Ť Iron Maiden hizo vibrar a más de 10 mil personas en el Headbangers Fest
El heavy metal está teniendo una segunda oportunidad: Steve Harris
Ť A pesar de que somos viejos no nos hemos traicionado, dice el bajista fundador de la banda
JORGE CABALLERO
Con la ácida/turbia/ligera bendición del dios azteca Tláloc, se revivió en el Distrito Federal la nostalgia de los festivales de heavy metal ochenteros, al presentarse la noche del martes el Headbangers Fest en el Foro Sol. Como platillo principal ofreció al grupo más representativa del género: la bandototota Iron Maiden, que no trajo a su mascota y fetiche, Eddie, de 50 metros... bueno ni uno de cinco metros... sólo la figura del zombie decoró, en todo momento, cinco puntos del escenario.
Concierto solvente, en el que interpretaron rolas de su nuevo material Brave new world y temas clásicos como Hallowed be the name, Two minutes to midnight y la legendaria y avasalladora The number of the best; técnicamente bien ejecutada/elegante/clásica, donde los poco más de diez mil metaleros agradecieron hasta el delirio.
Las bandas teloneras que los acompañaron, Halford y Queensryche, también se discutieron por las grandes ovaciones que se filtraban en el camerino mientras el alma y, uno de los fundadores de Iron Maiden, Steve Harris, platicó con La Jornada.
''Ese medio no entra''
Desde el inicio del concierto los reporteros aguardaban a que los pasaran a las entrevistas exclusivas con alguno de los integrantes de Iron Maiden. Al término de la actuación de Rob Halford y sus músicos, la encargada de la disquera EMI y personal de OCESA trasladaron a los reporteros a la zona de camerinos, detrás del escenario. Unos 15 minutos después los integrantes de Queensryche salieron de sus camerinos para su actuación; llevaban botellas de vino tinto francés, toallas y pequeños maletines donde seguramente llevaban el sacacorchos.
En la espera para las entrevistas se alcanzaba a oír el sonido y los gritos del público. Las habitaciones tenían el nombre de cada una de las bandas participantes. Una gran cantidad de gente en la zona de los camerinos hormigueaba de un lado para otro. Después el mánager de Iron Maiden, con una lista en la mano que contenía las referentes de los reporteros acreditados para las entrevistas dijo: "¡No fumen! Todos colóquense del otro lado ¿Tú, de qué medio vienes? A ver quién es de La Jornada, ¿a quién quieres entrevistar? La respuesta obvia: "A Steve Harris". "Ahí está un reportero del periódico que te dije"; mencionó una chica rubia del staff al mánager. "Ese medio no entra". Pero la barrera del idioma, la prepotencia y la desorganización hicieron que una reportera de "la única revista netamente contracultural que hay en México" (José Agustín dixit) salió en su defensa y apuntó: "El viene conmigo. Es mi traductor". "¡Pero qué le pasa! ¡Necesito un cigarro!", dijo la representante de la disquera EMI. Le dieron el cigarrillo y se calmó pero sólo un poco. Cinco minutos después todo volvió a la normalidad. Tres minutos después el bajista entra en la sala asignada para la entrevista. Sencillo, amable y educado saluda, ajeno al aparato de seguridad que implica montar para la protección de un big rock star. El mánager apunta con su dedo índice derecho: "Diez minutos". Se va. Por fin Steve Harris en plática con La Jornada.
''You know''
-¿Qué es lo que ha hecho que Iron Maiden continúe junta, cuando muchas bandas de metal no sobrevivieron a los ochenta?
-Es algo que disfruto desde niño. Creo que no nos hemos traicionado, you know, a pesar de que ya somos viejos, disfrutamos estar haciendo esta música, you know. Las otras bandas que ya no existen quizás no lo disfrutaban tanto por eso fenecieron. Aunque ahora veo que el heavy metal está bien en todo el mundo es algo muy fuerte; como que el heavy metal está teniendo una segunda oportunidad, you know.
-¿Qué ha cambiado musicalmente desde los inicios de la banda hasta esta parte?
-Ha habido mucha gente que comenzó con nosotros y que ahora no está, pero que nos ha dejado muchos dones que recibimos y aprovechamos para nuestra creación, you know. Por supuesto que la música ha cambiado, manejamos mejor nuestros instrumentos, los corremos mejor y experimentamos más con ellos, a veces más rápido, a veces más lento; sacamos más sonidos, you know. Es un cambio normal, es un cambio que ha crecido y que está bien; es consecuencia de los cambios dentro de la música de una banda.
-¿Hay diferencia entre un concierto de la banda en solitario y uno actuando con otras bandas?
-En algunos lugares de Europa los conciertos son con tres o cuatro bandas. Tocar con otras bandas es algo normal dentro del heavy metal, you know. En una gira mundial de nosotros solos hay un espectáculo montado específicamente para realizarla; además tocamos más tiempo, más temas, you know. Pero no nos desagrada hacerlo con otras porque casi todas las bandas con las que compartimos escenario son nuestros amigos.
-¿En qué punto está el adagio de sexo, drogas y rocanrol en Iron Maiden?
-El primero y el tercero me gustan y las practico, la segunda ni me gusta ni la practico; you know.
-¿Iron Maiden qué ha aportado a la música en el mundo?
-Bueno, no creo que se trate de defender un campeonato. De cualquier forma aquí estamos, tenemos muchos fans y seguimos haciendo nuestra música, you know.
-¿Qué está escuchando actualmente Steve Harris?
-Unos pocos álbumes de bandas nuevas; pero me la paso escuchando la radio; cuando hay una banda que me guste como Bloodhound Gang, me interesa conocerla. Además me llegan propuestas de bandas nuevas y he descubierto cosas interesantes. También escucho los mismos discos de siempre de toda mi vida y mucha música clásica.
-¿Qué esperan de este concierto en la ciudad de México?
-Sabemos que el público mexicano es muy poderoso, a pesar de que está lloviendo esperamos que esté muy bien. Saldremos a dar todo, you know.
Acaba el tiempo y el mánager se lo lleva. En el patio contiguo a los camerinos algunos de los afortunados/desenfrenados fanáticos, fueron invitados a conocer a sus ídolos. En diferentes momentos los recibieron cada uno de los integrantes de Iron Maiden. Cada vez que los enardecidos fans lanzaban una sonora ovación cuando entraba alguno de los músicos, el mánager evidentemente desconcertado, se asomaba para ver si no había problemas. El estallido más estruendoso de la carpa llegó cuando Bruce Dickinson, vocal y estrella del grupo, que no dio entrevista, llegó a la carpa. Los fans lo coparon y le pidieron autógrafos en los innumerables souvenirs que llevaban, desde discos de vinilo hasta mantas del Reino Unido.
La lluvia continuaba, pero nadie le prestaba mucha atención. El césped del campo de béisbol se protegió con una tarima y una enorme franela que antes de las seis de la tarde era blanca.
Iron Maiden no defraudó a los diez mil fanáticos chilangos reunidos en el Foro Sol.