MIERCOLES 27 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť No se acabarán los pobres en dos o tres años, dice


Beneficios "visibles" en 2006, "confiando en Dios": Abascal

Ť Propone a la sociedad evitar compras de productos caros

Elizabeth Velasco C. Ť En voz del secretario del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal Carranza, el gobierno federal se comprometió a no incrementar precios y tarifas de los bienes y servicios públicos (gas, gasolina y electricidad) por arriba de la meta prestablecida de inflación para 2001, de 6.5 por ciento.

En cambio, insistió en que no habrá esquemas de control para los precios de los productos básicos y generalizados, porque implicaría "volver a producir inflación por la vía del mercado negro".

La sociedad "tiene que aprender a no comprar los productos que se exceden en el precio" para hacer frente a la escalada, propuso, mas admitió que el salario mínimo acumula un rezago de 27 años y la pérdida de su poder adquisitivo es "un poco mayor" a 75 por ciento -pese al aumento promedio ponderado de 6.99 por ciento que registró la semana pasada.

En consecuencia, dijo que ni ahora ni en dos o tres años más se van a acabar los pobres en el país -"ya pasaron los tiempos de la demagogia"-, pero pidió a los trabajadores "confiar" en el gobierno de la "esperanza". Aseguró que percibirán un cambio en sus condiciones de vida mediante un conjunto de políticas sociales que pondrá en marcha el gobierno para atender a las personas de menores ingresos.

Los cambios serán "más visibles" durante el sexto año de la administración de Vicente Fox, y "confiando en Dios en que no venga un fenómeno externo que altere totalmente las predicciones que hemos hecho para el sexenio". En cuanto a los salarios contractuales, reiteró que se aumentarán conforme a la "capacidad" de cada empresa. "Habrá empresas que puedan revisar 10 y 12 por ciento; otras que inevitablemente no puedan aumentar".

A la exhortación que hizo a la sociedad de ser "más crítica y deje de comprar esos insumos cuyo precio no responde a la realidad", agregó otra para los industriales: "Hay que hacer conciencia entre los empresarios de que es un despojo inadmisible pagar el salario mínimo en todas las empresas que pueden pagar más. La inmensa mayoría lo puede hacer", sostuvo.

En consecuencia, anunció: "La STPS y el IMSS intensificaremos la inspección y la vigilancia para que las empresas no registren a sus trabajadores con un salario menor al que realmente pagan, pretendiendo un ahorro en pensiones y otras prestaciones en perjuicio de los trabajadores". Según datos del funcionario, sólo 16.5 por ciento de los asalariados registrados en el IMSS (de un total de 13 millones) perciben un sueldo mínimo.

Ambas instituciones y el Infonavit -enfatizó- tienen "facultad económica activa" para cobrar las cuotas de la clase trabajadora mediante "mecanismos fiscales, como si fueran impuestos".

En rueda de prensa en la STPS, el responsable de la política laboral de México hizo una amplia y detallada reflexión en torno a las razones por las cuales empresarios y gobierno votaron contra un aumento al minisalario de 5, 25 o hasta 200 puntos porcentuales por arriba de la inflación prestablecida de 6.5 por ciento, como exigía el sector obrero.

Habría sido una "decisión antipatriótica, contraria a los intereses de los trabajadores", otorgar un incremento de esas dimensiones. Argumentó: "El salario mínimo es inflacionario porque está vinculado a factores totalmente ajenos a él mismo, como es el caso de las multas. Incrementar el mínimo implica dar rienda suelta a un afán recaudatorio como el que ha practicado el gobierno... hasta ahora".

Un aumento como el propuesto por el sector obrero, dijo, habría "desatado una inflación sin control como desde hace 27 años". Para Abascal, "cualquier persona con sensatez y amor a México no volvería a subir al país en esa carrera inalcanzable entre salarios e inflación", cuyos resultados en los últimos 50 años sintetizó: "Una inflación de 695 mil 346 por ciento y un salario que sólo ha podido subir 565 mil 672 por ciento".

Agregó: "Si bien nuestros trabajadores merecen ganar mucho más que el mínimo, el camino es la capacitación, la productividad y el pleno empleo. También, una reforma tributaria a fondo; una nueva legislación laboral; lo que sería una segunda ola de desregulaciones; libertad sindical. En suma, una nueva cultura del trabajo que está en diseño".

Si este gobierno "se llama de la esperanza -dijo-, es porque para esperar hay que confiar. Primero que nada en uno mismo, en tus propias capacidades, en tus talentos, en tu capacidad de transformarte a ti mismo y a los demás". Y es que "sin la confianza no podemos construir la esperanza, y para quienes tengan fe hay que confiar en Dios, ahí donde las fuerzas humanas no alcanzan...".

De los productos inalcazables para el mínimo, dijo: " El impacto que produce el salario en el precio final de un producto, salvo en aquellos de mano de obra intensiva, es marginal. Algunos comerciantes aumentan los precios en el mismo índice de los salarios. Eso se llama robar. Contra eso, lo único que procede es que la sociedad deje de comprar insumos cuyo precio no responde a la realidad y compre otros".