JUEVES Ť 18 Ť ENERO Ť 2001

Ť Las empresas que los producen "controlaron" el reciente foro nacional, afirman

Las ONG, excluidas del debate sobre transgénicos
 
Ť Cibiogem "entregó al sector privado" la discusión del tema: ANEC, Greenpeace y GEA
 

ANGELICA ENCISO L.

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) esperaban que en el Foro Nacional de Biotecnología --celebrado lunes y martes pasados-- se abriera una discusión seria sobre transgénicos, pero fueron marginados: las cuatro empresas que los producen en México controlaron la reunión.

La Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) entregó al sector privado la discusión sobre el futuro de los transgénicos y su uso en México, dijeron en conferencia de prensa representantes de Greenpeace, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC) y Grupo de Estudios Ambientales (GEA).

En el foro --organizado por Agro Bio, que agrupa a Dupont, Savia, Novartis y Aventis-- se impidió entrar a la mayoría de las ONG, con lo que la visión es parcial, dijo Liza Covantes, de Greenpeace, quien añadió que en el foro se promovieron los productos biotecnológicos como maravillosos.

Incluso Luis Herrera Estrella, investigador del Cinvestav de Irapuato, dijo en el encuentro --según las organizaciones-- que "los grupos ambientalistas no deberían preocuparse más por el flujo genético de los transgénicos a especies silvestres o variedades criollas; existe la tecnología terminator (modificación genética para que las semillas sean estériles y no puedan germinar y dejar descendencia), con la cual ya no habrá problema de diseminación de los transgenes".

Ante el planteamiento del sector oficial de que las ONG no presentan argumentos científicos contra los transgénicos, Víctor Suárez, de la ANEC, dijo que ni dueños de empresas ni gobierno han demostrado que esos alimentos no dañan la salud.

Hasta el momento no hay pruebas científicas de que el consumo de estos productos no dañe al ser humano, precisó; dijo que en las importaciones mexicanas de maíz estadunidense, superiores a 3 millones de toneladas anuales, entra grano transgénico que incluye el Starling, prohibido en esa nación, por lo que el consumidor mexicano desconoce la calidad de la leguminosa que adquiere.

Ante esta situación, las ONG demandaron a Cibiogem se cumpla el derecho a la información; se revise y complemente el marco legal en bioseguridad; acceso a recursos genéticos y patentes de la vida; ratificación por parte de México del Protocolo de Cartagena-Montreal; suspender importaciones de maíz transgénico y y creación del Consejo Científico Multidisciplinario Independiente.