VIERNES Ť 19 Ť ENERO Ť 2001
Ť Ha participado en las principales operaciones militares de EU en 40 años
Cuestionan la calidad de héroe de Colin Powell
Ť Hijo de inmigrantes jamaiquinos pobres, será el primer secretario de Estado negro
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES/III Y ULTIMA
Washington, 18 de enero. El ex general Colin Po-well, próximo secretario de Estado estadunidense, tiene una carrera que lo coloca en las entrañas de todas las principales operaciones militares de este país en los últimos 40 años --desde Vietnam a la Guerra del Golfo pasando por los conflictos de Centroamérica--, y con ello es uno de los responsables tanto de los éxitos como de los excesos y hasta violaciones de la ley internacional que se cometieron.
No hay otra figura nacional como él en Estados Unidos y es considerado por la cúpula política, los principales medios y la mayoría de los estadunidenses como héroe.
Este hijo de inmigrantes pobres de Jamaica criado en una de las colonias más pobres del país --en el Bronx-- llegó a ser jefe de estado del Pentágono y en unos días más se convertirá en el primer negro en ser secretario de Estado. Tiene todos los elementos pa-ra ser un ejemplo del sueño americano.
Su autobiografía An american journey cuenta los detalles (purificados) de esta ex-traordinaria carrera en los circuitos del po-der militar y político de Estados Unidos.
Pero es la Guerra del Golfo la que convierte a Powell en héroe nacional, en una fi-gura política casi intocable, algo casi sin precedente en Washington, y que lo hace el preferido de la cúpula política republicana.
La doctrina Powell es expresada en su forma más pura en la Operación Tormenta del Desierto de 1990. La idea es que la única manera en que Estados Unidos debe realizar una operación militar es con un despliegue masivo y abrumador de fuerza y con una clara estrategia de objetivos y de salida del conflicto. Powell desarrolló esta doctrina como respuesta a las lecciones de Vietnam.
Powell se estrenó como militar en Vietnam en 1968, y ahí empieza una carrera marcada por el enorme talento para proteger a sus jefes, y maniobrar para resolver conflictos internos dentro de la estructura político-militar de Estados Unidos.
Pocos meses antes de su llegada a Vietnam se cometió la famosa masacre de My Lai. Powell recibió información y denuncias de otros militares no sobre My Lai en particular, sino sobre el patrón de una creciente brutalidad de los militares estadunidenses contra poblaciones civiles. Pero rechazó la existencia de este patrón.
Aún no está claro si Powell sabía algo de lo que había sucedido en My Lai, ni en casos parecidos. Pero al parecer no se preocupó mucho por averiguar más después que se reveló la masacre de My Lai en 1969, ni sobre qué hizo al conocer más detalles.
En la cúspide del país
Más de 20 años después, el general Powell gozaba de su nuevo papel como héroe na-cional. La Guerra del Golfo provocó consecuencias devastadoras para la población ci-vil de Irak y para los soldados estadunidenses: 184 mil de los 697 mil veteranos de esa guerra se han quejado de sufrir dispacacitación en el Departamento de Asuntos de Ve-teranos de Guerra.
El llamado "síndrome de la guerra del golfo" finalmente ha sido reconocido por las autoridades y se admitió que decenas de mi-les fueron expuestos a niveles bajos de ar-mas químicas. Sin embargo, los veteranos siguen criticando a Powell y Dick Cheney por minimizar este aspecto de la guerra así como las consecuencias de la misma para millones de civiles en Irak.
De hecho, la razón por la cual Powell ha llegado a la cúspide estadunidense sin ser manchado por esta serie de interrogantes, dudas y posibles acciones ilegales, tiene que ver con lo que podría ser la otra parte clave de su doctrina. Powell es un maestro en el manejo de imagen, medios y en las luchas intraburocráticas del alto poder, y con ello ha llegado hasta donde está.
Siempre ha reconocido que parte de la guerra se gana ante la opinión pública y en particular los medios (otra lección de Vietnam). Según los periodistas Robert Parry y Norman Solomon, quienes elaboraron un amplio reportaje sobre la carrera de Powell, el general comentó en un discurso en la Universidad Nacional de Defensa, aquí en 1989, que una vez que uno ya ha desplegado las fuerzas en un conflicto y están desplazándose "debe dar su atención a la televisión... uno puede ganar la batalla pero perder la guerra si no maneja bien la nota".
La Guerra del Golfo fue, en gran medida, diseñada para los medios. Todas las noches Powell y Cheney describían lo que ocurría y presentaban videos de la acción ese día grabados por las cámaras del Pentágono.
Todo el mundo se acuerda de las imágenes de un misil tan preciso que parecía entrar por una chimenea de una estructura. Los telenoticieros usaban esas imágenes (con la excepción de CNN, que envió las únicas imágenes desde Bagdad). Esto era parte integral de la guerra, bajo la doctrina Powell.
Pero para algunos, la pregunta es si Powell aprendió las lecciones correctas de Vietnam. El veterano de Vietnam y pacifista Ron Ko-vic, famoso luego que Hollywood hizo una película basada en su historia --Nacido el 4 de julio--, ha acudido a varios lugares don-de Powell ha promovido su autobiografía con la intención de enfrentarlo a varias de estas interrogantes y afirmar que es demasiado lo que el general ha ocultado sobre su verdadera historia.
Desde su silla de ruedas, Kovic ha dicho, reportan Parry y Solomon, que "Powell no es la respuesta. El sienta un precedente muy peligroso para este país... Necesitamos a lí-deres que representan la paz... no la violencia. Necesitamos a líderes que entiendan la tragedia de usar la violencia para resolver nuestros problemas. Ya tenemos suficiente violencia en este país".