SABADO 23 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Alfredo Nava, presidente de la Canacine, hace un balance del último decenio


93 y 94, años negros del cine mexicano

Ť En ese periodo, la industria estuvo a punto de desaparecer Ť Voluntad del nuevo gobierno para concretar el reglamento del sector Ť Hubo una caída de 40 millones de espectadores, explica

Mónica Mateos-Vega Ť Los años 1993 y 1994 "constituyen los más críticos en los más de cien años de vida que tiene el séptimo arte en México y que estuvieron a punto de acabar" con esa actividad en nuestro país, consideró Alfredo Nava, presidente del Consejo Directivo de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine) durante el balance de los últimos diez años de trabajo de esa instancia.

Respecto del reglamento de la Ley Federal de Cinematografía, aún pendiente, el funcionario confirmó que hace unos días sostuvo una reunión con la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sara Guadalupe Bermúdez, quien "tiene un gran interés para que salga ya el reglamento, que va a poner mucho de su parte ante las autoridades para sacarlo. Por su parte, la cámara está ejerciendo presión para que el reglamento salga. Creemos que el nuevo gobierno está interesado en que a la brevedad esto suceda. Al reglamento no sólo le hace falta la firma de Vicente Fox, tiene que pasar con los distintos secretarios de Estado. Pero no creo que esto tarde mucho."

Con base en el taquillómetro se realizó "una rápida revisión" del comportamiento de la industria en la última década. Los datos muestran las repercusiones del error de diciembre en el que se considera el segundo sector generador de divisas para el país después del petróleo.

En 1991, se informó, el número de pantallas inscritas y registradas en México era de mil 658; en 1993 el número bajó a mil 415; actualmente son más de dos mil 612, de las cuales 452 se encuentran en el Distrito Federal. El año pasado los asistentes a ellas sumaron más de 46 millones 838 mil espectadores, lo cual arrojó ingresos por mil 165 millones de pesos.

No obstante, agrega el informe de Canacine, el aumento en la construcción de salas no se reflejó en un incremento en la asistencia de espectadores, que en 1991 alcanzaron la cifra de 170 millones; en 1995 "se tocó fondo" al llegar a 62 millones. Actualmente la recuperación de la industria ha hecho posible la tendencia al alza hasta alcanzar 130 millones en 2000, 40 millones menos que al iniciar la década.

En cuanto a producción, "la reactivación ha sido muy lenta y aún estamos muy lejos de alcanzar las 53 cintas filmadas en 1993. La producción de películas nacionales fue el sector más afectado por el error de diciembre y la subsecuente crisis de 1995, cuando tuvo lugar una drástica caída al pasar de 46 filmes en 1994 a tan sólo 14 en 1994. Lo peor fue en 1998, cuando se registró el nivel más bajo en la historia del cine mexicano: 10 películas. En 2000 se filmaron 27", señaló Nava.

El presidente de Canacine consideró que durante este año "por primera vez el estado no fue el mayor y único productor", y señaló a Altavista Films, Univision Network, Warner, Argos Cine y Buenavista Internacional como algunas de las nuevas coproductoras. También se destacó el papel de Nu Vision, "la principal distribuidora de cine mexicano".

Las cintas extranjeras que se han filmado en México han dejado una derrama económica, entre 1995 y 2000, de 840 millones de pesos, además de la generación de 62 mil 890 empleos directos y 320 mil empleos indirectos.

"La reactivación en los principales sectores de la industria cinematográfica es ya un hecho y el futuro que les espera es muy promisorio", concluyó optimista el funcionario.