Ť Miles de estadunidenses se manifestaron contra el republicano y lo llamaron ratero
Unidad nacional, demanda George W. Bush al asumir la presidencia
Ť Fue juramentado como el mandatario número 43
por el juez conservador William Rehnquist Ť Clinton y Hillary abordaron
después de la ceremonia un avión en la base Andrews hacia
NY
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 20 de enero. George W. Bush fue hoy juramentado como presidente número 43 de Estados Unidos ante decenas de miles de simpatizantes, y apeló de inmediato a la unidad nacional y al re-torno a la civilidad después de una de las elecciones más contenciosas de los últimos cien años.
Pero minutos después de jurar como nuevo presidente, por la presencia de miles de manifestantes con consignas como "ave al ratero" (en inglés, jefe rima con ratero) fue evidente que son mu-chos en este país los que no están dispuestos de aceptar la invitación a la reconciliación, después de una elección cuyo resultado continúa siendo cuestionado.
En un reconocimiento de esta controversia, Bush señaló en su discurso inaugural que algunos ciudadanos "dudan de la promesa, hasta de la justicia, de nuestro país" y que "a veces nuestras diferencias son tan profundas que parece que compartimos un continente pero no un país", por lo tanto se comprometió a "trabajar para construir una sola nación de justicia y oportunidad".
Bush hizo su juramento presidencial sobre una gran plataforma directamente en frente del Capitolio, y ante un público casi exclusivamente conformado por sus filas leales.
Precisamente a las 12 horas, el magistrado jefe de la Suprema Corte tomó el juramento de 35 palabras de defender las leyes de este país que se ha empleado para la toma de posesión de todo presidente de Estados Unidos desde el primero: George Washington.
De hecho, la Biblia sobre la que juró fue la misma utilizada por el primer presidente y por el padre del nuevo mandatario.
Juez y parte
El juez jefe de la Suprema Corte, William Rehnquist, quien fue par-te decisiva de la mayoría de los miembros del máximo tribunal que determinaron la conclusión y el resultado de esta elección, fue recibido con algunas ovaciones entusiastas cuando apareció, tal vez en reconocimiento al papel sin precedente que jugó la Suprema Corte en esta elección.
Como es la costumbre, Bush es-tuvo acompañado por su esposa Laura en el podio, como también por su padre, el ex mandatario George Bush, el ahora ex presidente Bill Clinton y el hombre a quien derrotó en esta contienda, el ahora ex vicepresidente Al Gore.
Poco después de esta breve ce-remonia, Bush dio su primer discurso presidencial tocando mu-chos de los puntos repetidos durante su campaña, en particular el texano enfatizó la responsabilidad cívica del individuo como la virtud más importante.
"Lo que uno hace es igual de importante que cualquier cosa que haga el gobierno", declaró. "Les pido que sean ciudadanos, no espectadores; ciudadanos, no sujetos; ciudadanos responsables que construyen comunidades de servicio y una nación de carácter".
Ante un público que incluyó a más que unos pocos vestidos tanto con abrigos de piel como con sombreros texanos, Bush enfatizó la importancia de mejorar la educación y ayudar a los pobres, y también recordó que los inmigrantes son una parte importante de este país.
Poco después de que Bush concluyera su primer discurso como presidente de Estados Unidos, el ahora ex presidente Bill Clinton, acompañado de su esposa (y aho-ra senadora) Hillary, abordó una limosina a la base Andrews de la fuerza aérea --donde se despidió de su equipo de la Casa Blanca-- y tomó el último vuelo de su ca-rrera en el avión presidencial.
En primera noche como ciudadano común, Clinton dormirá en su nueva casa en el estado de Nue-va York. Sin embargo, su retiro de la Casa Blanca, sugirió, no es un retiro del panorama nacional.
Aunque los republicanos expresaron su felicidad de que Clinton ya se fue, uno de sus últimos co-mentarios antes de salir de esta capital fue "salí de la Casa Blanca, pero aún estoy aquí".
El nuevo presidente tampoco demoró mucho en intentar borrar las huellas de los pasados inquilinos de la Casa Blanca y, poco an-tes de ocupar la presidencia, Bush emitió una orden ejecutiva revirtiendo o anulando varias de las úl-timas iniciativas de Clinton.
Entre éstas se encontraban una serie de órdenes emitidas la semana pasada que abordaban asuntos de protección del medio ambiente, mejoras a los servicios de salud para los estadunidenses avanzados de edad, entre otros.
En una demostración de su de-seo de avanzar lo más rápido posible, el Senado ratificó, en una sesión inusual de fin de semana, a siete de los designados por Bush para su gabinete, incluyendo al secretario de Estado Colin Po-well, al titular de Defensa Donald Rumsfeld y al secretario del Tesoro Paul O'Neill.
La toma de posesión de Bush también marca la primera vez en 50 años en que el Partido Republicano obtiene el control de ambas cámaras del Congreso, además de la presidencia. Bush es sólo el segundo hijo de un ex presidente en llegar a ese puesto, y su asunción de hoy también confirma a la familia Bush como una dinastía política estadunidense.
Ahora, por más de 50 años, por lo menos un miembro de la familia ha ocupado un puesto electo en este país. Esta vez un Bush llega con botas texanas, al más puro estilo Guanajuato.
Bush se presentó ayer en un evento de gala calzando un nuevo par de botas hechas exclusivamente para él, con sus iniciales.
Los mexicanos presentes en la toma de posesión fueron el nuevo embajador en Washington, Juan José Bremer, quien presenció el acto de toma de posesión con su cuerpo diplomático. También es-taban Miguel Alemán, gobernador de Veracruz, y Tomás Yerrington, titular en Tamaulipas.
Ť El nuevo representante de la dinastía estrenó su presidencia bajo sitio
La toma de posesión de Bush, con las medidas de seguridad más extremas en la historia de EU
Ť El mandatario no se atrevió a caminar del Capitolio a la Casa Blanca por las protestas
Ť Una sociedad profundamente dividida, la imagen que proyectaron las manifestaciones
Washington, 20 de enero. George W. Bush estrenó su presidencia bajo sitio. El acto de la toma de posesión se realizó hoy en medio de las medidas de seguridad pública más extremas en la historia de este país, y el nuevo mandatario enfrentó más manifestantes en su contra de las que cualquier go-bernante ha enfrentado en tres décadas.
La gran celebración de su toma de posesión y el desfile triunfante desde el Capitolio a la Casa Blanca fracasaron en su intención de proyectar la imagen de un país unido, y más bien el debate político continuó estallando en las calles de esta capital a tal nivel que generó extremas preocupaciones de seguridad del propio recién proclamado nuevo presidente.
Por cierto, el mandatario republicano ha-bía deseado caminar a pie parte del recorrido del desfile de este sábado, pero no se atrevió hacerlo hasta llegar a un costado de la Casa Blanca.
En las calles había más pancartas y mantas de protesta que de apoyo al nuevo presidente. No había manera de que Bush evitara ver a los manifestantes que cuestionaban su legitimidad en cada cuadra de la ruta de casi dos kilómetros.
De hecho, el gran debate sobre esta elección continuó en las calles, los edificios y el metro de esta capital.
"Tú eres un nazi fascista", gritó un manifestante contra un simpatizante de Bush. Este le respondió "eres un comunista gay."
Frente al Capitolio, un manifestante pa-seó con su mensaje de que Bush se robó la elección, pero un seguidor del nuevo mandatario le aconsejó: "Mejor vete acostumbrando, no tienes otra opción".
Así, el intercambio civil se repitió todo el día mientras opositores y simpatizantes se congregaban en las banquetas a lo largo de la Avenida Pennsylvania, la ruta del desfile encabezado por Bush.
"La democracia, descanse en paz 1776-2000", decía una pancarta, mientras otra, que era cargada por un niño de 10 años preguntaba: "Cuando sea mayor, Ƒcontará efectivamente mi voto?" "La democracia, a la venta" y coronas de cartón marcadas "George II" pasaban junto con otras pancartas más escandalosas.
La presencia de las fuerzas de seguridad, las barricadas y retenes obligaron tanto a los opositores como a los simpatizantes casi a abrazarse, al amontonarse por pasos apretados diseñados para controlar el flujo de miles de participantes en la ruta del desfile.
Jóvenes con colores de pelo extraterrestre, vestidos con ropa de segunda mano, tuvieron que codearse, a veces casi íntimamente, con los donantes y los fieles del Partido Republicano.
Mientras Bush declaraba su intención de promover un país más unido, con más in-clusión, compasión y oportunidad para to-dos ante un mar de caras blancas y bien vestidas, en las calles cercanas abuelas, jó-venes, negros, latinos, estudiantes, contingentes de grupos gay, de mujeres en defensa de sus derechos y grupos de activistas ambientalistas y antiglobalización denunciaron la imposición de lo que consideran el representante de sus enemigos.
A sólo seis cuadras de donde el texano Bush tomaba posesión de su presidencia, más de 2 mil manifestantes rodearon la Su-prema Corte para denunciar el "robo" de esta elección y la violación de sus derechos al sufragio efectivo.
Esta manifestación de protesta, compuesta mayoritariamente por negros, declaró la necesidad de promover una nueva lucha por los derechos civiles en este país, en tanto que otros 2 mil se congregaron en otra plaza --el Dupont Circle-- para denunciar la violación de los derechos democráticos en la pasada elección.
Granny D., una abuela de 91 años que recientemente recorrió el país de costa a costa para exigir una reforma profunda del proceso electoral estadunidense, denunció "este robo de la democracia".
Dijo que el dinero ha tomado el control del gobierno. "Esto era una casa de la de-mocracia, ahora es una casa de prostitución política", afirmó, y llamó a una nueva lucha para rescatar el poder a favor del pueblo, y no de los sectores poderosos del país.
Aquí también paseaban miembros de la agrupación satírica Multimillonarios por Bush, quienes declaraban que habían triunfado al tomar el poder, y que ahora ellos son los dueños de esta capital.
Esta noche los verdaderos multimillonarios sí asistieron, junto con miles de fieles del Partido Republicano, a celebrar el triunfo de Bush en por lo menos ocho cenas y bailes de gala en esta ciudad.
Por su lado, los opositores políticos al gobierno republicano han invitado a todos a eventos "contra gala" para bailar reggae y celebrar su triunfo por haber logrado proyectar la imagen de una nación que no está unida con Bush.