Lunes en la Ciencia, 26 de diciembre del 2000
Don Goyo es uno de los volcanes más vigilados del mundo
El monitoreo del Popo
Patricia Vega
El Popocatépetl es uno de los volcanes más monitoreados en el mundo; sin embargo, las cosas no siempre fueron así.
Tuvimos que vivir dos amargas experiencias -la erupción en 1982 del volcán Chichón, en Chiapas, y los sismos de septiembre de 1985 en la ciudad de México- para llegar, con apoyo del gobierno de Japón, a la creación, en septiembre de 1988, del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred), organismo desconcentrado del gobierno, adscrito a la Secretaría de Gobernación.
Durante los primeros años, el Cenapred existió sólo en papel, hasta que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) colaboró con un terreno y una planta de académicos y técnicos (de los institutos de Geofísica, Ingeniería, Geografía y Geología) especializados en prevención de desastres, posibilitando así que el organismo iniciara sus operaciones el 11 de marzo de 1990. Los llamados Comités Científicos Asesores del Sistema de Protección Civil se crearon hasta junio de 1995, con la finalidad de fungir como órganos técnicos de consulta para orientar las acciones conducentes en la materia.
La única manera de percibir y evaluar el estado de actividad y riesgo asociado con un volcán es a través de la observación y vigilancia sistemática mediante diversos métodos de monitoreo: visual, sísmico, geodésico y geoquímico (el más importante es el sísmico). Si este monitoreo se aplica en forma anticipada en las fases previas a un proceso eruptivo, es posible, en la mayoría de los casos, detectar oportunamente un cambio cualitativo y cuantitativo de la actividad que inclusive pudiese conducir a una predicción en el corto plazo de un proceso eruptivo inminente y poner en marcha, de parte de las autoridades de Protección Civil, el plan de emergencia previamente establecido.
La red del Popocatépetl, actualmente en operación, consta de 25 estaciones remotas y una estación central de adquisición y procesamiento de datos localizada en las instalaciones del Cenapred. Las estaciones de campo están instaladas en las faldas del volcán, en altitudes entre los 2 mil 500 y 4 mil 450 metros, estando las más cercanas a 2.1 kilómetros del cráter.
El sistema cuenta con 15 estaciones con sismómetros de periodo corto (más tres sismómetros de banda ancha próximos a instalarse), 5 estaciones con inclinómetros, 4 estaciones hidrométricas y de detección de flujos, una estación con radar y una estacion con una cámara de video para observación remota del volcán. Este conjunto de instrumentos sísmicos, geodésicos e hidrométricos genera más de 60 señales, la cuales son trasmitidas las 24 horas del día hacia el Cenapred y algunas también a la UNAM. Para llevar esta información desde cualquier sitio del volcán hacia el puesto central se construyó una compleja red de enlaces de telemetría a través de radio. Las señales de las estaciones más lejanas se retrasmiten a través de varias estaciones repetidoras, para lo cuál se ha contado con el apoyo de empresas como Televisa y Telmex.
En el Cenapred, mediante una extensa red de computadoras, la actividad es monitoreada y procesada las 24 horas del día. Al detectarse cualquier incremento anormal de la actividad sísmica del volcán, se activa un sistema de alarma acústica y automáticamente se envían mensajes a los teléfonos del personal de guardia. Del análisis de esa información surgen las recomendaciones relativas al nivel de alertamiento formuladas por el Comité Técnico Científico, integrado por investigadores de la UNAM y personal del Cenapred.
Entre el personal científico y técnico -una lista de cerca de 40 nombres- asociado al monitoreo del volcán Popocatépetl, los responsables directos de dicha función son: Roberto Quaas (instrumentación, monitoreo y vigilancia volcánica), Servando de la Cruz (vulcanólogo en jefe, geodesia y análisis de datos), Arturo Montalvo (instrumentación y monitoreo volcánico), Alicia Martínez (sismología, localización de eventos) Gilberto Gastelán (instrumentación y monitoreo), Bertha López (procesamiento de datos y archivo), J. Alonso Flores (pro- gramación página web, procesamiento de datos), Aníbal Jesús Avelar (programación página web), Francisco Galicia (apoyo al monitoreo volcánico) y Laura Gaytán (apoyo secretarial para el monitoreo). También participan en este proyecto: Cascades Volcano Observatory del US Geological Survey (con datos de www.cenapred.unam.mx).
Ilustración tomada del libro Anales del Barrio de San Juan del Río, Crónica indígena de la ciudad de Puebla, Siglo XVII de Lidia E. Gomez, Celia Salazar, y Ma. Elena Stefanoni, publicado este año por la Universidad Autonoma de Puebla en colaboración con el Fonca