Restituyen predio a pobladores de la comunidad Amador Hernández
Ť Pablo Salazar asegura que el Ejército es "víctima también de una guerra que seguramente no quiere"
Jesús Aranda ENVIADO
Amador Hernández, Chis., 22 de diciembre. En acto calificado como "el primer paso, pero paso hacia adelante", los gobiernos federal y estatal "corrigieron el error" cometido por la administración pasada, que le entregó al Ejército un predio de 3.5 hectáreas en el que se instaló una base militar durante año y medio.
Al respecto, el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, convocó hoy "a nuestros hermanos zapatistas" a que aprecien esta acción que responde a una de las siete demandas concretas del EZLN para avanzar hacia la "desmilitarización" de la entidad.
Al recibir de manos del comandante de la séptima Región Militar, general Abraham Campos López, la posesión de ese predio que sirvió durante año y medio al Ejército para establecer una base de elite en este punto de fuerte influencia zapatista, Salazar Mendiguchía destacó la disciplina y lealtad del Ejército Mexicano, "víctima también de una guerra que seguramente no quiere".
El general Campos López dijo que en los primeros 22 días del gobierno de Vicente Fox han salido más de mil 150 soldados de Chiapas (850 que estaban en retenes y 300 que ocuparon esta base), con lo que la cifra de efectivos se redujo de 18 mil a 15 mil en los últimos meses.
El militar reconoció también que el máximo número de soldados en la entidad durante el sexenio pasado fue de 26 mil. Destacó la importancia de la entrega del predio, ya que significa "un esfuerzo solidario, concertador", y manifestó su confianza en que este gesto "contribuya a la paz en la región.
Por su parte, luego de recordar el tercer aniversario de la matanza de Acteal, en donde "víctimas inocentes murieron por la brutalidad de un grupo que no reconoció fronteras a su violencia", Salazar Mendiguchía hizo un llamado para que se tome conciencia de que hay "un nuevo gobierno, al que nadie le declaró la guerra". Un gobierno, insistió, que pretende con esta acción cerrar heridas, pero que también busca responder a las reivindicaciones de la gente.
Bajo un cielo nublado y una ligera llovizna que desapareció justo al inicio de la ceremonia, Pablo Salazar sintetizó la importancia del acto al señalar: "Amador Hernández es la síntesis de pequeñas y grandes historias de Chiapas; es el icono de un sufrido camino hacia la paz".
Ante los testigos de honor del acto -el comisionado para la paz, Luis H. Alvarez, y el coordinador presidencial para la Alianza Ciudadana, Rodolfo Elizondo-, Salazar convocó también al presidente Fox a que el acuerdo de entrega sea formalizado con el procedimiento jurídico correspondiente, para contribuir así a construir consensos y fortalecer la vida de las comunidades.
Le dijo también a los presentes y a la comunidad tzetzal ahí reunida, que la matanza de Acteal no debe quedar en el olvido, por lo que debe impulsarse un proceso de reconciliación y en contra de la impunidad, "que es la única forma como podemos ir cerrando esta herida profunda que todavía nos duele a los chiapanecos y a los mexicanos".
A los pobladores les aseguró que esperará "pacientemente" a que ellos mismos decidan qué hacer con el predio que apenas minutos antes había abandonado el último contingente militar, además se comprometió a realizar la obra social que determine la comunidad, "porque ya no es como antes", cuando la autoridad imponía.
Expectante, la comunidad, que nunca había visto en ese lugar a un gobernador de Chiapas, aguardaba en los límites de la base militar que se formalizara la recuperación de su predio. Mujeres y niñas con vestidos multicolores de fiesta seguían con atención la sencilla ceremonia que tuvo lugar en la cancha de basquetbol del pequeño complejo, que llegó a albergar hasta 300 soldados. Los hombres rompieron su silencio cuando concluyó la breve ceremonia de entrega y gritaron con fuerza: "¡Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él!".
Más tarde, Salazar dijo en entrevista que si bien no puede involucrarse en un conflicto entre el gobierno federal y el EZLN, su administración aportará todo lo que esté de su parte para avanzar hacia la paz, como será el anuncio que hará en breve sobre la próxima liberación de zapatistas presos.
Insistió que si bien la entrega del predio a la comunidad de Amador Hernández constituye el primero de los siete puntos planteados por el subcomandante Marcos para desmilitarizar el estado, precisó que corresponde al gobierno federal resolver la demanda zapatista de cerrar posiciones militares en Guadalupe Tepeyac, Río Euseba, Jolnachoj, Roberto Barrios, La Garrucha y Cuxuljá.
Demandan retiro de iniciativa
El legislador priísta Jaime Martínez Veloz ?quien también perteneció a la Cocopa en el periodo 1994-1997? llamó la atención sobre la necesidad de que Vicente Fox Quesada retire, en su papel de Ejecutivo federal, la propuesta de reforma indígena alterna a la de la Comisión de Concordia y Pacificación, que presentó Ernesto Zedillo durante su mandato.
Esta acción, dijo ante la comunidad de Amador Hernández, allanaría el camino para la discusión de la iniciativa de derechos indígenas que presentó la Cocopa hace años y que Zedillo ignoró.
Martínez Veloz criticó también la pasada administración por la falta de voluntad política para cumplir los acuerdos de San Andrés Larráinzar, y aseveró que dicha ausencia de voluntad "complicó perversamente la necesaria construcción de los cimientos obligados de un proceso complejo de atención y solución de causas justas ancestralmente ignoradas", que dieron lugar al levantamiento del primero de enero de 1994.
Recordó el legislador que el 18 de octubre pasado, Zedillo decretó la expropiación del predio del ejido Amador Hernández, para destinarlo "al adiestramiento del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos", así como al desarrollo de la actividad castrense en esta comunidad del municipio de Ocosingo.
La intención del decreto expropiatorio de Zedillo era la de implantar permanentemente "un cuerpo castrense de elite en un bastión del zapatismo, lo cual venía a complicar aún más la ya obligada reanudación del diálogo, cuya interrupción ha ocasionado el escalamiento del conflicto".
Por su parte, Luis H. Alvarez, quien en su momento integró también la Cocopa, dejó en claro que el hecho ocurrido aquí confirma la voluntad del gobierno de Fox de trabajar arduamente por la paz.
Aunque evitó hablar sobre las recientes críticas del subcomandante Marcos al gobierno foxista por la falta de acciones importantes respecto a Chiapas, Luis H. Alvarez comentó que "posiblemente Marcos no esté suficientemente informado, corresponde a los medios servir de puente para que todos los mexicanos puedan entender que vivimos una nueva realidad".
Señaló que "hay elementos para pensar" que en 20 días de gobierno de Fox se avanzó más hacia la paz que en los 6 años anteriores. Para el dirigente panista, la diferencia radica en que el régimen actual sí es un gobierno democrático y que además adquirió un compromiso con el pueblo que lo eligió y debe cumplirlo.