VIERNES Ť 19 Ť ENERO Ť 2001
Ť La gente a la que le gusta el buen comer va a la colonia, dice el titular de la Canirac
La Condesa: tesoro restaurantero y suplicio para sus habitantes
Ť Los establecimientos han roto la armonía y atraído a los delincuentes, aseguran los colonos
MARIANA NORANDI
Si en una época fueron la Zona Rosa y la colonia Roma lugares de moda para tomar un café, cenar o divertirse, desde hace seis años aproximadamente, la Condesa es la zona de la ciudad que ha adquirido esa categoría de centro de reunión.
Después del temblor del 85, esta colonia se devaluó considerablemente debido a que resultó muy dañada. Pasado el desastre, comenzaron a poblarla jóvenes, artistas, intelectuales y estudiantes, por lo que a principios de los noventa, pequeños empresarios que veían frustradas sus expectativas restauranteras en el prestigioso Polanco, vieron en la Condesa la posibilidad de abrir lugares agradables especialmente orientados a una clientela joven, bohemia e intelectual. Poco a poco, en las calles de Tamaulipas y Michoacán, principalmente, comenzaron a abrirse pequeños cafés y restaurantes. El éxito fue tal que actualmente en ellas existen 180 restaurantes y en toda la colonia más de 400.
Gerardo Noriega, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), en la Delegación Cuauhtémoc y propietario del restaurante Vértice, ubicado en la calle de Tamaulipas, considera que la Condesa es la segunda zona restaurantera más importante del país después de Polanco.
Afirma que "tiene características que no se encuentran en ninguna zona del país. Por un lado, la diversidad de cocinas, las hay de todo el mundo, mexicana y fusión" (estilo culinario que combina ingredientes de la cocina nacional con la internacional). "Por otro, tienes restaurantes para todos los bolsillos, y generalmente todos son buenos".
Noriega considera que cenar en la Condesa no es un lujo y los precios son bastante asequibles, sobre todo si los comparamos con la zona más exclusiva de nuestro país, Polanco: "El cons umo promedio por persona en la Condesa es de 180 pesos. Eso incluye cena, dos copas, propina y valet parking. En Polanco sería de unos 400 o 500 pesos".
Una de las características de la Condesa, y que dificulta el censo de la misma, es que existe un flujo importante de aperturas y clausuras de restaurante. Las causas son muy diversas, van desde la inmensa competencia que existe en la zona a una equivocación en el concepto del negocio o un mal servicio. De hecho existe una teoría en el negocio restaurantero: se calcula que del ciento por ciento de restaurantes que se abren en un año, únicamente sobrevive el cinco por ciento. El Vértice es uno de ellos. El dueño explica que la clave de su éxito radica, entre otras cosas, en dar un servicio excelente al cliente.
En los tres últimos años, la Secretaría de Turismo ha empezado a promocionar internacionalmente la ciudad de México como ciudad gastronómica, "y la Condesa es un foco turístico impresionante. La gente y el visitante extranjero a los que les gusta el buen comer vienen directamente a esta colonia", comenta.
Madrugada insoportable
Pero como en muchas historias, cuando unos salen beneficiados, otros resultan perjudicados y en este caso son los vecinos de la Condesa.
Raquel Nava, coordinadora del Comité Vecinal de la colonia Hipódromo Condesa, ha luchado, desde que comenzó el boom de restaurantes en esa zona, por la tranquilidad, armonía y orden, que según los colonos se ha roto, transgrediendo toda norma urbana y cívica.
La coordinadora expone: "Muchos de esos restaurantes están instalados en áreas habitacionales, lo cual prohíbe la ley. Algunos tienen música en vivo y no quieren invertir para evitar el ruido, que a altas horas de la madrugada es insoportable: gritos, el sonido de los claxones, gente con unas copas de más y el valet parking, que se ha apoderado de las banquetas y aparta lugares con una botella, cubeta o guacal, y luego se tiene que pagar 15 pesos para estacionarte en un espacio que es público. Otras veces, hay vecinos que no pueden ni meter el coche en su propio estacionamiento porque su banqueta está invadida, además hay muchos meseros y encargados de valet parking que son sumamente prepotentes".
Noriega coincidió en el problema que implica el estacionamiento. Los restauranteros proponen hacer uno subterráneo, a lo que se oponen los vecinos por el impacto ecológico que significaría; se pretende construir debajo del Parque México.
Además de estos problemas, para los vecinos existen otros, como las terrazas en las banquetas que no respetan el metro y medio establecido para la circulación peatonal y la delincuencia que generan esos establecimientos, sobre todo el robo de autopartes.
El propietario del Vértice opina que en la Condesa no hay más robos que en el resto de la ciudad, mientras que los vecinos creen que el desarrollo restaurantero ha atraído considerablemente la delincuencia, pues a donde la gente gasta dinero acuden los rateros.
Raquel Nava dice que además "ya hay zonas donde ha comenzado a escasear el agua como en los edificios donde se encuentra el restaurante Specia, ya que el inmueble no tiene una instalación para suministrar agua a un restaurante, sino para una casa habitación. Queremos que se ponga orden y no esperar que ocurra algo en la Condesa tan grave como lo sucedido en Lobohombo. En el Mama Rosas se han producido tres flamazos por malas condiciones del conducto del extractor, el cual va directamente a la azotea de la casa habitacional donde a menos de un metro está el tanque de gas estacionario. Es una bomba de tiempo".