JUEVES 28 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť "En los albergues nos atendieron bien; teníamos lo que en el hogar no hay"
Pobladores del Popo retornaron a sus casas
Ť A las 11:30 la gente observó cómo Don Goyo lanzaba una nueva fumarola
Fabiola Martínez, enviada, San Pedro Nexapa, Méx., 27 de diciembre Ť Los habitantes de las comunidades aledañas al Popocatépetl regresaron hoy a su realidad. No sólo aquella que representa vivir en una zona volcánica de alto riesgo, a escasos 15 kilómetros del coloso, sino a los avatares de la pobreza que se pone en evidencia en la preocupación de hombres y mujeres por "apurar la pizca" de maíz para el autoconsumo y, en el mejor de los casos, vender algún grano extra para sacar algunos pesos y comer.
En las calles polvorientas de San Pedro Nexapa, una de las comunidades más cercanas al volcán (en territorio mexiquense), cientos de personas caminan contentas, abrazando pequeñas cajas y costales en los que celosamente guardan cobijas, colchonetas, despensas, frutas, verduras y juguetes que obtuvieron en alguno de los 17 albergues dispuestos en esta entidad ante la contingencia.
Las provisiones otorgadas por los gobiernos estatales y federal podrían alcanzarles para abastecer sus necesidades básicas de alimentación dos o quizá hasta tres semanas, pero luego tendrán que "volver a batallar", expresan Aurelia y María de Jesús, quienes mantienen la esperanza de recibir algún pago en efectivo -se habló de 200 pesos- por el trabajo de limpieza y cocina realizado en uno de los albergues de Chalco.
"Aquí (en el refugio temporal) estuvimos felices, para qué nos vamos a quejar; nos atendieron muy bien y francamente tuvimos lo que en nuestras casas no tenemos... Hoy nos regresamos al pueblo a juntar semilla o a las casas de Ameca para hacer el aseo. Nuestros maridos estuvieron velando allá en San Pedro y por eso ahorita no tenemos nada de dinero", expresaron.
Desde el lunes pasado, habitantes de las comunidades San Pedro Nexapa, Atlautla, San Juan Teuhizquitlán, Ozumba, San Vicente Chimalhuacán, Tepetitla, Santa Rosa, Ecatzingo de Hidalgo, Tecomaxusco, Tlacotón y Gachupingo -esta última a siete kilómetros de distancia del Popo- inciaron el retorno a sus hogares, pero fue hasta hoy que se realizó el traslado "oficial" de Chalco hacia los poblados aledaños al volcán.
En la mayoría de los casos, un varón de la familia se quedó en el pueblo a vigilar sus casas -muchas de adobe o madera- y para darle de comer a los animales. El resto regresó a bordo de combis, microbuses y autobuses, que desde muy te mprano dispuso el gobierno del estado, no sin antes entregarles dos despensas por familia en cajas de cartón con el logotipo del DIF estatal.
Ya en sus casas, barriendo la tierra y recogiendo leña, muchos continúan temerosos por la fuerza de Don Goyo, pues aunque son oriundos de la zona saben que la reacción del coloso, al que tienen enfrente, es impredecible.
La información oficial fue clara: el estado de alerta se mantiene y, de ser necesario, "mañana mismo se podría volver a evacuar a la población si así lo dispone el Cenapred-UNAM", dijo Carlos Díaz de León, subsecretario de Seguridad Pública.
El funcionario afirmó que el operativo Popocatépetl, para proteger la vida de unas 15 mil personas que viven en la zona de alto riesgo, fue "exitoso" y que a orden expresa del gobernador de la entidad, Arturo Montiel, en los nueve días de operación de los 19 refugios temporales se procuró a la población lo necesario en materia de alimentación, atención médica, actividades recreativas para los niños y hasta regalos de Navidad.
La gente se despidió esta mañana de los albergues con un desayuno de huevo, frijoles y café con leche, para regresar en seguida a sus comunidades, en donde no se garantiza para nadie el abasto de todo lo anterior.
Al paso del convoy de combis blancas, los pobladores que permanecieron en San Pedro Nexapa salen a la avenida principal para ver, como hace seis años cuando se registró una contingencia, la llegada de sus vecinos y, además, para ser testigos de cómo se reactiva la vida cotidiana en las terregosas calles de aquí, aún custodiadas por elementos del Ejército y de la policía estatal para evitar saqueos.
Apenas llevaban unas horas de regreso a casa, en punto de las 11:30 de la mañana, cuando el Popocatépetl emitió una fumarola y de inmediato la gente salió a observarla: "mira, otra vez se quiere enojar Don Gregorio, šno le agradó que vinimos! Ya, Don Goyito, vuélvete a dormir", exclamó una mujer desde la puerta de su casa.