DOMINGO Ť 21 Ť ENERO Ť 2001
Ť El nuevo representante de la dinastía estrenó su presidencia bajo sitio
La toma de posesión de Bush, con las medidas de seguridad más extremas en la historia de EU
Ť El mandatario no se atrevió a caminar del Capitolio a la Casa Blanca por las protestas
Ť Una sociedad profundamente dividida, la imagen que proyectaron las manifestaciones
Washington, 20 de enero. George W. Bush estrenó su presidencia bajo sitio. El acto de la toma de posesión se realizó hoy en medio de las medidas de seguridad pública más extremas en la historia de este país, y el nuevo mandatario enfrentó más manifestantes en su contra de las que cualquier go-bernante ha enfrentado en tres décadas.
La gran celebración de su toma de posesión y el desfile triunfante desde el Capitolio a la Casa Blanca fracasaron en su intención de proyectar la imagen de un país unido, y más bien el debate político continuó estallando en las calles de esta capital a tal nivel que generó extremas preocupaciones de seguridad del propio recién proclamado nuevo presidente.
Por cierto, el mandatario republicano ha-bía deseado caminar a pie parte del recorrido del desfile de este sábado, pero no se atrevió hacerlo hasta llegar a un costado de la Casa Blanca.
En las calles había más pancartas y mantas de protesta que de apoyo al nuevo presidente. No había manera de que Bush evitara ver a los manifestantes que cuestionaban su legitimidad en cada cuadra de la ruta de casi dos kilómetros.
De hecho, el gran debate sobre esta elección continuó en las calles, los edificios y el metro de esta capital.
"Tú eres un nazi fascista", gritó un manifestante contra un simpatizante de Bush. Este le respondió "eres un comunista gay."
Frente al Capitolio, un manifestante pa-seó con su mensaje de que Bush se robó la elección, pero un seguidor del nuevo mandatario le aconsejó: "Mejor vete acostumbrando, no tienes otra opción".
Así, el intercambio civil se repitió todo el día mientras opositores y simpatizantes se congregaban en las banquetas a lo largo de la Avenida Pennsylvania, la ruta del desfile encabezado por Bush.
"La democracia, descanse en paz 1776-2000", decía una pancarta, mientras otra, que era cargada por un niño de 10 años preguntaba: "Cuando sea mayor, Ƒcontará efectivamente mi voto?" "La democracia, a la venta" y coronas de cartón marcadas "George II" pasaban junto con otras pancartas más escandalosas.
La presencia de las fuerzas de seguridad, las barricadas y retenes obligaron tanto a los opositores como a los simpatizantes casi a abrazarse, al amontonarse por pasos apretados diseñados para controlar el flujo de miles de participantes en la ruta del desfile.
Jóvenes con colores de pelo extraterrestre, vestidos con ropa de segunda mano, tuvieron que codearse, a veces casi íntimamente, con los donantes y los fieles del Partido Republicano.
Mientras Bush declaraba su intención de promover un país más unido, con más in-clusión, compasión y oportunidad para to-dos ante un mar de caras blancas y bien vestidas, en las calles cercanas abuelas, jó-venes, negros, latinos, estudiantes, contingentes de grupos gay, de mujeres en defensa de sus derechos y grupos de activistas ambientalistas y antiglobalización denunciaron la imposición de lo que consideran el representante de sus enemigos.
A sólo seis cuadras de donde el texano Bush tomaba posesión de su presidencia, más de 2 mil manifestantes rodearon la Su-prema Corte para denunciar el "robo" de esta elección y la violación de sus derechos al sufragio efectivo.
Esta manifestación de protesta, compuesta mayoritariamente por negros, declaró la necesidad de promover una nueva lucha por los derechos civiles en este país, en tanto que otros 2 mil se congregaron en otra plaza --el Dupont Circle-- para denunciar la violación de los derechos democráticos en la pasada elección.
Granny D., una abuela de 91 años que recientemente recorrió el país de costa a costa para exigir una reforma profunda del proceso electoral estadunidense, denunció "este robo de la democracia".
Dijo que el dinero ha tomado el control del gobierno. "Esto era una casa de la de-mocracia, ahora es una casa de prostitución política", afirmó, y llamó a una nueva lucha para rescatar el poder a favor del pueblo, y no de los sectores poderosos del país.
Aquí también paseaban miembros de la agrupación satírica Multimillonarios por Bush, quienes declaraban que habían triunfado al tomar el poder, y que ahora ellos son los dueños de esta capital.
Esta noche los verdaderos multimillonarios sí asistieron, junto con miles de fieles del Partido Republicano, a celebrar el triunfo de Bush en por lo menos ocho cenas y bailes de gala en esta ciudad.
Por su lado, los opositores políticos al gobierno republicano han invitado a todos a eventos "contra gala" para bailar reggae y celebrar su triunfo por haber logrado proyectar la imagen de una nación que no está unida con Bush.