JUEVES Ť 18 Ť ENERO Ť 2001
Ť La medida, para "promover un cambio democrático en Cuba", dice
Clinton aplaza seis meses la aplicación del artículo tercero de la ley Helms-Burton
Ť Es una cobardía de esta administración: presidente de una fundación cubano-americana
AFP
Little Rock, 17 de enero. Tres días antes de abandonar la Casa Blanca, el presidente Bill Clinton anunció la suspensión por otros seis meses de la aplicación del capítulo tercero de la controvertida ley Helms-Burton, que en 1996 endureció el embargo estadunidense contra Cuba.
Ese capítulo permitiría iniciar acciones judiciales en Estados Unidos contra empresas que realizan negocios con bienes expropiados a empresas o ciudadanos estadunidenses tras el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro, en 1959.
La ley Helms-Burton fue promulgada por Clinton en marzo de 1996, tras el derribo un mes antes por la aviación cubana de dos avionetas de organizaciones anticastristas de Florida. Pero la norma levantó fuertes críticas en Europa y Canadá, que tienen negocios en la isla y en América Latina, donde se fustigó su carácter extraterritorial.
Según Clinton, la prórroga de la suspensión facilitará los efuerzos de Estados Unidos "para fortalecer la cooperación internacional destinada a promover un cambio pacífico y democrático en Cuba".
Desde que la ley entró en vigencia, el mandatario demócrata ha prorrogado sistemáticamente cada seis meses la aplicación de ese capítulo, levantando la ira del exilio anticastrista de Florida. Su decisión "es un ejemplo de la cobardía moral de esta administración", dijo Joe García, presidente ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana, mientras que la legisladora republicana de origen cubano Ileana Ros Lehtinen aseguró que "Clinton concluye su presidencia demostrando una vez más su simpatía por el régimen de Castro".
Corresponderá al sucesor de Clinton, el republicano George W. Bush, decidir en julio próximo si mantiene o pone fin a la suspensión. El presidente electo "apoya nuestra causa y ha indicado que revisará las decisiones tomadas por Clinton respecto de la isla", aseguró Lehtinen.
"Tras la elección de Bush, los adversarios del embargo contra Cuba van a darse contra un muro", pronosticó el senador ultraconservador Jesse Helms, a quien la legislación de 1996 debe en su apelación, ya que éste la redactó junto con el diputado Dan Burton.
Pero a Bush no le será fácil ignorar los vientos de cambio que soplan en Washington en materia de política hacia Cuba, con el apoyo de empresarios e incluso en filas de su propio Partido Republicano.