MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

Ť Envía el actor carta a López Obrador en la que señala presuntas irregularidades

Critica Camilo Albornoz la labor de Alejandro Aura al frente del ICCM

Ť Pide que se realice una auditoría a la asociación civil Desfiladero Trova para Niños

Ť Lo vamos a demandar por difamación, responde Valentín Rincón

ARTURO CRUZ Y MIGUEL YEDRA

Camilo Albornoz, actor y director de Mojiganga Arte Escénico, envió ayer una carta al jefe de gobierno de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, en la que critica la labor de Alejandro Aura al frente del Instituto de Cultura de la Ciudad México (ICCM) por haber dejado de ofrecer actividades para la población infantil y haberlas concesionado sin licitación a la empresa privada Desfiladero Trova para Niños, AC, dirigida por Hernando Peniche, Pepe Frank y Valentín Rincón.

Albornoz señala que las presuntas irregularidades se realizaron por medio del programa Juglares y Jugares por Todos los Lugares y le solicita que se audite a Desfiladero.

Las supuestas anomalías fueron dadas a conocer por Jordán Estevan, titular de Casiopea Teatro Producciones, en una misiva (suscrita también por otros 16 actores y productores de teatro) enviada a la entonces jefa de Gobierno del DF, Rosario Robles, en marzo de 2000.

En la carta a Manuel López Obrador se indica que la empresa Desfiladero "contrata a grupos y artistas individuales sin ningún control de calidad, tratando de pagar lo menos posible por cada una de las representaciones", para así quedarse con la mayor ganancia posible: "la empresa Desfiladero recibe la cantidad de 11 mil 500 pesos por cada evento que organiza.

"Para realizar los eventos la empresa tiene, aparentemente, los siguientes gastos: grupo: $4,000.00; juglar: $500.00; cuentacuentos: $500.00; alquiler de sonido: $1,500.00".

La compañía presentaba alrededor de 20 eventos semanales, además de las actividades especiales. Tomando en cuenta solamente la ganancia de 5 mil pesos de los 20 eventos semanales, estarían obteniendo $400,000.00 mensuales, a distribuirse entre los tres socios de la empresa.

Al respecto, Valentín Rincón respondió vía telefónica y negó lo dicho por Albornoz, "brasileño" que trabajó en Desfiladero dos años, dijo. "Está difamándonos y lo vamos a demandar", aseveró el cantautor.

Albornoz agrega en su carta (con copia para 14 medios impresos y electrónicos) que en realidad los citados 4 mil pesos se pagan solamente a ciertos grupos. La mayoría, expone, recibe de $750.00 a $3 mil 500. "De todas maneras, la empresa (Desfiladero) cobra los mismos ni–o funcion 80 $11,500.00 al gobierno del DF por cada evento que organiza (los montos por los eventos especiales se desconocen). Albornoz anexa copias de las facturas de algunas contrataciones de Desfiladero. No se dice cómo las consiguieron.

Otro agravante: "ƑCuáles serán realmente sus ganancias, si se toma en cuenta que los libros con su sello editorial y distribuidos por el ICCM están impresos en la empresa editorial de uno de los tres socios (de Desfiladero), el señor Hernando Peniche?".

Desmienten a Aura en el sentido de que la contratación de los artistas que realizó Desfiladero fue sometida a rigurosa vigilancia del Instituto de Cultura. Los quejosos van más allá y critican que el ICCM no tiene un proyecto de cultura infantil para la ciudad de México.

La carta señala que Pepe Frank "se ha jactado públicamente en repetidas ocasiones de que ellos han conseguido esta concesión gracias a la recomendación del senador (Lázaro) Cárdenas Batel".

Piden a López Obrador que se realice una auditoría a Desfiladero y que el ICCM recupere una de sus funciones fundamentales: generar un proyecto cultural infantil digno de los niños de la ciudad de la esperanza.

Albornoz reiteró lo anterior vía telefónica, y precisó: "Es sumamente grave el hecho de crear intermediarios en el ámbito de la cultura, en este caso infantil". Negó que el asunto tenga tintes políticos partidistas.

Valentín Rincón respondió vía telefónica y negó lo dicho por Albornoz. Agregó: "Nuestra agrupación tiene una experiencia de muchos años (más de 30). Efectivamente, somos intermediarios y eso no lo vamos a negar. Se beneficia a gran número de niños y el Instituto de Cultura, por el recorte presupuestal, no podría hacerlo (desarrollar un programa general) , al no tener la planta de personal que se requiere para coordinar todos los eventos que nosotros hacemos (a través del citado Juglares y jugares, que ya concluyó).

"Son cifras alegres las que maneja este señor (Albornoz), porque son alegres, hechas sobre las rodillas. Dice que nos estamos enriqueciendo. Se le olvidan muchos renglones. El sonido, por ejemplo, no cuesta mil pesos, sino 2 mil, en promedio. Se le olvida que hay un coordinador y demás personal."

Definió a Desfiladero como una asociación civil que, en tanto tal, no puede tener como fin el lucro.

Afirmó que Camilo Albornoz trabajó en Desfiladero aproximadamente dos años y al final de su colaboración quería que se le dieran más funciones que a los demás (seis al mes). "Maneja seis compañías, pero resulta que en esas seis compañías se repiten los mismos actores. Es una careta, una manipulación. Lo vamos a demandar", añadió.

Expuso que está dispuesto a que se le practique a su empresa cualquier tipo de auditoría.