JUEVES Ť 18 Ť ENERO Ť 2001
Ť "A nadie le conviene en este país introducir desórdenes": Abascal Carranza
Sería inadecuado estallar huelgas en universidades
Ť El titular de la STPS advierte a los huleros que su contrato ley "se modernizará"
ELIZABETH VELASCO C.
"A nadie le conviene en este país introducir desórdenes de huelgas y paros, y menos en el sistema educativo", respondió el secretario del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal, en torno a demandas de aumento salarial de diversos sindicatos de instituciones de educación superior que amagaron con una suspensión escalonada de labores.
Anticipó a los trabajadores al servicio del Estado que los aumentos a sus ingresos se harán de "acuerdo con las limitaciones presupuestales" del gobierno, mientras que a los 13 mil 800 de la industria hulera les advirtió que el contrato ley que los rige "se modernizará".
En entrevista en la STPS, al término de un acto donde el funcionario cortó un listón rojo para inaugurar nuevas unidades fuertemente blindadas (al nivel cuatro) del Servicio Panamericano de Protección, Abascal argumentó que sería inadecuado estallar una huelga en las universidades, porque "si en algo está atrasado nuestro país es justamente en el desarrollo del conocimiento".
La Universidad de Michoacán inició anteayer un paro indefinido en demanda de aumento salarial de 50 por ciento. En febrero, otras seis organizaciones sindicales -de las universidades Iberoamericana, Autonóma Metropolitana, Chapingo, y de El Colegio de México y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados, entre otras-- anunciaron que podrían sumarse a esas acciones si se les niegan aumentos salariales de entre 25 y 50 por ciento.
Al respecto, Abascal exhortó a las partes a "resolver sus problemas dentro de los límites legales establecidos y los presupuestales que existen: más, no se puede".
En relación con la petición de la FSTSE de un incremento salarial de 12 por ciento a 1.7 millones de empleados públicos, dijo que el gobierno federal podrá pagar más en la medida en que sea "más eficiente la captación de ingresos" y si hay un mejoramiento en la calidad de los servicios públicos. En ese "proceso tenemos que meternos juntos, trabajadores y gobierno, para, en un nuevo modelo de relación, producir a lo largo de este sexenio el gran cambio que el país requiere".
El ex dirigente empresarial arguyó que ante los factores "exógenos" --la desaceleración económica en Estados Unidos-- "tenemos que actuar con responsabilidad y, bueno, esto me sirve para insistirle a empresarios y trabajadores que hagan revisiones muy sensatas, muy responsables, y que le pongan mucho énfasis a la productividad". Esta, agregó, es la clave para el aumento "de la capacidad de generación de riqueza de las empresas y su distribución", así como para mejorar el mercado interno.
Abascal anunció que, igual que en el ramo azucarero, el contrato ley de la industria hulera se "modernizará".
Como cada año, este 12 de enero se instaló la comisión revisora del contrato ley de los trabajadores huleros y, según el funcionario, "todo está marchando en el marco del derecho", pero aclaró que se "están resustanciando algunos juicios, y nos atendremos a las resoluciones".
Al respecto, un funcionario del área de conciliadores de la STPS reveló que los empresarios del ramo hulero --asesorados por Jorge del Regil y su despacho jurídico, Baker Mckenzie--, se ampararon contra la convención para la revisión del contrato ley --que data de 1938-- bajo el argumento de que no fue convocada por las dos terceras partes de los trabajadores afiliados a la Coalición de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Hulera.
En el fondo, lo que los empresarios buscan --detalló-- es pasar la jornada laboral de cinco a seis y siete días a la semana en toda la industria llantera; eliminar las especialidades para, en su lugar, establecer el "desarrollo de multihabilidades", que implica emplear a los trabajadores en diversas áreas "respetando su salario", y suprimir el escalafón ciego (por antigüedad) para dar preferencia a los trabajadores "mejor capacitados", entre otros cambios.
Con el amparo, se evitaría la revisión del contrato ley, uno de los últimos siete que existen en el país --establecidos a iniciativa del desaparecido líder cetemista Fidel Velázquez en 1925-- los cuales regulan las condiciones de trabajo entre varios sindicatos y empresas de una rama industrial como la textil, la azucarera y la de la radio y la televisión, entre otras.
La principal virtud de estos contratos es que establecen aumentos generales de salario y prestaciones para los asalariados de cada ramo, independientemente del tamaño de la empresa.