SABADO 30 DE DICIEMBRE DE 2000

A los 60 años muere El Polivoz Enrique Cuenca


Fin de una era de humor en tv

El mundo del espectáculo está de luto. El comediante mexicano Enrique Cuenca, uno de los más famosos de las últimas décadas, falleció hoy en la mañana, a los 60 años, en el hospital Santaelena -donde había sido internado el jueves por la tarde debido a un malestar estomacal- a causa de insuficiencia renal.

A Cuenca se le iba a someter a un trasplante de riñón en enero. La donadora sería su esposa Verónica Torrig. El cómico llegó al n polivoces-1 osocomio por las molestias que supuestamente le causaba el medicamento que serviría para su operación. En poco tiempo sufrió dos paros; el segundo fue el que le quitó la vida.

Cuenca formó, junto con su compañero Eduardo Manzano, Los Polivoces, cómicos que instituyeron una nueva forma de hacer humor con sketches innovadores e imitaciones excelsas, a lo que se su- mó la creación de personajes con los que obtuvieron una de las mayores audiencias en la historia de la televisión. De hecho las grabaciones son reprogramadas actualmente.

Cuenca y Manzano aparecieron en televisión de 1969 a 1975, pero fue en 1959 cuando se unieron, luego de quedar empatados en un concurso de imitadores. Tras varios años de separación, hace un año volvieron a realizar juntos un comercial para la televisión.

La sola evocación de su nombre provoca sonrisas y carcajadas. Después de Los Polivoces "ya todos los comediantes son como nuestros hijos. Cuando llegamos a la tele, ya era señorita", comentó Enrique Cuenca a La Jornada el 20 de junio de 1999 con la voz que caracterizó a personajes como Juan Gárrison, Mesié Pier Cardán, Doña Naborita, Gordolfo Gelatino, El Mostachón, Genrruchito, El Púas y Andobas.

Cuenca, originario de la ciudad de México, nació el 2 de octubre de 1940. A finales de los sesenta formó con Eduardo Manzano una de las parejas cómicas más exitosas. Antes habían aparecido en un segmento de 15 minutos durante un programa conducido por Kippy Casados. "Caracterizábamos a personajes de moda de ese tiempo como Agustín Lara, Pedro Vargas, Celio González, Bienvenido Granda y Miguel Aceves Mejía", señaló Cuenca en aquella entrevista.

Aún son recordados los personajes que encarnó junto con Eduardo Manzano: Los hermanos Lelos, Naborita, Doña Paz y Laureano, por mencionar sólo algunos, que fueron creados por ellos mismos y por el guionista Mauricio Kleiff.

Cuenca, quien en los últimos años se había mantenido alejado de los escenarios, reapareció en el foro del Teatro Silvia Pinal en 1999, como parte del elenco de El Tenorio Cómico, obra en la que compartió créditos con Manuel El Loco Valdés, Sergio Corona y el cantante, recientemente fallecido, Manolo Muñoz.

Debutó en cine con la cinta El aviso inoportuno (1968). Con Manzano, trabajo en 1975 bajo las órdenes de Ismael Rodríguez en la película Somos del otro Laredo, sátira sobre la situación de los migrante mexicanos.

Otras películas que protagonizó fueron Ahí madre y Buscando chamba. En 1988, separado de Manzano, Cuenca volvió a incursionar en una producción videográfica bajo la dirección de Antulio Jiménez Pons en Memorias de un mojado. Hacia el final de su carrera fue invitado por el director Ismael Rodríguez a participar en el filme Reclusorio I.

Sus últimas apariciones en la pantalla chica se dieron en 1999 durante la emisión matutina del programa Hoy, al lado de los conductores Andrea Legarreta, Martha Carrillo y Alfredo Adame, donde volvió a recrear a los personajes que lo hicieron famoso en sesenta y setenta.

En los últimos meses se reunió nuevamente con Manzano para realizar comerciales en los que revivieron a sus personajes más famosos.

Cuenca, siempre afable, reveló a La Jornada en la mencionada entrevista: "Televisa tiene grabados chistes nuestros que nunca salieron al aire porque eran muy fuertes. Por ejemplo, hay uno de Chano y Chon donde ellos platican: -Oye, Ƒpor qué andas diciendo que mi esposa tiene almorranas?

-Yo no dije que tiene, sino como que se le sienten.

Durante 15 años grabamos chistes como éste".

Al comediante le sobreviven sus hijos Enrique y Frida Cuenca Heredia, Florentina y Valentina Cuenca Torris, así como su esposa Valentina Torris.


Ť De 1961 a 1975, su época gloriosa; planeaba regresar al teatro con Mauricio Kleiff

El Polivoz falleció seguro de que volvería a ser cómico en otra vida

Ť El era la mitad de mi vida y yo era su otra mitad, afirma Eduardo Manzano de su compañero

Jorge Caballero

Ayer en su ataúd, velado en la funeraria Gayosso de la calle Félix Cuevas, el rostro de Enrique Cuenca, El Polivoz, tenía una leve sonrisa que parecía una especie de triunfo. Vestía un traje que se encajaría actualmente en la moda retro: "Es el que usó en todas sus presentaciones en vivo. Como a él no le gustaba usar corbata o moño, usaba ese calcetín que tiene en el cuello. Enrique creía en la reencarnación. Estaba seguro que en su otra vida iba a volver a ser cómico. Por eso lo vestimos de esa manera, para que llegara bien preparado", comenta su viuda Verónica Torrig, flanqueada de sus hijas Florentina y Valentina, y acompañada por Enrique y Frida Cuenca Heredia, vástagos de sus primeras nupcias.
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Su compañero indisoluble de Enrique, la otra mitad de Los Polivoces, Eduardo Manzano; también llegó desde temprano a la funeraria. Hizo varias guardias, una de ellas con Mauricio Kleiff, guionista en gran parte de la carrera de la dupla cómica de culto mexicana durante 14 años (1961-1975) y otras más con Adalberto Martínez Resortes. Manzano recuerda a su compañero como: "El mejor amigo que he tenido. Su muerte es uno de los dolores más grandes de mi vida; era la mitad de mi vida y, creo, que yo era también su mitad".

Después, el otrora Agallón Mafafas, irritado y tajante, ante la pregunta de la desintegración de Los Polivoces, dice: "No es cierto que nos peleamos. Eso es una mentira. Eso se inventó. Jamás la hubo".

-¿Con cuál de los personajes de Enrique se queda?

-Es difícil porque podía ser enternecedor como Doña Naborita, abusivo como Andobas o antipático como Jenrruchito, pero de todos los personajes que desarrolló, me quedo con el del Sargento Juan Gárrison; para un servidor, fue su mejor personaje. Esta caracterización es la que más me gustaba: un personaje increíble, bien logrado, ingenioso y absolutamente encantador".

14 años de éxito

La época gloriosa de Los Polivoces concluye en 1975; después de su debut en 1961 en el programa de Kippy Casado, Tiempos y Contrastes, luego, el despegue de la dupla fue meteórica: 14 años al aire en diferentes programas como Sonrisas Colgate (en sus dos etapas 3 y cinco años y ya es conducido por ellos) hasta 1970. Hicieron 18 largometrajes de los cuales la más exitosa fue ¡Ahí madre! (1968). Realizaron 60 giras internacionales para mostrar El Show de Los Polivoces a las principales ciudades de Centro América, Sudamérica y sur de Estados Unidos; además grabaron 12 LP's con chistes, canciones, parodias, y de los cuales "oficialmente todos están vendidos o algún fan los compró todos y no los quiere soltar; los que yo tenía en mi casa han desaparecido; ¡no los encuentro por ningún lado!", comenta Manzano.

-¿Qué fue lo más agradable y lo más duro que vivió con Enrique siendo Los Polivoces?

-Lo mejor fue tenerlo como amigo y confidente. Lo más duro fue al principio cuando nadie creía en nosotros. También al comenzar los años setenta la ANDA nos puso un cuatro, por un supuesto incumplimiento de contrato. Ahí si como que nos la vimos duras, pero nos fuimos a Los Angeles a grabar y como eran materiales de importación, la asociación no podía hacer nada; a los ocho programas ¡que nos regresan! Ahí es cuando comienza el Show de  los Polivoces.

-¿Cómo definiría a Los Polivoces su éxito?

-Creo que teníamos la gracia de dos imitadores que pretendían ser cómicos y, creo que en eso radica el éxito.

-¿Qué otras cosas compartió además del trabajo con Enrique?

-¡¡¡¿Qué?!!!, ¿de qué nos viste cara?, ¿para qué te gustamos?

-La pregunta iba por el lado de que si compartieron alguna mujer o les gus...

-¡No, eso no! Eso no se lo puedo comentar en estos momentos.

Era un fuera de serie: Mauricio Kleiff

Entra a la sala el cómico Adalberto Martínez Resortes, saluda a la familia de Enrique y monta una guardia, las lágrimas se le resbalan por las mejillas al ver a su amigo Enrique con su último gesto. Antes de que Resortes platique con los reporteros, Manzano se le adelanta y menciona: "Tenemos ante nosotros un ejemplo vivo de lo que es el humor, la comicidad blanca, sana y pura, que nunca ha faltado el respeto a nadie, ni a la familia"; se funden en un abrazo y Resortes confiere: "Mi más sentido pésame".

Luego el cómico de 80 años elegantemente vestido agrega: "Todos los personajes que hizo Enrique eran fabulosos; pero si me dieran a escoger me quedaba con el Muchachito Gárrison. Fuimos grandes amigos desde hace mucho tiempo; él iba a mi casa; y cuando yo iba a la suya, siempre su hija de Enrique me recibía con ¡Aaay, mamaciiitaaa! Es una pérdida lamentable".

Por su parte Mauricio Kleiff, guionista y creador de los personajes junto a Enrique Cuenca dice: "Los dos éramos los que creábamos los personajes, Enrique tenía una serie de amigos y conocidos en el barrio donde vivió, en Santa Julia; además tenía una facilidad innata para imitarlos y grabarse los detalles de cada uno de ellos; era un fuera de serie. Los cristalizábamos juntos y así fue como salieron todos los personajes".

Por último Kleiff dice: "Siempre es un daño terrible perder a un amigo y más uno como Enrique. Teníamos planes de montar una obra que se llamaría El regreso de Los Polivoces, en la que actuaría Mara Escalante; lástima que no se pudo".