JUEVES Ť 11 Ť ENERO Ť 2001

Ť Permaneció aislado en una celda de conductas especiales

Denuncia Gutiérrez Rebollo actitudes hostiles en Almoloya

Ť Negativas para llamadas extraodinarias e intentos para afectar su proceso, indica el militar en una misiva

JESUS ARANDA

En una carta escrita de su puño y letra, el general Jesús Gutiérrez Rebollo denuncia actitudes hostiles en su contra en el penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, donde permanece en cautiverio desde el 19 de febrero de 1997.

El militar menciona como irregularidades revisiones "denigrantes", condiciones "insalubres" en celdas, vigilancia permanente mediante un circuito cerrado de televisión, una luz intermitente que permanece encendida todo el día, la prohibición hacia algunos presos para establecer comunicación con personas y la negativa para hacer una llamada telefónica de 10 minutos cada semana, así como acciones ilegales de las autoridades penitenciarias -como la "pérdida" de papeles de los detenidos-, a fin de afectar sus procesos penales.

En la misiva, fechada el 26 de septiembre de 1999, de la cual La Jornada tiene una copia, el militar señala que cuando ingresó al penal pasó por revisiones "denigrantes" y fue internado en una de las celdas de "conductas especiales", las cuales están destinadas para reos que "por su mala conducta se hacen acreedores a un castigo".

Después describe las características del lugar: celdas de 4 por 5 metros carentes de higiene, pues ahí se ubican cama, regadera, lavabo y letrina "mal oliente", que mantienen permanentemente húmedo el espacio.

Además, hay una luz constante en los extremos del lugar, una de color amarillo y otra de color "normal".

La carta señala también la existencia de una cámara de circuito cerrado de televisión y la presencia de un vigilante en la reja de acceso las 24 horas del día.

Gutiérrez Rebollo indica que en su caso Gutierrez Rebollo se dio el agravante de que "los cristales de la única ventana pequeña, de 30 por 40 centímetros aproximadamente, fueron pintados de color guinda, impidiendo así el paso de la luz natural''.

En ese lugar ingirió sus alimentos, apunta, en razón de la prohibición para que hablara con persona alguna, además de que sólo se le permitía una llamada telefónica semanal de 10 minutos, previa petición por escrito.

Asegura que la intención de su carta es la de sensibilizar a las autoridades para que el penal de Almoloya de Juárez se convierta en un "verdadero" centro de readaptación social "y no de represión y denigración".

En otra parte, consideró como violatorio "a todo hecho legal" que a principios de septiembre de 1999 fue notificado sobre un amparo promovido por su abogado defensor, el cual requería también de una manifestación de su defensa para lo cual contaba con un plazo determinado.

Sin embargo, y a pesar de que el Departamento Jurídico del penal tenía conocimiento de la situación, le fue informado a su abogado que la copia de la notificación que había entregado al jurídico se había extraviado.

En otra ocasión, cuando su defensor entregó un pliego de conclusiones para que le fuera entregado lo más rápido posible para devolvérselo también a la brevedad, resulta que recibió el documento diez días después, con el pretexto de que los documentos se habían traspapelado, "sin tomar en cuenta el grave perjuicio que me ocasionaría el no entregarlos a tiempo al juzgado correspondiente".

En la misiva, el general atribuyó esas actitudes hostiles a un acatamiento de consignas emitidas por el entonces secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, y a Jorge Madrazo Cuéllar, quien era procurador general de la República. En razón de ello, solicitó al director del penal "un trato igual a los demás internos".

En una carta posterior, Gutiérrez Rebollo le reclama al director del penal que sufrió represalias por esas denuncias, como fue el hecho de negarle que hiciera una llamada telefónica "extraordinaria" -adicional a la que tiene derecho una vez a la semana-, cuando al menos ocho internos de su mismo módulo (el octavo) sí recibieron el permiso correspondiente.