VIERNES Ť 19 Ť ENERO Ť 2001

Ť Participará como invitado especial en el Festival Internacional del Centro Histórico

Los sueños y las pesadillas pueden ser filmados, señala Barry Gifford

Ť La observación del tiempo y la percepción del pasado, materia prima del escritor, define

Ť Poesía, novela y cine, los campos explorados Ť Habla en exclusiva para La Jornada

MIRYAM AUDIFFRED

gifford-2 Hay escritores que logran escapar de etiquetas y clasificaciones. El estadunidense Barry Gi-fford es uno de ellos. Ha escudriñado en todos los rincones de las letras -poesía, novela, ensayo, guión, biografía y crítica-; además, ha dado vida a un universo vernáculo y bizarro en el que cohabitan violencia, libido, corrupción, amor y belleza. También ha tenido el atrevimiento de jugar con todas las técnicas y formas literarias posibles con el único afán -dice- de ser "libre".

Nacido en Chicago, en 1946, Gifford está a punto de romper una larga ausencia. Su libro Wyoming será traducido al español, y en marzo visitará la ciudad de México (la última vez que estuvo en la capital fue en 1978; no obstante, goza de turistear en Mérida y recorrer la frontera norte) para participar en la 17 versión del Festival Internacional del Centro Histórico, en el que será el invitado especial de la ronda de conferencias.

Sabe que en la capital, como en otras ciudades de América Latina, la gente lo relaciona con el cine más que con la literatura. Ello no le molesta. De hecho, en entrevista vía telefónica exclusiva con La Jornada, asegura desde San Francisco que esa asociación es parte de su libertad. "Ser libre implica, entre otras muchas cosas, no ser categorizado. Por eso siempre escribo lo que quiero y como lo quiero. Hablo de lo que me interesa y, como soy un ser muy curioso, cuando alguien trata de catalogarme descubre que no soy una presa fácil de atrapar''.

Así lo demuestran más de 25 libros traducidos a quince idiomas, incluido el español. Según Gifford, cualquier hecho puede ser el inicio de una larga novela de ficción: un yuppie, un psicópata, un cuerpo mutilado...

"Si bien el escritor tiene muchas funciones, creo que la principal de ellas consiste en crear historias partiendo de la observación de su tiempo y de la percepción del pasado. No hay que ser un genio ni un crítico despiadado". Basta conocer la alquimia literaria y, en su caso, tener la capacidad de incluirse en una imagen cualquiera.

Así es como logró capturar una realidad ajena -la vida en la línea fronteriza entre México y Estados Unidos- en su libro The Sinaloa Story, que fue llevado a la pantalla grande por Alex de la Iglesia en la cinta Perdita Durango.

El director David Lynch -famoso por películas como El hombre elefante y Terciopelo azul- también ha convertido a Gifford en un punto de partida. La cinta Corazón salvaje, por ejemplo, está basada en la novela La vida desenfrenada de Sailor y Lula.

Más que el cine

Si bien el autor de Puerto Trópico ha participado directamente en el cine -con Lynch escribió el guión del largometraje Lost Highway-, éste no es la mejor manera de conocer el trabajo de este hombre que estudió en las universidades de Missouri y Cambridge, y además, acostumbra vivir por temporadas en Berkeley, California. Los dos personajes esenciales de su trabajo literario, Sailor Ripley y Lula Pace Fortune, han sido distorsionados en sus versiones en cine, hasta adquirir rasgos agresivos y violentos.

"Lula no es una tipa loca y agresiva que va cometiendo crímenes por la carretera -aclara el escritor-. Ella es un ser fuerte; una sobreviviente, como lo son todos mis personajes femeninos. ƑLa razón? En mi opinión, mujer es sinónimo de fortaleza. Inclusive el siglo XX las ha puesto a prueba. Encuentro que, por desgracia, los hombres están incómodos con sus papeles y no saben qué hacer, cómo ser hombres. Por eso han adquirido una postura de falso machismo".

No obstante las modificaciones sufridas en su trabajo, el también autor del libro de poesía Coyote Tantras considera que los sueños y las pesadillas pueden ser filmados. De hecho, no duda en señalar que una película sólo es buena cuando es capaz de generar en el espectador la sensación de estar viviendo un sueño.

Ganador de diversos premios literarios -entre ellos el National Endowment for the Arts Fellowship-, Gifford escribió con Lawrence Lee la biografía de Jack Kerouac, el rey de la literatura beat. Al respecto, sostiene que este movimiento ha sido una gran inspiración para su generación. "Nadie como ellos refleja lo que ha sido la sociedad estadunidense -dice-. Puede o no gustarte su trabajo, pero lo cierto es que sólo ellos han logrado mostrar con exactitud la dominación de nuestra sociedad".

Son muchas las cosas que Barry Gifford tiene por decir... y él lo sabe. De ahí que su participación en el Festival Internacional del Centro Histórico consista en una breve lectura de su obra y una larga conversación con la gente. A fin de cuentas, Gifford no es un hombre de conferencias.