Rubén
Moheno
"Repentina luz"
de Dante Gabriel Rossetti
Nos dice Rubén Moheno que Jorge Luis Borges gustaba mucho de "Repentina luz", el hermoso poema del prerrafaelista escritor, hermano de Cristina y personaje, Dante Gabriel Rossetti. Dice el maestro Moheno que la figura de Rossetti le pasó de noche a la cinematografía inglesa. No así Lizzie, su gran amor, que sirvió de inspiración a John Fowles para su novela La amante del teniente francés. Lizzie fue modelo de Ford Maddox Brown, Millais y el mismo Rossetti. En su angustia final, el poeta dijo: "Mírame a la cara, mi nombre es Pudo Haber Sido./ También me llaman Nunca Más,/ Demasiado Tarde y Adiós."
Jorge Luis Borges gustaba mucho de "Repentina luz", poema que compuso el pintor y mejor poeta Dante Gabriel Rossetti (Londres, 1828-1882) para la muy hermosa mujer que la vida depositara misteriosamente en su existencia y en su obra, Elizabeth (Lizzie) Siddal.
El libro The House of Life es casa de la vida de 103 sonetos que Rossetti escribió entre 1847 y 1881. También hizo prosa, baladas, y tradujo del italiano a un conjunto de poetas dantescos que reunió en el volumen Dante and His Circle (1861). Llevó al inglés textos de Guido Cavalcanti, esa "escritura de levedad que dijera Italo Calvino como reacción al peso de existir". Sobre todo se identificó con Dante Alighieri; con el tono platónico, cabalístico y romántico de Vida nueva.
Rossetti fue pintor literario y escritor pictórico. El tema predominante en sus escritos y en sus cuadros es la hermosura física de la mujer. Quizá el tema lo escogía a él (frase convertida hoy en lugar común, que encontré en un gran autor fechada en los años cincuenta); el hecho es que Rossetti disfrutó de una vida en compañía de bellas mujeres y dedicó su arte a exaltar esa belleza.
Él es la figura predominante del grupo prerrafaelista, que debía su nombre a un pacto para no sujetarse a las reglas del pintor Rafael, reconocidas como únicas por el academicismo victoriano. Mediante una gran precisión en el detalle, ellos obtuvieron un efecto muy parecido a la gran profundidad de campo que la óptica fotográfica lograría para el cine mucho tiempo después. En sus lienzos (la frase es de Borges), lo remoto no es menos nítido que lo que está muy cerca.
"Repentina luz" tal vez se originó en la contrición de Rossetti por la muerte de Lizzie, debida a una sobredosis de láudano (una forma del opio), sustancia que el médico había autorizado para mitigar sus dolores físicos, precisamente la misma noche que él se cobijaba bajo la central darkness of a London brothel. Lugar que tal vez le inspiró para escribir "Jenny", monólogo dramático de un hombre a cuyo costado se encuentra una prostituta cansada y dormida. "Es un sermón", dijo él de este poema, "y sobre un gran mundo, desconocido por la mayoría de los hombres, a pesar de que pocos aceptan ignorarlo."
"A nadie importaba mi alma", había escrito Lizzie, ya que, ciertamente, aún más pertinaces que los dolores físicos son los espirituales. Rossetti enterró con ella el cuaderno de poemas que dedicara a sus cabellos rojos como el cobre, a su figura elegante, a su hermoso rostro. Quienes la conocieron, hablaron de su asombrosa belleza. Es ella quien aparece en la famosa pintura Ophelia (1851-1852), de John Everett Millais; también fue modelo del pintor Ford Maddox Brown para Lo que queda de Inglaterra (1860), así como de Rossetti en los cuadros Cómo se encuentran a ellos mismos (1864), Beata Beatrix (1863) y muchos otros.
Hay líneas de Rossetti que traducen directamente su angustia y desesperación:
Mírame a la cara, mi nombre es Pudo Haber Sido,
También me llaman Nunca Más,
Demasiado Tarde y Adiós.
En artistas como Rossetti puede observarse con
gran nitidez "el peligroso filo de las cosas" del que hablan los poetas,
"que sigue siendo el que siempre ha sido, el angosto confín entre
lealtad y deslealtad, entre fidelidad e infidelidad, las contradicciones
de la mente, la paradoja que uno trae en sí mismo. Esto de lo que
están hechos los hombres".
La cinematografía inglesa ha dejado pasar de largo a Rossetti como personaje, no así a Lizzie, cuya figura sirvió de inspiración para la novela de John Fowles, La amante del teniente francés, que narra los avatares de una pareja frente al código moral de la época. Fue adaptada por Harold Pinter para la película del mismo título (1981), y dirigida por Karel Reisz.
Los amigos de Rossetti presionaron para la resurrección de los poemas. Un juez debió autorizar la penosa tarea, tras lo cual fueron desenterrados del cementerio de Highgate y publicados.
¿Qué se puede decir de esos seres humanos en aquella temporada de pasiones? Jorge Luis Borges afirmó y demostró que un romántico nuestro, Jorge Isaacs, "no era más romántico que nosotros", y lo citó así para comprobarlo: "Una tarde, tarde como las de mi país, bella como María, bella y transitoria como fue ésta para mí."
O podemos recordar las líneas que Baudelaire
dedicó a los románticos, palabra usada hoy para señalar
a los ingenuos, pero que en otro tiempo significó sinceridad: "Para
mí el romanticismo es la expresión más reciente, la
más actual de lo hermoso." Por Baudelaire sabemos que los románticos,
de cualquier tiempo, lo serán por el modo de sentir, por su espiritualidad,
su aspiración de infinito, por contradecirse, y por su mirada sistemáticamente
vuelta hacia el pasado.
Repentina luz
Yo estuve aquí antes,
no sé decir cómo y cuándo fue:
conozco los prados detrás de la puerta,
el dulce aroma penetrante,
los sonidos suspirantes,
las luces a lo largo de la orilla.Tú has sido mía antes;
no sé decir hace cuánto fue:
pero cuando esa golondrina remontó,
y giró tu cuello, cayó algún velo;
lo supe al instante.¿Ya había sido así antes?
¿Y no será así que el vuelo circulante,
del tiempo, restaure nuestras vidas,
y nuestro amor, a pesar de la muerte,
nos traiga otro deleite noche y día?Ahora, entonces, ¡con suerte otra vez!
¡ronden mis ojos la agitación de tus cabellos!
¿No yaceremos como hemos yacido,
y así, por amor de Amor,
el dormir y el despertar
no rompan ya la cadena jamás?