JUEVES Ť 11 Ť ENERO Ť 2001
Ť Sylvia Ortega Salazar, rectora de la UPN
Educación de calidad, aun cuando no sea gratuita
Ť El trabajo, la mejor forma de defender el artículo tercero
Ť Riesgo de que el sector se contamine por la política
CLAUDIA HERRERA BELTRAN /I
Asesora del equipo de transición en materia educativa y rectora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Sylvia Ortega Salazar considera que, a diferencia de gobiernos anteriores, ahora la viabilidad de la educación pública, laica y gratuita depende de su calidad. Por ello, se dice convencida de que la mejor manera de defender el artículo tercero constitucional es trabajando con calidad.
De ahí su temor de que la educación mexicana siga siendo "contaminada" con la política y con las demandas intergremiales, y señala la urgencia de que autoridades educativas y sindicato magisterial hagan un esfuerzo para no reditar "incomprensiones" y no recurrir a la huelga ni a los mítines, sino transitar juntos por el camino del cambio.
Conocedora del sistema educativo mexicano, advierte que en la actualidad hay condiciones para que la educación avance, pero no para dar un vuelco. ''No se puede andar inventando el agua tibia. Es fundamental tomar lo que está en marcha, dejarlo florecer y prosperar", expresa en entrevista.
Doctora en sociología rural y población por la Universidad de Texas, Ortega tiene una larga trayectoria en el ámbito educativo, lo que la ubica como aspirante a integrarse al equipo de la SEP. Fue rectora de la unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana y directora adjunta de Asuntos Internacionales y Becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
A más de año y medio al frente de la UPN, considerada una de las universidades más conflictivas y con severos rezagos académicos, Ortega da su visión sobre el futuro de la educación en el gobierno de Vicente Fox.
"Creo que el programa de educación que hizo el equipo de transición y los informes de la administración anterior marcan prioridades muy visibles en indicadores, en infraestructura, en apoyos, en nuevos métodos, en utilización de tecnología, en organización, en financiamiento... Todo eso está dicho; lo que falta es empezar a operar, y creo que este gobierno tiene ventajas porque el sector está ordenado tanto en lo académico como en lo administrativo. Sí hay graves conflictos, pero hay que comenzar a operar el sistema educativo ya".
-ƑPuede haber cambios que den un vuelco?
-Creo que no. En la SEP hay un alto nivel de profesionalización y el secretario (de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra) es un conocedor del sistema educativo, no solamente de las universidades, por lo que hay absoluta conciencia de que la educación es delicadísima. No se puede andar inventando el agua tibia. Es fundamental tomar lo que está en marcha, dejarlo florecer, prosperar porque es un reto de varias generaciones, continuar en el progreso, e ir haciendo los cambios en materia de eficiencia y calidad que se requieren.
-ƑQué obstáculos se podrían presentar?
-Me preocupa mucho que estos planes de mejora en la calidad, de oferta y de formación se vean contaminados con la política, con los temas salariales e intergremiales. Creo que hay una buena actitud tanto de la autoridad como del gremio, pero sería un gran obstáculo el volver a reditar estas incomprensiones.
-Pero los maestros no reciben el salario que se merecen.
-Sí, pero no por eso todos nos vamos a ir a la huelga, al paro, a la marcha y al mitin. Esos son recursos legales pero viejísimos y extremos. Lo importante es perseguir un camino de recuperación salarial urgente y disponer de mayores recursos, pero haciendo una aplicación ordenada, escrupulosa y transparente de los mismos.
-ƑCrees que los maestros van a aceptar una evaluación más escrupulosa de su trabajo?
-Hay sectores grandes que están muy interesados. Me parece que es altamente factible y muy benéfico para el sistema, pero también para la sociedad.
-ƑLe preocupa el futuro de la educación pública?
-Estoy absolutamente convencida de que en este país la educación debe ser gratuita, laica y de calidad, porque es un valor de la mayor parte de la sociedad. Por eso debemos protegerla, y hacerlo significa trabajar con honradez en la mejora de su calidad. De otra manera, (la educación pública, laica y gratuita) sí se hace cuestionable y aparecen las dudas de buena fe sobre sus ineficiencias.
-ƑEstas dudas pueden influir en la toma de decisiones?
-Yo creo que sí, y siempre es brutal que alguien se queje de los reprobados de las escuelas públicas. Se puede plantear que si la educación no es buena, es mejor que así sea aunque no sea laica y gratuita.
-Pero en el pasado este era un asunto resuelto. La educación pública debía ser laica y gratuita, aunque su calidad estuviera en duda. ƑYa no es así?
-No estamos en una situación así. Ahora, las encuestas dicen que hay una valoración bastante positiva de la sociedad sobre la escuela, pero hay un sector que tiene dudas y que se pregunta de qué sirve que la educación sea laica y gratuita si no es buena. Por eso, hay que defenderla con calidad.
-Pero antes la escuela pública no tenía porque justificarse.
-Creo que eso se ha abierto y no es del 1o. de diciembre para acá. Desde hace mucho tiempo hay gente del sector privado como Julio Millán y Lorenzo Servitje que están muy interesados en la educación y creo que abrirnos a las aportaciones del sector privado es una manera de enriquecer la enseñanza pública.
-ƑQué sucederá si la educación pública no hace esfuerzos por mejorar su calidad?
-Lo que ya ocurre: habrá mayor rezago. Por eso en las escuelas básicas se necesitan liderazgo y mayor confianza en los directivos de cada escuela para que tomen decisiones.
-Algunos señalan que ese discurso es tecnócrata.
-Estoy segura de que es tecnócrata y neoliberal, pero si lo haces sin sensibilidad. Por eso hay que tener un alto nivel de sensibilidad e ir tejiendo redes para que los cambios se hagan en la propia escuela.