VIERNES Ť 12 Ť ENERO Ť 2001

Colombia Moya

ANDANZAS

 

La danza en la televisión I

Mientras la cartelera dancística aún se encuentra en receso, cargando pilas, esperando astuta y cautelosa en tanto se acaban de acomodar, o "reacomodar", las mismas piezas del eterno tablero del quita y pon, quítate tú para que me ponga yo, o renuncia "voluntariamente" si no, te encerramos en la biblioteca con tamaño tiradero de libros, sin mesas ni sillas; sin probabilidades de producir, bajo la amenaza perfumada y latente de la ley del hielo, la arrogancia salinista y su nueva parvada de "gente de la presidencia", como me sucedió a mí en el canal 11; hablemos de la danza mexicana en la televisión.

De Televicentro a Canal 13

Cuando dejé el Ballet de la Universidad, muy joven aún, ya totalmente inoculada con la fiebre de la danza, pisé por primera vez Televicentro, en Chapultepec 18, para grabar un comercial con un tal señor Butterfield sin más ánimo que el aprovechar la generosa oferta económica que me había hecho por tal comercial. No mucho tiempo después, como miembro del brevísimo Ballet Moderno de México de Amalia Hernández, (éramos 4 o 5 bailarines), favorecida por Luis de Llano, bailamos en su programa semanalmente durante algunos meses, cuando aún el grupito, mezclando las presentaciones en la Sala Chopín, vivía la mezcolanza de la indefinición.

Claramente se podía ver en su programación la diversidad de influencias de los antiguos maestros de Amalia, así como los vanos deseos de "comercialización" del repertorio, echando mano del poder Duke Ellighton.

También bailamos a Prokofieff en su 5 sinfonía, el Cupidito veracruzano descalzas y con trajes diseñados por Dasha, la íntima de Waldeen, una recreación medieval con música de Gluck y las danzas de Michoacán y aztecas de Huitzilopoztli, con las percusiones de los Guiliguis, lo único auténtico del equipo), hasta que lo de la tele terminó.

También hubo Noches de Ballet con Armida Herrera, Jorge Cano y gente del ballet clásico de México con sus tutús y pirquettes super asombrosas de dos vueltas, lo más, tres. También hubo programas con nescafé y muchos otros llenando los vacíos de Mona Bell, pero siempre en la tónica del show siempre como parte de una programación con otras cosas.

Por los años sesenta si mal no recuerdo, una valiosa y valiente bailarina de ballet, Consuelo, me parece, he olvidado su nombre. Presentaba fragmentos de las Sílfides, Lago de los cisnes y cosas por el estilo, mal grabadas, en blanco y negro, mal iluminadas, como entonces con el escueto equipo del canal 11 con toda clase de privaciones y limitaciones. El proyecto de hacer series, o al menos programas completos sobre danza, con lo que había en México, era "de locas", nadie hacía caso, y mucho menos se metía dinero para eso, a lo más que se llegaba de vez en cuando era pasar películas de embajadas extranjeras con sus danzas folklóricas. En el canal 13, cuando se encontraba en la calle de Mina, junto al Teatro Blanquita se hizo una serie de danzas del mundo y con Manuel Michel, en su Guía del Ocio que se producía con más amplitud, me encargaba de la sección de danza, comentarios y cartelera únicamente. Había libros, música y otras cosas. Participaban con su respectiva sección Carmina Martínez, Tita Valencia, Cristina Pacheco entre otros. Continuará... paciencia...