leal F.Ť

Gota de agua en piedra ardiente

El nombramiento foxista de Ben-jamín González Roaro como director del ISSSTE -quien hasta el último día de la administración de Ernesto Zedillo se desempeñara como subsecretario de Servicios Educativos del Distrito Federal en la Secretaría de Educación Pública (SEP)- fue recibido, justo a la puerta de sus nuevas oficinas, con manifestaciones de jubilados y pensionados en demanda de bono sexenal, vales de despensa de fin de año, otras prestaciones económicas y la entrega de los mil 550 pesos suministrados en enero a los pensionados del IMSS. Unas horas después, González Roaro comunicó que la situación de insolvencia del instituto se enfrentará con un "diagnóstico compartido" entre todos sus actores "con pleno respeto a los derechos de los trabajadores y derechohabientes, y de acuerdo a la condiciones generales del presupuesto federal, para ver de qué manera se puede traducir en la realidad".

Lamentablemente, la iniciativa del Presupuesto de Egresos 2001 que discute el Congreso de la Unión, proporciona un cuadro poco optimista de esa "realidad". El Poder Ejecutivo está solicitando un presupuesto incrementado en 2.9 por ciento real respecto al ejercicio anterior: 43 mil 224 millones de pesos, que incluyen 3 mil 469.9 millones para el Fovissste, que financiarían 18 mil 800 viviendas, así como mil 442 millones para el Sistema Integral de Tiendas y Farmacias con precios preferenciales a la población. Y aún así, estima el documento del Ejecutivo, "no sería suficiente para cubrir los costos crecientes de atención médica".

Para corregir el actual déficit financiero (9 mil 975 millones de pesos, š944 por ciento más alto que el de 1990!), las cuotas que pagan los trabajadores al instituto tendrían que subir de 8 a 42 por ciento. Aunque el número de cotizantes aumentó 64 por ciento en 20 años (de 1.4 millones de trabajadores en 1980 a 2.3 en el 2000), la cifra de jubilados creció 462 por ciento (de 68 mil 400 a 384 mil 500).

En 1980 había 21 trabajadores activos por jubilado. En el 2000 hay seis. La situación podría agravarse durante los próximos años: el promedio de edad de los trabajadores públicos es hoy de 43.7 años con 16.3 años de servicio: 330 mil de ellos cuentan con los requisitos para jubilarse en cualquier momento. Durante los próximos diez años, con un crecimiento anual de 7.5 por ciento en el número de los pensionados y jubilados, el déficit alcanzaría 27 mil 139 millones de pesos (El Universal, 8 de diciembre).

González Roaro considera que las peticiones de jubilados y pensionados de la institución "debió ser resuelta por la administración anterior" y que aunque la prestación "no se ha dado en ocasiones anteriores, revisaremos la situación, sabiendo de antemano que hay un impedimento legal". Y agrega conocer "las necesidades de los trabajadores", en particular de los maestros, grupo mayoritario en la derechohabiencia del ISSSTE.

En el portal de la complicada agenda de González Roaro aguardan, entre otros: 1) la previsible "aforización" de los trabajadores al servicio del Estado; 2) la defensa del programa de vivienda del instituto; 3) el adecuado manejo de los fondos extras que para jubilados y pensionados del ISSSTE ha dispuesto el Congreso de la Unión; 4) el nuevo diseño -junto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público- para encarar el desafío que plantean los sistemas pensionarios estatales, y, 5) las presiones para "reformar" el instituto del secretario de Salud del foxismo, Julio Frenk, quién también preside su Junta Directiva.

Otro paquete lo constituyen las deudas con "la maestra" Elba Esther Gordillo, a quien debe toda su carrera política, sus "relaciones" con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la "nueva" directiva encabezada por el también gordillista Rafael Ochoa Guzmán; los severos conflictos por que atraviesa la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) del cuestionado Joel Ayala y los propios del Sindicato de Trabajadores del ISSSTE, de José Luis Acosta.

Con todo, es claro que su gran pendiente es proponer acciones clínicas coherentes para enfrentar el estado poco menos que ruinoso de los servicios de atención médica que le legara el proceso de "modernización y reordenamiento integral" de la directora anterior, Socorro Díaz. Para este reto, un auténtico quebradero de cabeza, el 2.9 por ciento de aumento real al presupuesto del ISSSTE es apenas una gota de agua en la piedra ardiente.

ŤUniversidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco