DOMINGO Ť 7 Ť ENERO Ť 2001

No todos alcanzaron juguete

Las resbaladillas, sube y baja, columpios y aros de los parques fueron sustituidos por los juguetes de moda: el patín del diablo y las barbies. Era Día de Reyes en la ciudad y los juguetes marcaban las diferencias sociales.

Un carrito de bomberos, dos luchadores, un ring y una pelota de futbol eran los juguetes que Raúl, un pequeño de 7 años. Peleaba con David, su vecino, dos años mayor que él, porque no le prestaba el patín que recibió de regalo. "Toma... Mira, te imaginas que eres El Santo y le rompes la cara a los que se metieron a tu casa a robar... Mientras yo me doy una vuelta en el patín", argumentaba Raúl para convencer a su amigo. Este pateó el ring y dijo: "No, estos juguetes no son para ti, a los pobres no les traen".

Liliana Suárez, madre de David, justificó la actitud de su hijo: "Desde pequeño debe entender que la sociedad está dividida en clases sociales y que éstas no se mezclan". Al recordarle que para la moral cristiana todos los hombres son iguales ante Dios, la mujer, no mayor de 35 años, argumentó: "Pues yo como los romanos: cada quien tiene lo que se merece".

Rodrigo Vázquez, de unos 12 años, practicaba con el patín del diablo, desde muy temprano, en la pista de futbol rápido del parque de los Viveros. Gerardo, más o menos de su edad, trataba de superarlo. Sin hablar, mantenían una competencia para demostrar a los espectadores quién era el mejor. Luego, otros niños se sumaron y se formó un equipo en patines contra otro en patinetas.

En el parque de los Venados, mientras Frida y Mariana, de 8 y 9 años, jugaban con muñecas Barbie, escenificando las conductas de los mayores, Areli Ledezma y sus amigas jugaban a tomar el te, porque "las otras niñas no quisieron jugar con nosotras, dicen que no tenemos barbies".

La ilusión de la visita de los Reyes Magos no es para todos los niños de la capital. Armando, no mayor de siete años, pedía su "Día de Reyes" en el cruce de avenida México y Río Churubusco; al preguntarle qué le habían traído, respondió: "Nada, si ni existen. Son los papás, que tiene dinero o no..."

Mientras, en las panaderías la gente compraba la rosca de reyes. Quien saca el muñeco, está obligado a ofrecer tamales y atole el 2 de febrero, Día de la Candelaria. JOSEFINA QUINTERO M.