MARTES 26 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Nochebuena en Puebla


Preocupación y tristeza entre los desplazados

La Jornada de Oriente, Puebla, Pue., 25 de diciembre Ť La noche del 24 de diciembre, los desterrados por el volcán Popocatépetl se refugiaron en lo único que les queda: la fe en Dios. Albergados en el Centro Escolar Lázaro Cárdenas, de Izúcar de Matamoros, cientos de personas celebraron la Pascua entre tristeza y preocupación por estar lejos de sus hogares.

Sin embargo, la gente que vive alrededor del volcán no estuvo sola. Junto a ella, resignados, estuvieron soldados, policías, médicos de la Secretaría de Salud y algunos funcionarios estatales, quienes estuvieron de guardia en albergues.

En contraste, en el refugio de la ciudad de Puebla, los niños no creían haber quebrado más de 50 piñatas, y tenían otras 40 para seguir festejando la Nochebuena. Durante la víspera de Navidad, mujeres, hombres y niños de las comunidades San Pedro Atlixco y San Baltasar Atlimeyaya recibieron regalos, comida y música.

En el Centro Escolar de Izúcar de Matamoros un par de guitarristas, un grupo de música andina y funcionarios menores, junto con mil 675 pobladores de la zona del volcán cenaron pavo, puré de papa, sopa de pasta, frijoles y tortillas que las autoridades ofrecieron para recibir la Navidad.

Antes de la cena un sacerdote ofició una misa para realizar "la acostadita del niño Jesús", en un improvisado lecho colocado en el patio central. Las palabras del clérigo hicieron llorar a algunos de los asistentes. "En la tierra no tenemos casa permanente, a éstas se las puede llevar el viento, lo mismo que a la vida, que se nos puede ir de un día para otro. Señor, ayúdanos, todos somos pobres y los acontecimientos nos quitan lo poco que tenemos", dijo el sacerdote.