En México, la epidemia de sida se ha definido como concentrada en poblaciones específicas y de baja prevalencia en la población en general. Se trata de una epidemia transmitida sobre todo por la vía sexual que afecta mayoritariamente a los hombres. De los 45,134 casos registrados hasta junio de este año, 38,700 son hombres, es decir 85.7 por ciento del total. Y en particular son los hombres con prácticas homosexuales los más afectados. Del total de casos registrados de sida por transmisión sexual, 63.3 por ciento corresponde a esa población. A pesar de ello, las estrategias preventivas dirigidas a esa población han sido inexistentes. Sólo con la presión de algunas organizaciones civiles y del apoyo conseguido por el doctor Jorge Saavedra se logró echar a andar desde hace dos años, con fondos del Onusida, la primera campaña para prevenir la transmisión sexual del VIH entre varones en la Ciudad de México.
Cada fin de semana, un grupo de quince entusiastas voluntarios, recorre más de 45 cantinas, bares, discotecas y baños públicos donde se reúnen hombres gay y a los que acuden también otros hombres que aunque no se asumen homosexuales o bisexuales tienen sexo con otros hombres, donde reparten 15 mil condones de mano en mano junto con folletería preventiva. Según Arturo Díaz, coordinador operativo de la campaña y de este suplemento, a la fecha se han repartido más de 1 millón de condones aportados por Conasida y la Clínica Especializada Condesa del gobierno del DF. Hoy, gracias a los fondos recabados por el concierto de Ramón Vargas, organizado por este suplemento y la Fundación de la Clínica, se ha logrado mantener esta campaña. Para ampliar la información entrevistamos a Arturo Díaz.
¿Qué se ha hecho para parar la epidemia del VIH/sida en la población más afectada?
Durante la gestión anterior se dio prioridad a las campañas de prevención masivas, y se dijo que no había presupuesto para campañas especificas dirigidas a las poblaciones en mayor riesgo de contraer el VIH. Lo que se hizo fundamentalmente fueron estudios sobre migrantes, trabajadoras sexuales, usuarios de drogas intravenosas y algunas otras investigaciones sobre el riesgo de infección en adolescentes, pero estos estudios nunca consideraron al grupo de hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH) como un sector fundamental ya que es ahí donde se siguen dando el mayor número de infecciones.
¿ A qué se debe esta carencia?
A una falta de visión política para poder ubicar dónde se debe incidir para combatir la epidemia. También tiene que ver con la homofobia institucional que ha impedido intervenir en donde la gente se está infectando. No se han focalizado los recursos a las campañas específicas tal como se hace con otro tipo de epidemias.
En los objetivos específicos de prevención se menciona al grupo de HSH, pero no se dicen las metas a alcanzar ni el presupuesto que se va a destinar. Lo que necesitamos es un programa de prevención del VIH/sida para el sector más afectado, como existe en otros países como Perú y Brasil.
¿En qué consistió la campaña que coordinó usted?
Se obtuvieron 50 mil dólares a través del Onusida y la campaña estuvo basada en un concurso de carteles y de comics que se dirigieron a la comunidad gay. Cabe aclarar que no es una investigación, ni un estudio de cómo intervenir para cambiar comportamientos de riesgo entre los hombres que hacen sexo entre si. El dinero no fue suficiente para eso ni para medir el impacto de la campaña. Pero se logró hacer una encuesta para conocer cómo la gente recibió los carteles, lo que nos permitió establecer la necesidad de realizar estudios de comportamiento en este sector de la población para diseñar propuestas preventivas acordes a la realidad de las personas.
¿Por qué es tan importante que se hagan estudios de comportamiento?
Porque con los resultados obtenidos se pueden diseñar campañas bien dirigidas y específicas y así atacar el problema de raíz. Pero el hecho de que se realicen investigaciones no significa que se conviertan en política pública. Conasida tiene varias investigaciones (los traileros, migrantes, las trabajadoras sexuales) que se han quedado en eso, en investigaciones que no derivan en políticas públicas. Como se dijo en el Foro 2000 sobre sida realizado en Río de Janeiro: la investigación debe servir para la acción, de lo contrario resulta inútil. En el caso de los HSH, el sector más afectado por la epidemia, no se ha hecho ni siquiera eso
¿Qué se ganó en estos dos años de trabajo?
Llamar la atención y sensibilizar a las autoridades federales y locales sobre este problema específico para realizar acciones de prevención en la población de hombres que tienen sexo con otros hombres. Además, otro logro fue la unión de esfuerzos multisectoriales, ya que participaron el gobierno federal, Naciones Unidas, el gobierno del Distrito Federal, el sector privado, dueños de discotecas, bares y baños, y desde luego las organizaciones civiles.
¿Qué países son los que más han avanzado en este rubro?
Sin duda Australia, algunos países europeos, Estados Unidos y en Latinoamérica, Brasil, todos ellos han logrado reducir los casos de sida en la población homosexual. Brasil tiene un préstamo del Banco Mundial desde 1995 donde uno de los temas fundamentales fue la prevención en HSH a través del trabajo directo con las organizaciones civiles. El préstamo ha tenido varias etapas y la última se ha focalizado mucho en HSH. Los países más atrasados en esto somos Centroamérica y México, tanto en la planificación estratégica como en la realización de las intervenciones.
¿A qué responde que Brasil tenga estos proyectos en marcha?
A la actitud del gobierno federal de impulsar el proyecto, es decir, hay voluntad política. No obstante estamos esperando la reacción de los gobiernos de Argentina, Chile, Colombia, Guatemala y Ecuador.
¿Cuál ha sido la función de las organizaciones civiles en torno a la prevención del VIH/sida en la población de HSH?
Cubrir el vacío dejado por las instituciones gubernamentales. En Guadalajara, el Estado de México, Monterrey y el D.F., hemos tratado de hacer campañas dirigidas a la comunidad gay. Estas campañas, no obstante el esfuerzo de las personas, no han tenido gran impacto porque ha faltado apoyo en recursos y en capacitación.
¿Qué ha sido lo más significativo de la campaña?
Que la gente está tomando conciencia y muy probablemente están usando los condones. El objetivo es romper la principal cadena de transmisiones del VIH: la transmisión a través del sexo entre varones. Buscamos que los HSH integren el condón a su vida sexual para que no se sigan infectando. En los últimos años se han entregado de mano a mano poco más de un millón de condones a hombres que asisten a lugares de reunión gays, sean o no homosexuales.
¿Cuál es el reto para el nuevo gobierno sobre la prevención del VIH/sida?
Además de que gobierne con respeto y responsabilidad alejado de prejuicios, creo que podemos señalar dos: la prevención materno infantil del VIH, necesitamos un programa de detección del VIH/sida en mujeres embarazadas; y el otro es diseñar campañas de prevención específicas dirigidas a poblaciones donde está la epidemia y para ello es necesario establecer políticas públicas adecuadas. Al gobierno le tiene que quedar bien claro que se trata de una epidemia y un problema de salud pública que se debe atender como tal. Debe seguir siendo prioritario y debe considerársele una amenaza al desarrollo económico y social de nuestro país.