DOMINGO Ť 14 Ť ENERO Ť 2001
José Antonio Rojas Nieto
La explosiva agenda energética
La agenda de asuntos de energía hace crisis. Ya se manifestan con crudeza cuatro que exigen reflexión, análisis y decisiones oportunas, adecuadas, razonables y, sobre todo, justas; decisiones que se evalúen permanentemente, para bien de todos. No es fácil dar salidas justas a la explosión interna del precio del gas natural, expresión de un disparo de las cotizaciones en la referencia estadunidense, derivado ya no sólo del frío invierno, de la estancada producción y los bajos inventarios, sino de una severísima especulación con ello. Tampoco es sencillo el diseño de una buena reforma eléctrica, menos aún después de ver la explosiva crisis en California, que a más de cuestionar su esquema de desregulación, se ha convertido en circunstancia para la expresión de los sentimientos regionalistas más radicales, de quienes consideran a su estado como una nación con una de las cinco economías más fuertes del mundo, que no merece sufrir desabasto del fluido eléctrico ni especulación en sus precios. Y estas dos explosiones en el vecino país tienen ya severo impacto en nuestra vida cotidiana; y ante ellas - šqué duda cabe!- hemos mostrado poca capacida de respuesta.
Y por si esto fuera poco, tenemos dos asuntos delicados más, a punto de hacer explosión. No es sencillo dar una salida a la discusión del horario de verano que ya reabre la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y que parece atemorizar a una Comisión de Energéticos de la Cámara de Diputados que hace declaraciones apresuradas sin mostrar ningún oficio para enfrentar esta y otras responsabilidades. Tampoco será sencillo -en 25 años no se ha podido- dar salida justa al delicadísimo asunto de la situación fiscal de Pemex (30 mil millones de dólares al fisco en 2000, el máximo de su historia) lo que obligará a un sereno análisis en el marco de la polémica propuesta fiscal gubernamental de gravar con IVA alimentos y medicinas, muy lejos todavía de conformar una reforma fiscal integral.
Así, tenemos frente a nostros cuatro delicados asuntos: 1) disparo de precios del gas natural con sus terribles efectos económicos y sociales; hasta hoy enfrentado con una ortodoxia doctrinal ciega; 2) crisis de la reforma eléctrica por la crisis en el poderoso estado de California, que nada o casi nada parece decir a quienes ya ven en marzo en el Congreso la propuesta foxista de reforma eléctrica en México; 3) nuevo cuestionamiento del horario de verano, del que, a la fecha, no hay un balance digno de crédito; 4) profundización de la carga fiscal de Pemex, sobre la que sigue existiendo un terrible temor de cambio porque -sin duda- nunca será posible suplir las aportaciones fiscales derivadas de la renta petrolera con sobretasas a alimentos y medicinas.
Lo peor que puede hacer este gobierno frente a esta delicada y compleja agenda es hacer lo de los anteriores: enfrentarla de manera burocrática y con verdades a medias, como desgraciadamente lo hace la cúpula empresarial en el caso de la explosión del precio del gas natural en un desplegado público esta semana. No se trata -una vez más- de imponer fórmulas. Urge la discusión y el esfuerzo por un acuerdo de consenso que supere las salidas sustentadas en un empecinamiento tecnocrático que, desgraciadamente, ya se refleja en algunas esferas gubernamentales, en donde, por desgracia, en contra de lo proclamado, se han colocado ya algunos personeros sin oficio, ni formación, ni experiencia. Ni hablar. No todo se puede.
Por cierto, es bueno saber que este viernes el precio del gas natural de referencia para México se llegó a cotizar a 10 dólares por millón de BTU y que se pronostican precios superiores en los siguientes días. Asimismo, saber que en California el gobernador habló esta semana de la desregulación eléctrica como el más grave y fallido experimento de su estado. También conviene comunicar que según algunos estudios técnicos, en el horario de verano el ahorro no es de la magnitud de la que se habló en el sexenio pasado. Y por último, decirles a los catastrofistas fiscales que este viernes la mezcla mexicana de crudo de exportación cerró en 20.45 dólares por barril -arriba de los 18 del presupuesto-, lo que, por cierto, no justifica que hoy se hable de ampliaciones presupuestales, como no se justificó que hace días -torpe y prematuramente- se hablara de recortes, al menos por esa razón. ƑNo lo cree usted?
Con recuerdo a la memoria de Raúl Gastelum, investigador en cuestiones energéticas, del Instituto Politécnico Nacional.