MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

Ť La cifra es "todo un récord", difícil de superar en este año: Yllán Rondero

Recuperó la PGJDF 13 millones de pesos para resarcir daños a víctimas de delitos, en el 2000

Ť La Subprocuraduría de Atención a Víctimas atendió el año pasado a más de 70 mil personas


ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Durante el 2000, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, por medio de la Subprocuraduría de Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad, logro recuperar 13 millones de pesos para la reparación del daño a víctimas de delitos.

Bárbara Yllán Rondero, titular del área, quien fue ratificada en el cargo por el procurador Bernardo Bátiz, informó que durante el año anterior, el monto correspondiente fue de 11 millones, y la cifra de este año es tan alta --"todo un récord"-- que no es fácil asegurar que pueda ser rebasada este año.

Como ejemplo, refiere que en el caso de una muerte violenta la reparación del daño establece, en función de la Ley Federal del Trabajo, montos que pueden ser de 70 a 80 mil pesos, "pero nosotros estamos logrando que además haya otras cantidades adicionales, producto de la negociación con las compañías de seguros o los responsables del delito".

Fundadora del Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar, y con una trayectoria de más de 10 años dentro de la institución, Yllán resume en dos sus funciones al frente del área de la que es responsable desde hace tres años: garantizar la reparación del daño, asesorar a la víctima del delito que así lo solicite y brindarle la atención médica de urgencia, que prevé atención sicológica y terapéutica para aminorar los efectos del daño.

Se trata, abundó, "de una de las cuestiones más nobles del Estado y del gobierno de la ciudad: buscar que si bien la víctima ha recibido en concreto la acción delictiva, tenga a través de estos servicios, totalmente gratuitos, la posibilidad de que el impacto no sea tan grave".

Para esta segunda tarea se creó un sistema de víctimas con cinco grandes centros especializados: para delitos sexuales, violencia intrafamiliar, personas extraviadas y ausentes, delito violento y de adicciones y riesgo victimal.

En total, la subprocuraduría atendió el año pasado a más de 70 mil personas, de las cuales por lo menos 25 mil están relacionadas con violencia intrafamiliar; entre 84 y 88 por ciento son mujeres; 10 por ciento son menores, y el resto son de la tercera edad.

Recientemente se estableció un área de investigación victimal y sistematización de los delitos, en la que se realizan estudios que permiten contar con información en cuanto a los perfiles de los agresores en el seno familiar, a fin de prevenir este tipo de conductas.

"Incorporamos por primera vez el concepto porque hay una política estatal, que corresponde a la procuraduría, que es la política victimológica, y ahí vimos la necesidad de detectar los riesgos y evitar que las personas pudieran ser víctimas al poder aminorar estos riesgos". La prevención, puntualizó, debe generar un cambio en los hábitos de conducta y de actitudes.

Para ello "no basta con simple y sencillamente transmitir la información, sino que la prevención va mucho más allá, pero dentro de estos esquemas en el ámbito victimológico es de gran relevancia para detectar los riesgos, los estilos de vida, las circunstancias que me pueden poner en riesgo independientemente del asunto delictivo".

Los mejores modelos de atención en América Latina

La dependencia, indicó Yllán Rondero, creó en 1997 un comité de modelos de atención que a lo largo de tres años permitió el perfeccionamiento de los niveles de especialidad, que son ahora los mejores de América Latina.

Incluso se elaboró un manual de atención a víctimas y se ha proporcionado asesoría a otras entidades del país, y se ha capacitado a personal de países como Guatemala y Costa Rica.

Como derivación de dicho comité se creó un centro de apoyo operativo que sirve de respaldo a los cinco centros de víctimas y cuenta con unidad de información y biblioteca especializada, y que además atiende problemas que no son específicamente de víctimas, como por ejemplo casos de violencia intrafamiliar; el CAVI brinda atención a los posibles generadores de la violencia.

"Hemos visto que no podemos mezclar a las víctimas con los probables agresores, pero son sus esposos, entonces todo el programa de hombres violentos se trasladó a la dirección de apoyo operativo, lo que constituyó un éxito, porque para los hombres que asistían a las dinámicas de violencia, el hecho de acudir al mismo centro en donde se encontraban sus esposas hacía que no tomaran los procesos de terapia con tanta fortaleza, y entonces había muy pocos grupos.

"Este año el número de grupos fue de 35 con más de 20 personas en cada uno, una cifra triplicada desde que logramos separar esos servicios".

En cuanto a los delitos sexuales, añade Rondero, el año pasado acudieron alrededor de 5 mil personas, entre ellas mujeres que denunciaron el delito así como de las llamadas de "cifra negra", quienes pidieron ayuda pero no quisieron denunciar, además de las "víctimas indirectas", como son las parejas de las víctimas, sus maridos o novios, quienes en muchas ocasiones las abandonaban, y entonces se vio la necesidad de evitar esa situación.