JUEVES Ť 18 Ť ENERO Ť 2001

Ť Tiene nuevo nombre

Retorna la Escuela de las Américas


JIM CASON Y DAVID BROOKS
CORRESPONSALES

Washington, 17 de enero. La antes llamada Escuela de las Américas del ejército estadunidense en Columbus, Georgia, que brinda capacitación en español a militares latinoamericanos, reabrió hoy sus puertas bajo un nue-vo nombre a fin de evitar las constantes críticas a la institución por haber funcionado como campo de adiestramiento para torturadores y violadores de los derechos humanos.

Pero aun antes de que comenzara la inauguración de lo que ahora se llama Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad, un grupo de manifestantes ingresó al terreno militar de la nueva academia, en el Fuerte Benning, Georgia, para exigir la clausura permanente del lugar.

Los manifestantes fueron arrestados, pero su acción formó parte de una jornada de acción a nivel nacional en la cual se realizaron mítines en más de 38 ciudades para de-mandar el fin de la capacitación militar estadunidense para militares latinoamericanos.

El Pentágono insiste en que los programas de capacitación de la nueva institución, co-mo en la vieja, subrayan el respeto a los de-rechos humanos y la ley, pero los críticos afirman que muchos de los peores violadores de los derechos humanos en el hemisferio egresaron de la Escuela de las Américas.

La controversia se incrementa en momentos en que los programas de capacitación militar estadunidense para América Latina han aumentado sustancialmente.

Según un reciente informe del Grupo de Trabajo para América Latina (LAWG, por sus siglas en inglés), Estados Unidos otorgó capacitación militar en 1999 a entre 13 mil y 15 mil militares y policías latinoamericanos, y el número para el 2000 y el 2001 será aún mayor, se pronostica.

"Más de 55 mil militares estadunidenses viajaron a América Latina y el Caribe para (otorgar) capacitación y hacer relaciones en 1999, un paso que probablemente se sostendrá o se incrementará para el 2000", indica.

"El programa de capacitación estadunidense en América Latina es enorme", dijo Joy Olson, una de las autoras del informe. "Con la excepción de Cuba, Estados Unidos capacita en cada país de América Latina. Cree que la capacitación es algo positivo".

Normas más rigurosas

El LAWG, coalición de mas de 60 organizaciones religiosas, de derechos humanos, de base y de análisis político, estima que el in-cremento de la capacitación de personal mi-litar y policiaco latinoamericano obliga al gobierno de Estados Unidos a adoptar normas más rigurosas para asegurar que tal ca-pacitación no sea mal empleada.

El nuevo informe, Just the Facts, sostiene que las restricciones legislativas existentes para la otorgación de capacitación a personal militar acusado de violaciones de derechos humanos, no se aplica de forma consistente en América Latina.

"La capacitación produce un traslado de habilidades, y es naif pensar que estas habilidades sólo se emplearán para el bien", explicó Olson. "Si son mal empleadas, Estados Unidos tiene que compartir la culpa. El programa de capacitación estadunidense de-be ser evaluado bajo esta luz".

Funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado contactados por La Jornada insistieron hoy que se sujetan a todas las restricciones impuestas por el Poder Le-gislativo para evitar capacitar a individuos que han sido acusados de alguna forma creí-ble de violar los derechos humanos.