MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

José Blanco

Legalidad ilegítima

Cuando los elementos principales de una tragedia han comenzado a andar, nada impide el desenlace fatal. Lo supieron bien Sófocles y Edipo. Ese parece ser el caso del PRI. Unos frente a otros, los actores principales y secundarios de ese partido parecen ir construyendo el camino que los conduce al matadero. En la rebelión tropical que tiene lugar en Tabasco -como en Yucatán- están los elementos del drama (aunque también los de la comedia y el sainete). Todo parece jugar en su contra, en el mediano plazo.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tomó una decisión respecto de Tabasco, la cual, si bien casi todo mundo compartiría en su sustancia política, ha dejado muchas dudas en su consistencia jurídica. La masiva e inicua intervención del gobierno de Roberto Madrazo en las elecciones tabasqueñas parece estar fuera de toda duda. La chapuza procaz, el avasallamiento descarado a los ciudadanos tabasqueños, quedó día a día documentado por los medios nacionales de comunicación durante la campaña de Madrazo-Andrade, sin que nadie pudiera frenar al dictadorzuelo. Pero el TEPJF dictó un fallo de contenido general, mucho más un juicio político -seguramente compartido por la mayoría de los mexicanos-, que una resolución jurídica precisa que demostrara a las claras, jurídicamente, los votos no auténticos de Andrade.

Por el contrario, muy que le pese a las oposiciones en Tabasco, el dictador del Edén parece haber cumplido las formalidades de ley para realizar su reforma constitucional fast track. Creó en un santiamén una nueva legalidad para dar espacio y tiempo al PRI local en una nueva elección. Aunque se trata de una nueva legalidad, como ha quedado más que probado, absolutamente ilegítima.

La ley se volvió precaria e incierta en la resolución del TEPJF, y se volvió ilegítima en manos de Madrazo. Este gobernador y sus súbditos cometieron otros desmanes legales con su reforma ipso facto, pero no está nada claro su alcance. Gobernador y súbditos nombraron por sí y ante sí a Enrique Priego como gobernador interino, pero Madrazo era aún gobernador cuando el interino entró en vigencia. Esta anomalía, sin embargo, la corrigió el reloj unas horas más tarde; nadie ha puesto sobre la mesa, aún, cuál es el delito, cuál la sanción y cuál la fundamentación jurídica para la sanción que corresponda. El artículo 125 constitucional, que previene la imposibilidad legal de asumir dos cargos -y que sirve de fundamentación a la denuncia del PRD ante la PGR-, se refiere expresamente a cargos de elección popular; no es el caso del gobernador interino Priego.

Una disposición constitucional estatal espuria, como la que resultó del procedimiento ipso facto de Madrazo, es propia de las dictaduras que hacen las leyes que les viene en gana, creadas con las formalidades que la propia ley exige, pero cuya legitimidad es políticamente nula. La decisión autoritaria de Madrazo ha ganado la suficiente notoriedad para que la mayor parte de los ciudadanos la repruebe (según las encuestas más difundidas). El PRI se defiende de una decisión frágil del TEPJF, y ase el poder local con todas las uñas, pero su imagen y legitimidad frente a los ciudadanos se derrumba. Madrazo perdió porque sus aspiraciones de dirigir el PRI nacional se han alejado notoriamente. La oposición ganó porque habrá nuevas elecciones. El PRI perdió porque las probabilidades de que gane la siguiente elección en Tabasco seguramente han disminuido como resultado de las fechorías madracistas. El drama del PRI avanza.

Es mucho más que lamentable que la imagen del TEPJF se desdibuje. Si algo requiere el país en la etapa actual de su desarrollo político es que sus instituciones electorales se vean sólidas, porque sus actuaciones jurídicas no muestren fisura alguna. Habría sido francamente desolador desde el punto de vista político una convalidación de Andrade por esa institución electoral -dados los libertinajes madracistas-, pero probablemente su actuación jurídica habría quedado a salvo si hubiera expuesto exactamente la misma argumentación pública que conocimos, pero concluyendo en la falta de elementos jurídicamente precisos para anular la elección. Las actuaciones ulteriores del TEPJF hablarán por su futuro.

Pero nada más desesperante que los infinitos agujeros de las leyes mexicanas. Madrazo manejó a su antojo la elección tabasqueña, porque la ley nada le prohibió. Madrazo hizo una reforma constitucional local a la medida de su deseo, porque la propia ley se lo permitió. Priego fue nombrado gobernador interino por las fallas de la propia ley, en este caso la Constitución Política de los mexicanos. El primer requisito de un estado de derecho, es un derecho sin los boquetes descomunales del nuestro.