DOMINGO Ť 7 Ť ENERO Ť 2001
Ť Obispo de San Cristóbal
Niega Arizmendi que la Iglesia busque poder
ALMA E. MUÑOZ
La jerarquía católica "no pretende el poder político y económico", sino "libertad plena" para anunciar el misterio de Cristo y "combatir las tinieblas del error y del pecado", en bien de nuestra nación, afirma el obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.
En la homilía de este domingo -escrita con anticipación-, el prelado pide porque los ricos y poderosos, "que sólo piensan en conservar y aumentar su poder", se postren ante Jesús para adorarlo y dejen de "considerarse dioses para que todos les rindan honor y puedan hacer lo que quieran, hasta violentar o eludir las leyes".
Sin mencionar nombres, critica que algunos de estos últimos "no se tienten el corazón, como el cruel Herodes -rey de Jerusalén- para asesinar indefensos, sobre todo a quienes aún están en el seno materno".
A la vez, exhalta a los políticos, ricos e intelectuales que "no se avergüenzan de profesar su fe, de postrarse ante Dios, reconociéndose pecadores y limitados" como hacen algunos pobres, no obstante ser este sector social el más abierto a la religión.
Arizmendi Esquivel pugna, en el marco de la celebración de la Epifanía del Señor (adoración de Jesús por parte de tres magos de Oriente en el pesebre de Belén), porque "los sabios y entendidos, los que tienen puestos públicos y poder económico, político, cultural o social descubran a Jesús y se postren ante él".
Con esto, asegura, "no vivirían en angustia y soledad; sabrían qué decisiones tomar y cuáles evitar; no cometerían injusticias ni abusarían de nadie; cambiarían sus ansias de poder por el servicio y la defensa de los pobres; al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado".
Resalta que Jesús "no pretende quitar el poder político. Viene a cambiar la sociedad pero no por medios violentos ni organizando grupos armados. Trae la verdad, el amor y la paz. Cambia los corazones violentos en pacíficos y pacificadores". El prelado confió en que se sigan estableciendo servicios de salud, "para que nadie muera por enfermedades que hoy tienen remedio, y se instalen otras iniciativas de desarrollo integral".