SABADO 30 DE DICIEMBRE DE 2000

TIEMPO DE BLUES

La catedral de Budy Guy

Raúl de la Rosa Ť Existía hasta hace unos años en el South Side de la ciudad de Chicago un famoso antro llamado Theresa´s Lounge, bautizado como la Catedral del Blues. En el año de 1980 existían más de 80 de estos clubes; eran y son los únicos foros en donde regularmente actúan los famosos y los no tanto y uno tenía la oportunidad de escuchar a músicos de la talla de Muddy Waters o de Howlin'Wolf, pero también de oír a las nuevas generaciones de blusistas que poco a poco han transformando ese blues urbano cuyo centro es la ciudad de Chicago.

Esa noche del mes de marzo de 1978, una vez más nuestros "salvoconductos" eran Jim y Amy O´Neal, editores de la revista Living Blues, y esto era importante pues en este vecindario reinaban las gangas ?traducción por demás chafa de gangs?; en esa ocasión nos acompañó Sam el Sherif, quien iba de paisano con una descomunal Magnum 44 en la parte posterior del pantalón.
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Al llegar a la esquina del célebre bar nos topamos con una camioneta "celular" de la policía de Chicago y dos policías nos increparon gritando: ¡Qué diablos vienen a hacer aquí! Sam presto mostró su charola y seguimos de frente ?en esos momentos pensé que lo mejor era dar media vuelta y retirarnos?, pero ya estábamos en la entrada. El cancerbero era un negrazo como de dos metros y en una mano sostenía la cadena que levantaba cuando uno pagaba cinco dólares. El lugar no era muy grande. A mano izquierda había bancas como de tren, respaldo con respaldo con su respectiva mesa, a la derecha la barra, y en medio mesas y sillas pegadas a la pista de baile y en el fondo el foro donde tocaba la banda.

El ambiente estaba cargado de humo, cerveza, blues y sudor, pues ahí se bailaba el blues, y salvo nosotros cinco, todos eran negros. Jim y Amy no dejaban de sonreir viendo nuestros rostros estupefactos, estábamos en la mata del blues. Pido mi Heineken y me acerco al estrado para ver de cerca a la banda: tres guitarras y batería; el líder era nada menos que Buddy Guy con su hermano al lado. Este músico que nació cerca de Baton Rouge en 1936 y llega a Chicago en el año de 1957, desarrolla un estilo muy cercano al de B.B. King, y al igual que la mayoría de las asistentes tenían pocos años de haber emigrado del sur, y cuando les entraba el homeless, o sea la nostalgia, se iban a beber, a vivir y a bailar el blues, y esto del baile me llamó la atención pues al inicio se tomaban como si fueran a bailar un danzón, pero cuando empezaban a bajarse poco a poco doblando las rodillas y las piernas quedaban en la entrepierna del otro y los movimientos pélvicos se acentuaban.

Me percaté de que el blues que bailaban nuestros padres allá por la década de los treinta no tenía nada que ver con lo que estaba disfrutando, pero además había una parte en donde el requinto ?Buddy Guy? tocaba una serie de notas lastimeras y a continuación una cascada de notas rápidas muy adornadas y reiterativos riffs, en donde la audiencia silbaba, gritaba y aplaudía mostrando su aprobación de lo bien ejecutado. Nada que ver con escuchar durante años los discos de blues que no reflejaban la interlocución del artista con su público.

Más tarde me enteré de que fue una suerte que Buddy Guy estuviera esa noche ahí, pues era propietario de otro bar en donde se tocaba blues: el Checkerboard Lounge, pero por ahí dicen que las casualidades no existen, que éstas se hicieron para que suceda lo que que tenga que suceder, y así fue nuestra segunda noche en Chicago; al final de ésta, cuando salimos los cinco completitos sin ningun incidente y al contacto con el aire fresco que "limpia el entendimiento", comenté: "Hoy tuve una cátedra de blues". Y estuve de acuerdo con aquél que bautizó a este lugar como la Catedral del Blues.

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¿Qué leer? Historia del blues, de Paul Oliver, Editorial Alfaguara, Nostromo, Madrid, España.

Sin duda la obra más completa y documentada sobre el nacimiento y evolución del blues de la mano del más prestigiado especialista en la materia: Paul Oliver. Si le interesa leer esta obra en inglés, existe una edición con una amplia documentación gráfica muy interesante: The Story of the Blues, editada por Chilton Book Company, Radnor, Pennsylvania.

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¿Qué escuchar? Buddy Guy/A man and the blues Vanguard SVRL19002, editado en Gran Bretaña.

Aunque la serie que anotamos pertenece a un disco de 33 r.p.m., es necesario ver si esta edición existe en disco compacto. Este disco fue seleccionado por el mismo Paul Oliver como un buen ejemplo de la obra de este artista que pertenece a una generación intermedia como Otis Rush, Albert King, Magic Sam. Buddy Guy es quizá el representante más llamativo ?mas no el mejor? de todo este grupo de guitarristas  .