VIERNES 22 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť De vez en cuando deja la piedra y baja convertido en un hombre de 50 años


Don Goyo sí existe, aseguran lugareños

Ť Le gusta caminar por Xalitzintla, Ozolco y San Nicolás de los Ranchos, cercanos al Popocatépetl

Gustavo Castillo García, enviado, Xalitzintla, Pue., 21 de diciembre Ť La presencia de Don Goyo para los habitantes de las comunidades cercanas al volcán Popocatépetl es tan fuerte, que existen incluso quienes aseguran haber platicado e intimado en alguna oportunidad con él.

La leyenda dice que es un hombre como de 50 años vestido "a la antigua", con "ropa indígena", y que de vez en cuando deja la piedra y baja convertido en hombre y camina entre la milpa preocupado cuando las cosechas no se dan.

La creencia de que Don Goyo es una persona es un culto oral que se ha transmitido de generación en generación y convertido en leyenda, además de que ésta subsiste entre los residentes más viejos de las comunidades cercanas al coloso.

Ahora, cuando algunos fueron entrevistados sobre la presencia de tan connotado personaje, también mencionaron que sus exhalaciones han provocado una caída en la venta de sidras en San Pedro Yancuitlalpan y en San Nicolás de los Ranchos.

Señalaron que en Santiago Xalitzintla muchos han preferido partir ante la amenaza de nuevas erupciones. Se ocupan como taqueros, panaderos, trabajadoras domésticas, o bien como vendedores ambulantes en el Distrito Federal.

Luz Agustín es de los pocos lugareños que se atrevieron a hablar abiertamente sobre la leyenda y de lo que dice le "consta". Profesa la religión mormona y asegura que no bebe ni fuma.

Regresó a Xalitzintla la mañana de este jueves. Afirma que no permanecerá en ningún albergue porque "no dan comida suficiente: apenas un vaso de atole y un pan en la mañana; a mediodía, frijoles, sopa y tres tortillitas. En la noche, sólo café y un pan. Eso no llena".

Dice que a su cuñado, Rodrigo Sevilla, de profesión albañil, quien tampoco bebe ni fuma, sí le cree que haya hablado con Don Goyo "hace como tres años".

Rodrigo fue a San Nicolás, y cuando regresaba encontró a un hombre con las ropas rasgadas, "le pidió un pan y que no sólo eso le dio, también le compró un jugo. Le dijo que era Don Goyo, que no se preocupara por lo que pasaba. Que hasta el año 2000 haría algo, pero no grave... Y ya ve".

Juan Hernández Flores, de 65 años, dedicado a la agricultura, acudió a su casa dar de comer a sus animales, luego de permanecer en un albergue en Cholula.

Contó que Don Goyo "es un hombre fuerte, de edad mediana, como de 50 años. Le gusta caminar en Xalitzintla, Ozolco, San Nicolás de los Ranchos", porque todas esas poblaciones tienen algo en común: son las más cercanas al Popocatépetl.

Aseguró que "en una ocasión Don Goyo pidió posada. Permaneció en la casa que le dio cobijo una noche. Venía vestido con ropas antiguas, "así nada más". Al amanecer salió "y se perdió de pronto".

"Otra vez llegó hasta donde estaban unos vecinos tomando cerveza, les pidió una, le dijeron que sí, pero cuando voltearon a dársela ya estaba en el otro extremo de la calle", relata convencido.

Don Goyo, el hombre, la leyenda, no es un tema que se trate abiertamente con extraños, sobre todo si son del Distrito Federal.

Un hombre y una mujer de la tercera edad, a los que se pretendió entrevistar al respecto, contestaron que "eso es algo muy de nosotros. A los fuereños no les contamos nada. Eso es algo de nuestro pueblo. Sólo nosotros sabemos que existe", y ya no aceptaron más preguntas.

Tomás Juárez asegura que "hace como dos años se apareció por el mes de septiembre. No conocemos su cara pero es como nosotros. Es un hombre grandote, como de 50 años de edad".

Pero no para todos la existencia de Don Goyo, el hombre, es una realidad. Miguel Meneses, poblador de San Nicolás de los Ranchos, el único municipio cercano al Popocatépetl donde existe una escuela preparatoria, afirmó: "Son meras invenciones de los tiemperos (personas que le rinden culto al volcán), y una leyenda que nos contaban los más viejos".

La existencia de Don Goyo, el hombre, podrá ser una leyenda, pero para muchos que han regresado a sus casas ante la poca actividad registrada en las últimas horas, se trata de un volcán que es su "amigo", una montaña que les da agua y que les advierte cuando va a provocar problemas serios.

Las calles de Xalitzintla, al igual que las de Ozolco, San Nicolás de los Ranchos y San Pedro Yancuitlalpan, todavía siguen casi desiertas. Los que han regresado aseguran que ya no se irán, que Don Goyo ya terminó su enojo.

Aunque este malestar de la montaña que humea --significado náhuatl de Popocatépetl-- haya obligado a muchos a emigrar temporal o definitivamente de la zona, a refugiarse en los albergues, haya provocado que las fiestas decembrinas de todas las iglesias de los municipios cercanos estén suspendidas, que las posadas se realicen en pueblos casi fantasmas.