MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001
Alberto Aziz Nassif
ƑLos últimos dinosaurios?
Después de que el PRI perdió la Presidencia el 2 de julio de 2000 se abrió una interrogante: Ƒqué pasaría con el dinosaurio herido de muerte? La respuesta llegó en estos días: Tabasco y Yucatán, o mejor dicho, Madrazo y Cervera, son la mejor expresión de un partido que ha perdido no sólo el poder, lo cual sería recuperable en una democracia, sino el rumbo. Pero no fue Vicente Fox, con el poder de la Presidencia de la República, el que dio los golpes mortales, sino el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Después de haber logrado la alternancia en la Presidencia, última pieza de un largo proceso de cambios y reformas, era poco imaginable que volvieran a surgir conflictos electorales, pero así es. Ahora tenemos al priísmo enfrentado a la legalidad y revestido de un discurso de soberanía. Pero no se trata de un litigio entre la Federación y los estados, como quiere el PRI, sino de la defensa de una legalidad que ya no puede ser violada sin consecuencias.
Durante años los caciques del PRI manejaron las elecciones y los aparatos de poder de acuerdo con sus intereses y así hubo cientos de fraudes, después reformas y cuando no alcanzaba, había negociaciones políticas. La diferencia ahora es que la ley va por delante y la negociación viene después, y se tiene que adecuar a la legalidad. Las elecciones de Tabasco están reprobadas y por eso las anuló el tribunal. El golpe al dinosaurio tabasqueño es un alto a una forma de ejercer el poder, de controlar a los organismos electorales, de comprar a los actores; un hasta aquí al poder de un gobernador que puso todo el aparato estatal al servicio de sus intereses para reproducirse. Eso fue Tabasco con Madrazo. Si hubiera habido este tribunal y estas reglas hace seis años también se hubiera anulado la elección de 1994, así como la Carlos Salinas en 1988 y la de Chihuahua en 1986 y muchas otras que no cumplieron ni mínimamente con la legalidad. Después de la anulación vino un gran pataleo priísta en Tabasco y con lo que les sobra a los dinosaurios -mañas- lograron un albazo en las últimas horas de una Legislatura que reformó la Constitución, nombró a un gobernador interino y alargó el periodo de seis a 18 meses. La nueva Legislatura nombró a otro interino y el conflicto sigue estacionado.
Muy cerca de allí, en Yucatán, otro dinosaurio, Cervera Pacheco, se ha enfrentado también al tribunal. Con la misma actitud quiso controlar de forma absoluta el organismo electoral, pero el tribunal anuló su integración y ante la actitud desobediente del Congreso local para nombrar a otros integrantes, el tribunal procedió a nombrarlos. Ahora los gobernadores del PRI le hacen coro a Cervera y defienden la ilegalidad. Las próximas elecciones en Yucatán están en peligro y presagian conflicto. Pero Ƒqué se puede esperar de un gobernador que violó la Constitución para permanecer 10 años en el puesto? La única razón para no integrar un organismo electoral independiente es perder la posibilidad de manipular la elección y asegurar que el PRI siga en el poder. Esta forma de hacer política ha quedado en el pasado; el ejercicio del poder al margen de la legalidad tiene que terminar, no sólo en el ámbito electoral.
Una de las propuestas de la reforma del Estado, a la que el presidente Fox se comprometió, es: en materia de elecciones optar por el modelo federal y darle al Instituto Federal Electoral (IFE), un organismo profesional, autónomo y con prestigio, la función de organizar todas las elecciones estatales. Esta reforma resulta conveniente por múltiples razones, desde las de costo, hasta las de confiabilidad. Los organismos electorales en los estados están más expuestos a la manipulación de los gobernadores. Simplemente si ya hubiera prosperado esta reforma, los casos de Tabasco y Yucatán tendrían otro resultado. El tribunal federal se ha prestigiado de forma importante, frente a los tribunales locales, que no tienen la independencia necesaria para separarse de los intereses inmediatos, por eso el tribunal federal tiene que corregir lo que los tribunales locales dan por bueno.
Ninguna democracia puede pasar por alto elecciones que no cumplen con las reglas del juego. La incipiente democracia electoral que hay en México tiene por delante muchos problemas importantes que resolver para seguir ocupados en fraudes y dinosaurios. Hasta ahora el Poder Ejecutivo no ha intervenido, el Presidente no se ha metido, y la Secretaría de Gobernación ha sido sólo una instancia de conciliación. Madrazo y Cervera significan un pasado que no termina de irse, pero que ciertamente no tiene futuro. Eso esperamos...